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domingo, 20 de febrero de 2011

Salud-enfermedad: concepciones, manifestaciones cotidianas e intervención del educador

Autoras/es: Stella Maris Torre
a)      Tres concepciones diferentes de salud-enfermedad
b)      Tres situaciones de la vida cotidiana en que dichas concepciones se manifiestan
c)      Tres intervenciones del educador
Bibliografía
Notas
(Fecha original del artículo: Septiembre 2008)
a)      Tres concepciones diferentes de salud-enfermedad
Desde diversos ámbitos de las ciencias sociales se ha estudiado y definido a las representaciones sociales, entre ellos, desde la psicología social (Moscovici en Farr, 1986) y desde la antropología (Laplantine, 1993)
También existen diferentes perspectivas desde las cuales pueden analizarse las representaciones o concepciones acerca de salud-enfermedad. El siguiente cuadro es un intento de sistematización teórica de las mismas, aclarando desde ya que la concepción acerca de la salud-enfermedad de un individuo o grupo concreto asumirá seguramente características comunes a varias perspectivas y que, como dice Farr, en general lo que necesita ser explicado por las representaciones sociales es más la “enfermedad” que la “salud.

Perspectiva 
Concepción 
Autores 
Los individuos: su estatus social de los individuos, si se está enfermo o no, si se es profesional o paciente.
en tercera persona: adhesión a los "valores de la medicina", aprehensión fundada en un conocimiento "objetivo" de los síntomas y su etiología, cuya consecuencia es ocultar o relegar la relación de la enfermedad con lo psicológico y lo social (representación relacionada con la "cultura biomédica"
Laplantine (1993)
en segunda persona: es el enfoque del médico clínico, homeópata, psicólogo o psicoanalista, pero también por la etnografía
en primera persona: sistemas interpretativos forjados por la subjetividad, ya sea de los enfermos, o de los médicos.
Las lógicas de los sistemas etiológicos-terapéuticos 
como entidad exógena penetrada por rotura de una barrera en el cuerpo de un individuo, y la curación consiste en la detención del avance enemigo.
Laplantine (1993)
como entidad endógena, viene de el enfermo y tiene una función valorizada que debe ser descifrada, siendo la curación una actividad reguladora que es alternativa antagónica a los síntomas del enfermo.
Los modelos epistemológicos para pensar científicamente la enfermedad
Biomédico/ Biologicista
(médico clínico):
  • La enfermedad es un proceso biológico individual. Consiste en un apartarse de la "normalidad". La etiología y la patogenia agotan la lcausalidad y definen las formas de respuesta posibles, básicamente mediante la atención médica.
  • Fundado sobre lo positivo del método experimental. Aísla las especificidades etiológicas, diferencia los cuadros sintomatológicos, administra las especialidades quimioterapéuticas que combatirán las causales patógenas y harán desaparecer los síntomas.
Laplantine (1993)
Laurell (1989)
Testa (1993) 
Psicológico, psicoanalítico o psicosomático. Pone el acento sobre los caracteres intrapsíquicos del conflicto responsable del síntoma. No se investiga la etiología del lado del entorno social del enfermo, ni de lado de la componente fisiológica de la enfermedad, tenida en este caso por derivada, pero no original. Es el mismo individuo quien, por la personalidad que le es propia, produce sus propias enfermedades.
Laplantine (1993) 
Relacional. La enfermedad no es pensada como en el primer caso (ser alguna cosa en alguna parte), sino en términos de armonía y de falta de armonía, de equilibrio y desequilibrio en relación al medio.
Ecológica: La salud es un estado de equilibro con el ambiente y la enfermedad es el resultado del desequilibrio, una vez establecido éste la enfermedad se identifica individualmente. Se supera así la visión puramente individual pero conservando la determinación biológica a través del equilibrio que se realiza en esos términos entre el conjunto de individuos y el ambiente. La respuesta que se genera prestándose especial atención a los problemas ambientales.
Laplantine (1993)
Farr (1986)
Social: Modo específico cómo en el grupo o colectividad se da el proceso biológico de desgaste y reproducción, destacándose como momentos particulares la presencia de un funcionamiento biológico diferenciable con consecuencias para el desarrollo regular de las actividades cotidianas: la enfermedad. Este carácter social se manifiesta empíricamente más claro a nivel de la colectividad que en el individuo. El carácter simultáneamente social y biológico del proceso salud enfermedad no es contradictorio sino que se da en la realidad como un proceso único. Implica una determinación de la salud que se incorpora a la determinación de lo social general; es decir, que no se satisface mediante la incorporación de variantes sociales en el análisis de los problemas de salud, sino que busca una misma y única explicación para las formas globales del comportamiento social —la economía, la política— y del comportamiento de la salud del conjunto de la población. Esta manera de pensar el problema engloba los niveles del pensamiento biológico y ecológico, adquiriendo una nueva dimensión que incorpora una visión totalizadora de la salud como cuestión social, fijando así un marco adecuado para la investigación de sus problemas particulares.
Discursos eruditos y representaciones sociales que se elaboran en contacto con ellos
Laurell (1989)
Testa (1993)
Laplantine (1993), distinciones dentro de lo social
Imputaciones inexplicables, exógenas, sociales y relacionales del origen
Interpretaciones religiosas de la enfermedad, que ponen en evidencia lo que es ocultado por las representaciones inducidas por nuestra biomedicina: el hecho de que una de las dimensiones constitutivas de la enfermedad es su relación con lo social, expresado allí por la intervención de lo sagrado.
Los diversos sistemas de salud disponibles (prácticas interpretadas por la cultura) / Ámbitos de salud 
Oficial
  • Las interpretaciones "eruditas" y las reinterpretaciones "populares" formadas en contacto con la medicina oficial
  • En la cosmovisión a la que adhiere generalmente la medicina oficial se da una construcción restrictiva de la enfermedad, que suele ser entendida como una perturbación, desequilibrio o lesión que afecta a un órgano o sistema más analítico, como alteraciones bioquímicas, centrándose más que nada en una relación de causa-efecto. Desde luego el campo de la medicina oficial no constituye una unidad, citándose como un polo diferente del espectro al conformado por los equipos de atención primaria de la salud.
Laplantine (1993)

