Autoras/es: Sojourner Truth
(Fecha original del artículo: Diciembre 2006)
Si pretendiésemos hacer un repaso cronológico de las revisiones y críticas que las mujeres negras han aportado al feminismo, habría que retroceder a la primera mitad del siglo XIX en Estados Unidos.
Estamos en pleno auge de los movimientos abolicionista y sufragista. De hecho, la reivindicación de los derechos de las mujeres surge, precisamente, a raiz del compromiso que numerosas mujeres blancas de clase media adquieren con la lucha anti-esclavista. En este movimiento descubrieron, además de cómo organizarse políticamente, que para luchar por la emancipación de las personas negras tenían que defender sus derechos como mujeres.
Pero… en la declaración de Seneca Falls no participó ni una sola mujer negra, como tampoco ninguna trabajadora del reciente sistema fabril.
En 1851 Sojourner Truth puso de manifiesto la especifidad de la dominación vivida por las mujeres negras (sexismo, racismo y clasismo) a través de su célebre discurso pronunciado en la convención de mujeres de Ohio.
“(…) a mí nunca me ha ayudado nadie a subir a las carretas o a saltar los charcos de lodo o me ha cedido el mejor puesto y ¿acaso no soy una mujer? ¡Miren mis brazos! He arado y sembrado y trabajado en los establos, y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo y ¿acaso no soy una mujer?(…)”
Sojourner Truth era la únima mujer negra asistente a la convención. Según recoge Angela Davis en Mujeres, raza y clase (Akal, 2004 [1981], p. 70) “en aquellos tiempos había muy pocas mujeres {blancas, tenemos que suponer} que se atrevieran a hablar en las reuniones.”
Estamos en pleno auge de los movimientos abolicionista y sufragista. De hecho, la reivindicación de los derechos de las mujeres surge, precisamente, a raiz del compromiso que numerosas mujeres blancas de clase media adquieren con la lucha anti-esclavista. En este movimiento descubrieron, además de cómo organizarse políticamente, que para luchar por la emancipación de las personas negras tenían que defender sus derechos como mujeres.
Pero… en la declaración de Seneca Falls no participó ni una sola mujer negra, como tampoco ninguna trabajadora del reciente sistema fabril.
En 1851 Sojourner Truth puso de manifiesto la especifidad de la dominación vivida por las mujeres negras (sexismo, racismo y clasismo) a través de su célebre discurso pronunciado en la convención de mujeres de Ohio.
“(…) a mí nunca me ha ayudado nadie a subir a las carretas o a saltar los charcos de lodo o me ha cedido el mejor puesto y ¿acaso no soy una mujer? ¡Miren mis brazos! He arado y sembrado y trabajado en los establos, y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo y ¿acaso no soy una mujer?(…)”
Sojourner Truth era la únima mujer negra asistente a la convención. Según recoge Angela Davis en Mujeres, raza y clase (Akal, 2004 [1981], p. 70) “en aquellos tiempos había muy pocas mujeres {blancas, tenemos que suponer} que se atrevieran a hablar en las reuniones.”
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