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viernes, 15 de junio de 2012

El espíritu de la reforma Saavedra Lamas. Juan Carlos Tedesco

Autoras/es: Juan Carlos Tedesco
(Fecha original del artículo: 1986)


En las primeras décadas del sigo XX el problema central de las políticas educativas pareció consistir en la inclusión de ciertas orientaciones modernas –carreras técnicas o especializaciones- en el sistema educativo tradicional. Según J. C. Tedesco, la implementación de dichas orientaciones obedecía al propósito de “desviar a los sectores recientemente incorporados al sistema educativo hacia alternativas distintas, de tal manera que los estudios clásicos permanecieran en manos de la elite tradicional”.
En este contexto se enmarca, según este autor, el proyecto de reforma educativa presentado por Saavedra Lamas en 1916: “La reforma intentaba, desde esta perspectiva, orientar a este sector hacia actividades manuales que lo alejara de la necesidad del favor político (…) Por otra parte, este sistema seleccionaría más cuidadosamente el acceso a la universidad, de manera tal que la renovación de la clase política se hiciera dentro de un marco más estrecho y controlable. De esta forma, la Escuela Intermedia aparecía como un “filtro” social en el cual se operaba la selección y, además, permitía orientar al resto de la población escolar hacia un tipo de formación que los haría productivamente útiles y políticamente neutros (…)”. En síntesis, la propuesta consistía en “beneficiar” a un determinado sector social, al que Saavedra Lamas caracterizaba de la siguiente manera: “…no están en condiciones de realizar opciones más elevadas. Ellos tienen ya predeterminada casi su situación social y se trata sólo de evitar que no complementen su instrucción incipiente haciendo también que obtengan una aptitud remunerable que mejore su condición y asegure su dignidad en la vida. Así no se impedirá que los demás, los de aptitudes más vigorosas, de mayor holgura en su situación personal, de mayor fuerza de voluntad, puedan completar otro género de preparación integral haciendo los tres años de la Escuela Intermedia, completándolos con el núcleo obligatorio y dirigiéndose, si a ello aspiran, a una finalidad universitaria” 

Extraído de: Educación y sociedad en la Argentina. 1880-1945. Juan Carlos Tedesco

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