Arrue y Kalinsky (1991)
Popular
  • Las interpretaciones ligadas a las medicinas "paralelas"
  • En el campo de las prácticas populares del cuidado de la salud, predomina una conceptualización inclusiva de la salud y la enfermedad, que no sólo involucra los aspectos biológicos, psicológicos y sociales, sino, y fundamentalmente, una dimensión trascendental con fuertes matices religiosos. Tampoco en esta concepción hay homogeneidad, existiendo por ejemplo algunos curadores muy medicalizados que utilizan una gran cantidad de medicamentos de patente, y con enfoques mecanicistas y mercantilistas.

b)      Tres situaciones de la vida cotidiana en que dichas concepciones se manifiestan

Me propongo aquí relatar tres situaciones reales que, tal vez precisamente por ser hechos, presentan la complejidad propia de la realidad fáctica, por lo cual en cada uno de los casos entran en juego más de una concepción sobre la salud-enfermedad.

1º Caso: Médica del Servicio de Patología Cervical
Entrevista en Consultorios de Patología Cervical, Hospital Rivadavia, el 14-08-08
Estábamos entrevistando a la coordinadora del taller. Entre otras cuestiones, nos comentó que:
·         La idea de los talleres vino de un jefe del servicio de ginecología del hospital, a quien le preocupaba las dificultades que tenían las jóvenes para nombrar las partes de su cuerpo.
·         El Pap y la colpo son rutina para los médicos. Informar lo ven como innecesario. Sin embargo, “cuando nosotros nos ponemos a preguntar qué es lo que saben, la minoría es la que sabe”.
·         En el resto de la ciudad se piensa que lo del Pap y la colpo se trata sólo de una rutina médica. “En los Congresos de la Sociedad de Patología Cervical, cuando los médicos de aquí comentan acerca del taller, sus colegas les dicen que es imposible que desde 1999 funcione un taller de estas características […] Como les decía, los médicos de acá hacen comentarios de que no les creen. En los congresos por ejemplo les dicen que no hacen falta este tipo de talleres, que la gente sabe. Pero resulta que no es así. La mayoría de la gente no sabe que hacerse la Pap y la colpo es un chequeo de prevención para personas sin síntomas”
·         En cuanto a posibles, articulaciones con otras instancias educativas o de salud, éstas son dificultosas.
·         El taller no es abierto, sino que es para las mujeres que vienen a hacerse los estudios. Se difunde en Jornadas y Congresos Médicos a las que asisten los miembros del servicio
·         Sobre las explicaciones que él médico le da al paciente, el médico informa pero de manera tal que el paciente no entiende
En un momento de la entrevista, la coordinadora le pregunta a una médica del servicio que estuvo unos minutos allí, cómo repercuten las actividades del taller. Este es un extracto de la respuesta de la médica:
“Yo soy miembro de la Sociedad de Patología Cervical, voy a Congresos, etc., y esto no se ve en otra parte. Pero la gente es así: nosotros les explicamos, por que les explicamos todo, siempre, pero no sé qué pasa […]. Muchas veces no lo quieren ni saber, la gente no quiere saber que tiene algo. […] Además, prosigue, están los que son malos profesionales. Por ejemplo hace un mes una paciente llegó al servicio con mucho ardor. La mujer tenía una cistitis bárbara y el médico en vez de indicarle un monocultivo la mandó a hacer un Pap y una colpo. Pero bueno, por ahí si no le indican estos estudios las mujeres no vuelven más y a lo mejor está bien que se los manden hacer, así vuelven.”
La médica manifiesta, a mi entender, una concepción del proceso de salud-enfermedad propia del ámbito oficial, con una concepción restrictiva de la enfermedad (si la paciente tiene ardor, hay que hacerle el análisis ad hoc y punto). Hasta califica de “mal profesional” al médico que envía a la paciente a hacerse un estudio  de prevención (Pap y colpo), aunque reconoce en parte que podría ser una forma de retenerla dentro del sistema. También manifiesta (al igual que otros médicos, según nos contó la coordinadora) un encerramiento del discurso vinculado con la exclusividad del conocimiento: “nosotros le explicamos todo, pero…” responsabilizando de la falta de conocimiento de los pacientes a los pacientes mismos. Algo de esto puede ser así, pero también es un hecho que hay médicos que no le explican nada al paciente, y tal vez por esta relación asimétrica propia de la relación médico-paciente, estos últimos ni piensan en preguntar. Y por el lado de los médicos, también es difícil que comprendan la necesidad de informar y de articular experiencias con otros profesionales.

