Autoras/es: Adelaida Jiménez*
Los días 18 y 19 de octubre, quieren implementar en todas las escuelas el país, el denominado: “Operativo Aprender”.
Los días 18 y 19 de octubre, quieren implementar en todas las escuelas el país, el denominado: “Operativo Aprender”.
En varias escuelas comenzó siendo un rumor, en otras ya empezó confirmarse con la circulación un folleto de presentación, en el cual se le encarga a los directivos “sensibilizar a los docentes” con esta nueva modalidad. Allí se presenta el Operativo Aprender 2016 que consta de la aplicación de una evaluación estándar para los 3° de primaria y 3° y 6° de secundaria.
Esta nueva modalidad que están bajando del Ministerio de Educación y Deportes, como ellos mismos aclaran es continuidad de las evaluaciones ONE que fueron implementadas desde 1990 hasta el 2013, bajo gobiernos kirchneristas. Lejos de mejorar la situación de la educación pública, buscan justificar con números una política de ajuste, continuar la transferencia del presupuesto a la educación privada, desfinanciando a la pública y demonizando a los docentes como lo hace Vidal ahora con los paros que dice que va a descontar, o con la creación del observatorio analítico para espiar a los docentes.
La situación de las escuelas públicas es grave, y es una denuncia permanente de la comunidad educativa año tras año. Sin ir mas lejos, si de números se trata, que vayan a ver la situación de los comedores escolares que es un aspecto urgente a solucionar en un marco de crisis social.
Uno de los lemas que esgrime el mencionado folleto es el de “comenzar la instalación de la cultura de evaluar en las escuelas”.¡¿Cultura de evaluar?! Como si los docentes no lo hiciéramos permanentemente con nuestros alumnos. Por lo contrario, con esta evaluación somos convidados de piedra. Lo que en realidad se pone en cuestión y es la cultura con la que quieren sensibilizarnos, es la de la aplicación de estas evaluaciones externas y estandarizadas, que tienen un claro criterio neoliberal de estadísticas en función de rendimiento y calificación, borrando las características del contexto social y particular de cada escuela y cada niño. Como ya se ha denunciado desde este medio, con la creación de la Secretaria de Evaluación Educativa, como parte de la aplicación de las políticas en la educación desde el punto de vista mercantil, de productividad de alumnos y docentes, y no del fomento de la producción de conocimiento y pensamiento crítico.
Luego dice: “El objetivo de esta propuesta es obtener y generar información oportuna y de calidad que permita conocer mejor los logros alcanzados y los desafíos pendientes del sistema educativo y, de esta manera, brindar orientaciones que contribuyan a la mejora continua de los aprendizajes y a una mayor equidad.”
En momentos que se dan a conocer los índices de pobreza en nuestro país, según el cual 3 de cada 10 habitantes son pobres, resulta indignante que nos hablen desde el mismo gobierno de búsqueda de mayor equidad a partir de una evaluación. A pesar de 12 años de crecimiento económico ininterrumpido, y ahora padeciendo ataque tras ataque al bolsillo del pueblo trabajador, estas cifras solo ponen en evidencia una realidad que vemos cotidianamente en las escuelas. Las condiciones de vida de nuestros niños solo han empeorado, siendo cada vez más dificultoso para los padres mantener la escolaridad de sus hijos.
En realidad lo que persiguen estos estudios, lejos de apuntar a la igualdad de oportunidades, es un muestreo para justificar desde un punto de vista mercantilista obtener mejores resultados de productividad, responsabilizando de un supuesto bajo rendimiento a docentes y alumnos, sin invertir un peso más en la educación pública. El aumento del presupuesto educativo que necesitamos permitiría resolver los acuciantes problemas de infraestructura edilicia en miles de escuelas, garantizar las condiciones de los comedores donde por ejemplo en la provincia de Buenos Aires se destinan solo $ 12 por alumno. Negando el problema salarial que venimos reclamando los docentes a lo largo del país por la enorme caída de nuestros salarios, obligados a hacer extensas jornadas laborales para llegar a fin de mes, nada podemos creerle a este gobierno.
Lejos de buscar mejorar la Educación, buscan profundizar las políticas del Banco Mundial en el área educativa, que desde el gobierno de Menem y luego continuado por los de los K y ahora con Macri y Bullrich han ido acrecentando la destrucción de la educación pública.
En la pelea por la reapertura de las paritarias y la exigencia a la Ctera a un paro Nacional, hay que sumar esta denuncia que hace a la cada vez mayor precariedad de la educación pública.
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*Docente
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