Autoras/es: Cecilia Draghi
Con técnicas de la física estadística rastrean información acerca del día después del secuestro de 1036 personas en Tucumán durante 1974 a 1981. El método fue desarrollado a partir de un trabajo conjunto entre investigadores de Exactas y del Equipo Argentino de Antropología Forense. Acaba de ser publicado en la revista Physica A.
La pregunta surgió durante un curso de física computacional en 2006. ¿Se podría a través de un modelo estadístico de redes complejas reconstruir datos acerca del día después del secuestro de 1036 personas en Tucumán durante 1974 a 1981? La respuesta se publicó recientemente en la revista científica “Physica A” tras un trabajo conjunto del equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN-UBA). “Desarrollamos un método para analizar e interpretar estructuras emergentes en un conjunto de datos con información incompleta. Esto ha sido concebido para ser aplicado en el problema de obtener información acerca de los desaparecidos en la provincia de Tucumán, en la Argentina, de 1974 a 1981”, indica el estudio realizado por Inés Caridi, Claudio Dorso –ambos doctores en física de la FCEN-UBA e investigadores del CONICET-, junto con Pablo Gallo y Carlos Somigliana del EAAF. Modelos teóricos con sus fórmulas y ecuaciones buscaron complementar la tarea antropológica iniciada por el EAAF, hace más de 25 años, con el fin de investigar estos casos. “El equipo de antropología forense hizo entrevistas a familiares o amigos de desaparecidos, recogieron artículos que salieron en la prensa, reportes policiales, entre otras documentaciones, y la volcaron en una base de datos. Pero había un montón de agujeros y nosotros intentamos completarla con el empleo de modelos de redes complejas”, señala el Profesor Dorso, uno de los directores del Grupo de Estudios Básicos e Interdisciplinarios del Departamento de Física de FCEN-UBA. Fecha y lugar de desaparición, profesión, trabajo, militancia, domicilio son parte de la información recopilada por EAAF, y que resultó la materia prima para iniciar una serie de combinaciones posibles que llevaran a nuevas pistas, ya sea encontrar relaciones no evidentes hasta entonces, sugerir información faltante o formalizar nuevas preguntas a personas vinculadas con los desaparecidos en futuras entrevistas. “En este trabajo, intentamos rastrear la red subyacente de relaciones entre los desaparecidos hasta el momento del secuestro, porque ésta es relevante para encaminar las búsquedas acerca de lo que ocurrió después de la desaparición”, precisa Caridi. Por su parte, Somigliana, sostiene: “Los casos de los que hablamos no están en modo alguno aislados, sino que tienden a relacionarse de maneras diversas. La aplicación de modelos de redes complejas permite llevar a cabo esa tarea de manera sistemática y muchas veces "ver" relaciones que a simple vista pasarían desapercibidas y mejora la consistencia del modelo”. CGC en marcha Con los datos disponibles, el equipo de físicos comenzó a construir una red de relaciones, en que cada persona o nodo, podía tener conexiones entre sí basándose en atributos que se conocían de su vida, y usando reglas para vincularlos. Técnicamente se trata de un algoritmo, conocido por su sigla en inglés CGC, que se traduce como clusterización, crecimiento y coalescencia. “Se llama clusterización porque se empieza a determinar el grupo de personas cuyos secuestros están muy relacionados. Por ejemplo, si tienen la misma militancia y los secuestraron en un lugar y tiempo cercano. Esto es lo que se llama un núcleo duro. Por otro lado, hay casos que desconocemos la militancia, pero trabajaban en el mismo lugar y desaparecieron poco tiempo después a los anteriores”, explica Dorso, mientras muestra gráficos que representan esta red de vinculaciones. De esta forma, estos grupos pueden “crecer” y en determinado momento se “pegan” o se unen entre sí. “Por eso, se llama de clusterización, crecimiento; y coalescencia, cuando los juntamos”, remarca Dorso. En tanto, Caridi agrega: “La idea es que posiblemente los grupos detectados en esta etapa hayan tenido el mismo destino de cautiverio y esta información puede ayudar a los antropólogos a acotar la búsqueda”. Los distintos parámetros de esta información cargada en la computadora es combinada arrojando gran cantidad de resultados, que a su vez hay que chequearlos con diversas pruebas estadísticas para separar la paja del trigo. En este caso, además, el EAAF había logrado a través de su investigación reconstruir el destino de alguno de los casos de Tucumán, y esto fue tomado como modelo para testear si los resultados matemáticos arribaban a las mismas conclusiones. ¿Cuáles fueron las reglas que condujeron a obtener información? “Las mejores reglas para definir las conexiones de la red son las que tienen en cuenta la proximidad del lugar donde ocurrió el secuestro, conectándolo con eventos de detenciones que sucedieron en períodos de tiempo que van desde los 5 a 7 días”, subrayan los investigadores quienes siguiendo estas reglas reconstruyeron una red de circuitos de centros de detención clandestinos donde pudieron haber estado las personas desaparecidas. “Encontramos que esta red tiene sentido porque los testimonios de los sobrevivientes confirman algunas de las conexiones”, concluyen. | |
Fuente: Publicado en La Nación el 01/08/2011 |
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