2º Caso: Juan Carlos E.
Ocurrido en Rosario hace alrededor de veinticinco años, me fue relatado por uno de los hijos del paciente.
Juan Carlos, de unos 70-75 años, si bien en todo momento siguió reconociendo a su esposa e hijos, comenzó a presentar los siguientes síntomas: alucinaciones (por ejemplo, veía bichos en las paredes y gente entrando por una pequeña ventana de su casa), desvaríos, pérdida intermitente de la memoria y sentido de la orientación. Lo revisó un médico clínico, derivándolo a un neurólogo, quien a su vez, no encontrándole “nada físico en la cabeza”, aseguró que se trataba de un problema psíquico. Pasó a atenderlo un equipo de médicos psiquiatras de un hospital privado de primer nivel en la ciudad. El equipo dispuso la internación del paciente para realizarle una serie de estudios. Mientras tanto, se lo medicó con psicofármacos, que siguieron siendo tomados por Juan Carlos en su domicilio. Los síntomas continuaron, sin mostrar ningún efecto los medicamentos administrados. Mi informante no recuerda si los médicos emitieron un diagnóstico final preciso, tal vez hayan hablado de algún tipo de psicosis, pero lo que sí recuerda es que el equipo de profesionales recomendó internarlo en un psiquiátrico en forma permanente porque, según dijeron, “sería imposible la convivencia con un paciente en ese estado”.
La familia no dudó del diagnóstico, ya que estaban “convencidos de que era así como decían los médicos”. Nadie dudó del diagnóstico, insiste el informante “porque todo un equipo médico estaba de acuerdo”. Y comenzaron a buscar un psiquiátrico donde internarlo. Mientras tanto, su hija mayor, “perdido por perdido” fue a entrevistarse con una médica retirada, que tenía entonces más de 80 años y había sido jefa del servicio de psiquiatría de un importante hospital de Rosario, logrando que ésta se dejara llevar en auto para ir a ver al paciente. La médica llega a la casa de Juan Carlos y fue directamente hasta su cama. Me cuenta su hijo:
“Lo revisó, sin decir palabra. Salió del dormitorio, ni una palabra. Se sentó, ni una palabra. Tomó una hoja, ni una palabra. Comenzó a escribir, ni una palabra.
-Bueno, ¿y cómo es la cosa?, le preguntamos ansiosos.
-¡Ah, sí! Le tienen que dar agua en cuharitas.
-¿Agua en cucharitas? decimos extrañados.
-Sí, está deshidratado.
La médica se levantó, se puso el abrigo y mi hermana la llevó de nuevo a su casa.”
El informante me relata que el tratamiento con agua duró toda una noche. Al otro día, por la mañana, Juan Carlos ya estaba bien, comenzó a hablar normalmente, aunque no se acordaba demasiado de lo que había ocurrido en esos días, era como “si los hubiera tenido entre paréntesis”. Juan Carlos siguió con su vida normal y viviendo en su casa con su esposa. Falleció a los 85 años por complicaciones de un problema pulmonar.
En esta situación operan simultáneamente varias concepciones. Por el lado del médico clínico, una concepción biologicista, exógena, y en tercera persona, buscando algún órgano lesionado o bien alguna infección localizada. No se percató entonces de que se trataba de una descompensación general que se manifestaba mediante síntomas psíquicos. Por el del neurólogo y los psiquiatras, una concepción psíquica, dejando de lado entonces la posibilidad de ampliar los estudios fisiológicos. Y en todos ellos, una concepción restrictiva de la salud-enfermedad que en general es propia de las prácticas en el ámbito oficial que lleva a especializaciones y subespecializacioes. Por el lado de la médica anciana, considero que, aún con su formación de especialista, su visión es generalista (tal vez proveniente de su formación, hacía ya muchos años), y me atrevo a decir que hasta ecológica (en el sentido que relacionó el síntoma con el “ambiente” corporal), dejando de lado la manifestación “en sí” y comenzando a buscar en todo el cuerpo mediante un simple y acertado examen clínico. Finalmente, por el lado de la familia del paciente, adhiere a la visión propia del ámbito oficial de la medicina: “si los médicos lo dicen, así será”, aceptando su poder y delegando las decisiones en ellos, con la excepción tal vez de la hermana mayor, donde “perdido por perdido” tuvo una mínima sospecha y actuó en consecuencia buscando otra opinión, pero siempre dentro de la profesión médica. También se aceptó su palabra, y afortunadamente, la anciana médica tuvo razón en su diagnóstico y en la elección del tratamiento.

