Autoras/es: Eduardo Galeano
(Fecha original del artículo: 1987)
Neruda/2
Ocurrió en La Sebastiana, otra casa de Neruda, recostada en la montaña, sobre la bahía de Valparaíso. La casa estaba cerrada a cal y canto, con tranca y candado y bajo siete llaves, habitada por nadie, desde hacía mucho tiempo.
Ya los militares habían usurpado el poder, ya había corrido la sangre por las calles, ya Neruda había muerto de cáncer o de pena.
Entonces unos ruidos raros, en el interior de la casa clausurada, llamaron la atención de los vecinos.
Alguien se asomó, por una alta ventana, y vio los ojos brillantes y las garras en ataque de un águila inexplicable.
El águila no podía estar allí, no podía haber entrado, no tenía por dónde, pero adentro estaba; y adentro daba violentos aletazos.
Ya los militares habían usurpado el poder, ya había corrido la sangre por las calles, ya Neruda había muerto de cáncer o de pena.
Entonces unos ruidos raros, en el interior de la casa clausurada, llamaron la atención de los vecinos.
Alguien se asomó, por una alta ventana, y vio los ojos brillantes y las garras en ataque de un águila inexplicable.
El águila no podía estar allí, no podía haber entrado, no tenía por dónde, pero adentro estaba; y adentro daba violentos aletazos.
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