3º Caso: Vecinos de la Zona Norte del Gran Buenos Aires contaminados por desechos industriales
Relevamiento del Foro por la Salud y Medio Ambiente de Vicente López en Munro-Carapachay, mayo – junio 2006;  y encuentros de discusión con los vecinos del barrio, año 2006, vivencia personal
Integrantes del Foro: en su mayoría profesionales, pero sólo un médico (en la especialidad de psiquiatría). Los demás, formados en ingeniería, física, análisis de sistemas, diseño y decoración, psicología social, trabajo social, sociología, ciencias de la educación, ciencias económicas; además de estudiantes de ciencias de la educación y de comunicación social, todos interesados en la problemática de la salud en el municipio.
·         Detección del problema: a partir de los reiterados comentarios de una vecina enferma.
·         Diseño del relevamiento: aproximadamente 3 meses
·         Recolección de datos: poco más de 1 mes, entre mediados de mayo y de junio de 2006
·         Resumen de los resultados:
“Zona relevada en Munro: 11 manzanas
Sobre un total de 136 viviendas censadas se informa:
  • que son frecuentes o habituales los siguientes accidentes ambientales: 89% olores nauseabundos muy fuertes, 77% humo, 48% derrames de líquidos, 31% emanaciones de gases (expresados en porcentaje de las viviendas que los perciben sobre el total de viviendas censadas).
  • en 51% de las viviendas se secan las plantas.
  • murió de algún tipo de cáncer, el 26% de las mascotas de la zona.
  • el 41% de las viviendas tienen un conviviente fallecido; las principales causas de los fallecimientos son: cáncer (39%) y problemas cardíacos (29%).
  • De los fallecidos el 66% murió en los últimos 15 años y 29% en los 15 años anteriores.
Hace 15 años los porcentajes de muerte en la zona relevada coincidían con la media nacional, regional pampeana y provincial. Sin embargo, en los últimos 15 años se observa un crecimiento notable de las muertes por cáncer como se ilustra en la figura:
Las 415 personas censadas: (224 mujeres, 165 varones y 26 que no informaron este dato), consignaron como manifestaciones psicosomáticas más frecuentes las siguientes: dolores de cabeza (46%), dificultades respiratorias (32%), fatiga (22%).”
·         Asimismo, los vecinos tuvieron oportunidad de expresar los motivos de su angustia por las enfermedades y muertes sufridas, y los reclamos sin respuesta (ver nota [1])
·         Nos preguntamos…
“¿La duplicación de la mortalidad por cáncer puede atribuirse a fallas en el muestreo estadístico?
¿La coincidencia en los contaminantes ambientales que denuncian los vecinos se debe a una “psicosis”? ¿Tendrá alguna relación con la alta incidencia de dolores de cabeza y problemas respiratorios que se manifiestan en la población, incluso infantil?”
·         Presentación de Resultados: se invitó a la comunidad mediante la siguiente gacetilla:
Domingo 2 de julio / 15 hs
Encuentro de Vecinos de Carapachay-Munro
por la Salud Ambiental
(Ramón Castro 5175)


El Foro por la Salud y el Ambiente de Vicente López  y los vecinos de Munro y Carapachay invitamos a participar del Encuentro por la Salud Ambiental. El domingo 2 de julio a las 15 hs nos reuniremos en la Junta Vecinal Manuel Belgrano sita en Ramón Castro 5175, para evaluar la  problemática de contaminación en la zona y promover acciones en defensa de nuestra salud. Se han detectado enfermedades en vecinos generadas por contaminación por cromo, talio, plomo y PCB entre otros tóxicos.

Ante la falta de respuestas concretas al problema que sufrimos los vecinos invitamos  a la jornada al dueño de una de las empresas sospechadas de contaminar, para que informe sobre sus prácticas de producción y gestión ambiental.

Es urgente el tratamiento y conocimiento de la problemática ambiental, como asi  conocer sus efectos sobre la salud de los vecinos dado que cada vez aumentan más los casos por enfermedad de tóxicos emanados o vertidos de plantas fabriles.
·         Para avanzar en el esclarecimiento de esta y otras cuestiones nos reunimos en asamblea junto a los vecinos del barrio cada dos semanas
Como una de las integrantes del Foro, puedo decir que el desarrollo de este trabajo fue arduo, principalmente por algunas divergencias que teníamos sobre el concepto de salud-enfermedad. Si bien todos enfocábamos el problema como de la comunidad, no todos coincidíamos en las propuestas de acción: algunos, desde una concepción ecológica en defensa del ambiente “natural” apoyaban a los vecinos del barrio en sus reclamos para que las fábricas fueran cerradas (por otra parte, los cierres fueron intermitentes y como respuesta a cada movilización vecinal), otros, desde una conceptualización “social”, pensábamos en la complejidad del problema, que abarca también el tema del trabajo y la salud de los propios operarios de estas empresas (los cuales no son vecinos del barrio).
Los vecinos, por su parte, oscilaban entre un pensamiento biologicista que considera a la enfermedad como un problema individual (conformándose con tratarse con la médica especialista en contaminación que contrató el intendente o bien mudándose de barrio para evitar contaminarse) y entre atribuirlo a causas ambientales pero solucionables, como ya anticipe, mediante el cierre de las fábricas.
Pudimos ponernos de acuerdo en algunos puntos, pero todavía está pendiente una amplia comprensión de la salud-enfermedad como complejo y abierto proceso de carácter social.

c)      Tres intervenciones del educador
Entiendo que la intervención del educador se hará de acuerdo a su propia concepción acerca del proceso de salud-enfermedad. Si conceptuamos a éstos como sistemas complejos abiertos, la respuesta social del educador, su intervención, corresponderá a esta concepción. Para ello consideraré una primera aproximación teórica.
Ya se han mencionado las investigaciones de Laurell (1989) que muestran que tanto la salud como la enfermedad tienen carácter histórico o social, asimismo la autora afirma que una proposición acerca de la interpretación de la determinación del proceso de salud-enfermedad tiene que contemplar la unidad de éste y su carácter doble, biológico y social, lo cual significa reconocer la especificidad de cada uno y al mismo tiempo analizar la relación que guardan entre sí. Al respecto Bianco y Grigaitis (2005) señalan que las ciencias sociales y la medicina social latinoamericana nos aportan aproximaciones teóricas a lo social:
·         Un conjunto de análisis acerca del carácter social de los procesos de salud-enfermedad. Lo cual implica reconocer la necesidad de definir y abordar los problemas como emergentes de particulares condiciones de vida, trabajo y acceso diferencial a los recursos materiales y no materiales de los sujetos y grupos, y las modalidades en que los conjuntos y grupos sociales perciben, categorizar y significan distintas problemáticas dándoles sentido y construyendo diversas respuestas para paliarlos, solucionarlos o controlarlos.
·         Una perspectiva relacional de los procesos de salud-enfermedad-atención. El proceso salud-enfermedad-atención opera en un campo sociocultural heterogéneo, atravesado por múltiples desigualdades: género, edad, etnia, nacionalidad, preferencia sexual, con consecuencias sociales en la distribución desigual de salud, enfermedad y atención. Esta perspectiva asume estas diferenciaciones y relaciones de poder, con respecto a los aparatos médico sanitarios, en tres niveles: relación médico-paciente, equipo de salud con grupos de población en sus contextos, y grandes políticas en salud en los conjuntos sociales estratificados. En los dos primeros tipos de relaciones, dicen los autores, opera un encuentro, no sólo técnico sino social, entre dos universos de sentido, aunque heterogéneos al interior de cada uno. Esos sujetos y grupos articulan los saberes, representaciones y prácticas recibidas del profesional o el equipo a partir de los saberes, representaciones y prácticas que esos sujetos y grupos manejan. En dicho encuentro se produce una transacción, en el que se verifica una apropiación activa de los conjuntos, y no sólo de subordinación.
En consecuencia, una perspectiva integral de los problemas de salud debería incorporar en el análisis epidemiológico los determinantes sociales de las problemáticas de salud/enfermedad/atención, así como las perspectivas y representaciones que los actores tienen acerca de las mismas. Es decir, conscientes del marco de la desigualdad social, retomar  la cuestión del derecho a la salud
Intentaré ahora aplicar estas consideraciones teóricas a la intervención del educador en cada uno de los casos, y en pensar posibles herramientas para la acción.

1º Caso: Médica del Servicio de Patología Cervical
De acuerdo con la entrevista mantenida con la coordinadora del taller:
  • Formarse en equipos interdisciplinarios de Salud
  • Actualizarse permanentemente
  • Conocer la situación social de las pacientes (nivel educativo, ocupación, barrio donde vive, etc.)
  • Indagar los conocimientos previos que tienen las participantes acerca de los temas, preguntar, anotar, analizar las respuestas.
  • Utilizar un lenguaje cercano al médico pero accesible a las participantes para explicar el proceso (me remito aquí a la observación de la actividad en el Hospital Rivadavia)
  • Considerar las actividades como insumos para seguir investigando sobre la educación en salud
A lo cual agregaría el intento de lograr el interés de los profesionales en conocer a sus pacientes en un amplio sentido, no solo por la patología que puedan presentar sino también sus desconocimientos, miedos, su entorno familiar y social.

2º Caso: Juan Carlos E.
Aquí creo en primer término que el educador necesitaría integrarse a algún equipo de salud, lo cual de hecho no es usual que suceda en sector privado de la salud en que transcurrió el hecho. De todas formas, y suponiendo que existe tal posibilidad, organizaría encuentros periódicos con los profesionales a fin de reflexionar juntos la complejidad del proceso salud-enfermedad, que detrás del síntoma puede haber muchas cosas, con lo cual correspondería aplicar múltiples visiones simultáneas sobre una persona en situación, más que sobre una patología determinada.

3º Caso: Vecinos de la Zona Norte del Gran Buenos Aires contaminados por desechos industriales
Aunque este caso me involucra, intentaré ubicarme aquí como educadora, interviniendo en varias instancias.
·         En primer término, partiría del análisis de lo ya realizado (y creo que la iniciativa una encuesta no sólo cuantitativa sino también cualitativa para conocer las opiniones de los vecinos fue un buen punto de partida)
·         Hacia el interior de los integrantes del Foro, trataría de conocer quiénes son sus integrantes y cuáles son las representaciones sociales acerca de salud-enfermedad, discutirlas en conjunto, profundizar las distintas dimensiones individuales, ambientales y sociales del problema.
·         Analizar las respuestas dadas por los vecinos, para conocer no sólo sus concepciones, sino también relacionar éstas con su situación particular (edad, sexo, educación, nivel educativo, ocupación, si está sano o enfermo, datos que por otro lado surgen del relevamiento)
·         Participar en las reuniones vecinales conociendo situaciones personales, y relaciones familiares/barriales.
·         Poner en juego las diversas dimensiones de la “enfermedad por contaminación” y sus posibles soluciones.
·         Estimular su participación en la discusión, en decisión de acciones a realizar, y en la preparación previa de las mismas (por ejemplo, que un diseñador gráfico se encargue de confeccionar la matriz de un volante cuyo texto ya fue decidido entre todos, que una persona que trabaja en la construcción aporte los barbijos necesarios para utilizarlos en la visita al intendente en ocasión de presentarle un “exigitorio”)
·         Todo esto, en forma regular y periódica.
 
Bibliografía
Arrue, W. Kalinsky, B. De “la médica” y el terapeuta. Gestión intercultural de la salud en el sur de la Provincia del Neuquén. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina (CEAL), 1991.
FARR, R. M. “Las representaciones sociales”, en Psicología Social, T. II, Moscovoci, S, Barcelona, Editorial Paidos, 1986
Laplantine, F. “Antropología de los sistemas de representación de la enfermedad”, en “Les représentations sociales”, Jodelet, D., Collection Sociologie d’aujourd'hui. PUF, PARÍS, 1993 (primera edición 1989). Ficha de Cátedra, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 1999.
Laplantine, F. “La enfermedad y lo sagrado, la medicina y la religión, la curación y la salvación: de la antropología médica a la antropología religiosa”. En Antropología de la enfermedad. Buenos Aires, Ediciones del Sol, 1999
Laurell, A. C. “La salud- enfermedad como proceso social”. En Cuadernos Médicos Sociales No.48, CESS, 1989.
Testa, M. “Atención ¿primaria o primitiva? de salud” En: Pensar en salud. Buenos Aires, Lugar Editorial, 1993.

Notas


[1] Testimonios de los vecinos
¿Qué dicen los vecinos? (1)
•Casa sin cloaca. Acumulación de agua en la calle. Fábricas que juntan suciedad y roedores. Fábricas que no respetan horario de descanso. Coches sobre vereda por taller mecánico.
•Hace más de un año, antes de tener el diagnóstico de cáncer gástrico, su sudor manchaba la ropa y pensábamos que era algo en el aire, (las manchas eran de cloro, sobre todo en la parte de atrás de la camisa). Ha fallecido.
•Estoy contenta con el relevamiento.
•Estamos rodeados de fábricas que no respetan el horario de carga y descarga, por lo tanto los camiones que llegan a las mismas quedan en marcha emanando gases nocivos. A dos cuadras de aquí hay una fábrica de teflón que es muy contaminante.
•Dueño de fábrica Menoyo, amigo de García, no acepta fallas. Dice que está todo en orden pero descarga material en la calle, pasan camiones y montacargas donde no está permitido.
•Humo de la fundición de noche cada 15 días/olor muy fuerte ácido de noche de Peirano.
•Olor a gas fuerte en el baño y cocina de noche.
•El vecino dice que el no hace denuncias contra la municipalidad o fábrica porque no siente olores, ni tiene pruebas de contaminación.
•Se realizó estudios sobre su enfermedad (cáncer de piel) y le dijeron que no tenía relación con el teflón.
•Acassusoy Rivadavia un día vio líquido amarillo verdoso.
•La fábrica de Rivadavia y Castro larga líquidos con olor a la calle, especialmente cuando llueve.
¿Qué dicen los vecinos? (2)
•Presentó una nota a la Municipalidad sin respuesta, Tiene documentos sobre la empresa de fundición ex Peirano; sacaron muestras de tierra.
•Tuvo contacto con las empresas que están molestando y resquebrajando las paredes de su casa, Hizo denuncias municipales
•No llegamos a tener ningún accidente, pero sabemos que en Ceras Suiza hay tanques con combustible que se encuentran bajo tierra. Se hizo denuncia municipal pero no hubo respuesta.
•Olor insoportable que provoca dolor de cabeza. Olor muy fuerte todas las mañanas, no se puede salir fuera de la casa.
•Cera Suiza tiene bajo tierra entre 7 y 10 tanques de combustible, gente fallecida en el trabajo, varios por cáncer. La Municipalidad no se hace cargo de los reclamos. Nosotros por vivir pegados a Cera Suiza aguantamos ruidos , golpes en las paredes.
•En la zona hay antenas y transformadores.
•Reclamóante la municipalidad por los ruidos y le dijeron que juntara firmas para presentar reclamos.
•La actividad de barrido de calle es deplorable. Me he quejado en numerosas oportunidades sin mejoria del servicio sumado a que la falta de desnivel hece que el agua se acumule sumándose agua y basura = más enfermedades!
¿Qué dicen los vecinos? (3)
•Es insoportable convivir con la fábrica de teflón que se encuentra en la calle R. Castro 5165. Sus chimeneas emanan humos nauseabundos. Los vecinos sufren de casos de cáncer de manera alarmante!! Uno de ellos, mi madre fallecida. Se hicieron miles de denuncias.
•Hay una planta que fabrica cosas de teflón despidiendo un olor nauseabundo, generando dolor de cabeza, vómitos, congestión nasal y conjuntivitis.
•Vivimos constantemente encerrados en nuestras casas por el olor nauseabundo que emanan las fábricas cercanas a nuestro domicilio, que por cierto son muchas, y nos causan demasiados problemas en la salud y malestar en general. No podemos vivir tranquilos.
•Lleno de ratas.
•Olores nauseabundos como desechos de pinturas en rejillas y el baño.
•Se presentan a diario olores muy fuertes que irritan la garganta.
•Falta de limpieza. Basura, etc en las calles.
•Se escuchan los tornos a la madrugada y no pueden dormir. (es por eso que todos los integrantes sufren de insomnio).
•Hace 15 años que vive y nunca tuvo problemas.
•Mis ojos están con distintos problemas: me lloran, se me irritan y todas mis plantas están infectadas. Cantidad de personas han muerto de cáncer y otras lo padecen.
•El humo es de día y de noche. Se levantaron firmas, se hicieron denuncias y nunca fuimos escuchados.
¿Qué dicen los vecinos? (4)
•Mi hijo tiene problemas respiratorios.
•El olor es insoportable, despide la fábrica de Ramon Castro 5165, seca la garganta, llora la vista, dolor de cabeza, invade el olor el domicilio y hay que cerrar las ventanas.
•El olor molesto y continuo que sale de la fábrica de Ramon Castro 5165 provoca picazón en la garganta, sensación de que se cierra el pecho, acompañado de dolor de cabeza. El olor penetra en la casa y tenemos que mantener puertas y ventanas cerradas.
•Los olores provienen de las cloacas, y se dan entre noche y la mañana en general; a veces por día y los olores son parecidos a "gas" (fuerte) que asfixian (cocinas y baños).
•Personalmente sufro todos los días  el estar constantemente respirando el humo de la fabrica Tesil(R. Castro 5165). Mis ojos se hinchan, tengo eczemas y picazón en el cuerpo, tuve cáncer de mama. Tengo que vivir con las ventanas cerradas dia y noche.
•Se han hecho varios reclamos por este problema sin ningún resultado.
•Siente un olor muy fuerte, algunas veces más intenso (produce nauseas) y no sabemos de quées. Alguna fábrica cerca, y muchas quejas de los vecinos. Llamé a un teléfono responsable del medio ambiente y me dijeron que ya habían tenido varias quejas.
•Tenemos vecinos en RamonCastro a 20 metros de Armenia que tienen aprox. 15 perros de todos los tamaños y aprox. 10 gatos. Sus dueños no limpian el patio donde los animales hacen sus necesidades. El excremento permanece allí por muchos días.
•La contaminación en Munro está en el aire a causa de los desechos tóxicos que provienen de una fábrica ubicada en San Lorenzo y Av. Mitre. Basta !!!!!
¿Qué dicen los vecinos? (5)
•En las paredes aledañas a mi casa puede observarse por efecto de la lluvia sedimentos de un polvo negro que bien pudiera ser materia contaminante.
•Hay cucarachas que salen de las cloacas y hay mucha tierra en el ambiente
•La fábrica que más perjudica con su humo es Stam Chap, ubicada en Rivadavia 3552
•Mi casa está rodeada de fábricas. Hace 50 años que vivo aquí y siempre hubo olores nauseabundos. Hace 8 años que por las cloacas entraba olor a “tiner”o químico. Yo a raíz de esto me enfermé de cáncer de mama. Ahora sigo con el tratamiento. El olor no existe más por algunas gestiones de los vecinos.
•La municipalidad permitió sacar el pulmón del fondo. Levantaron pared para hacer una fábrica "otra avivada del municipio". Tienen un balancín que hace temblar toda la casa.
•El señor de la casa tuvo edema pulmonar en el pulmón derecho. Empezó con neumonía común. Está bajo control.
•En nuestro caso es el olor y la muerte de mascotas y plantas.
•Siento el mismo olor a acido todas las mañanas alrededor de las 8 hs dentro de mi casa y abriendo las puertas aún más. El olor viene de Ramón Castro. Olor muy fuerte a ácido que dan nauseas.
•Las inspecciones son casi nulas / fábricas que no tienen nombre / la no medición de las cloacas (pueden tirar via esa), el olor penetra en casa y tenemos que mantener puertas y ventanas cerradas, el olor seca la garganta. Espero que esto no caiga en saco roto.

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