Autores: Osvaldo Buscaya
(Fecha original del artículo: Agosto 2011)
*FEMENINOLOGIA
*Ciencia de lo femenino
Postulado: la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón
Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley.
Femeninologia - Nota (27)
Para la constitución definitiva del carácter, producto de los instintos parciales, tenemos que los rasgos permanentes del carácter son continuaciones invariadas de los instintos primitivos, sublimaciones de los mismos o reacciones contra ellos y se expone en la conducta milenaria hasta la actualidad, adoptada, por la PCPPPP (Perversa Corporación Política Patriarcal en el Poder Público) sobre el proxenetismo y la trata.
De la observación de la situación que nos plantea constantemente la PCPPPP, tenemos la reafirmación que nos suministra mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) sobre el perverso patriarcado, y, la convicción de que su moral y ética exterioriza su irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón, traducida y proyectada en la impuesta cultura representada, que requiere una elaboración interpretadora. La cultura de la perversa civilización patriarcal, se hace incomprensible por representar simultáneamente con su "normativa" ética y moral, varios elementos "comunes" de los distintos pasos de su proceso edípico. Lo encubierto del patriarcado es de muy distinto género; por ejemplo en los deseos recientes con las reviviscencias de las impresiones infantiles le sirven a ambas intenciones en forma "habilísima". El perverso patriarcado "académico", utiliza la multiplicidad de sus afectaciones patógenas para la multiplicación correlativa de sus "formas" de ataque contra lo femenino. Ataque que se hace ininteligible por el "desarrollo" de la "actividad" inevitable de su ambigüedad sexual en un proceso de inversión antagónica. El historial del perverso patriarcado "académico", nos descubre los estadios donde la satisfacción autoerótica, fantasía perversa, represión de esta fantasía se impone posteriormente intacta o modificada y adaptada a las nuevas "impresiones", provocando el retorno del acto satisfaciente, antes ligado a ella. La fantasía reinstala el acto "satisfaciente" de su pertenencia como ciclo típico de la actividad sexual infantil perversa en el fracaso de la represión y retorno de lo reprimido de la irresoluble perversión y ambigüedad sexual. En su accionar la perversa civilización patriarcal, en el ejercicio directo del poder, utiliza la mentira y la hipocresía en las "dobleces" sobre las propias "reglas", que impone, considerándose como "los de excepción", dada la transcendencia de las actividades de elevada jerarquía que los tienen como protagonistas, según afirman. De esta forma y manera generan una confrontación de la que estamos exceptuados, pero nos interesa lo esencial que no puede ocultarse: Dos aspectos de aquí en más, indiscutiblemente, remarcados; quienes estamos contra el proxenetismo y la trata, y, quienes están a favor de consentirla, con un énfasis de neutralidad sobre las legislaciones vigentes, con respecto al proxenetismo y la trata. Esta "neutralidad" que argumentaría la PCPPPP es lo que más inseguridad jurídica crea, en donde, incluso con el consentimiento de la persona afectada, si se sanciona la figura de lucrarse económicamente explotando la prostitución de otra persona. ¿Qué tipo de actividad es ésta? ¿Se refiere al proxeneta que obtiene beneficios? ¿El que regentea un lugar? ¿A quién alquila un inmueble a una prostituta? Nuestro rechazo a la prostitución y la trata ligada al proxenetismo, es el resultado de cada uno de los estadios de la evolución psicosexual que nos corresponde. Es así que convencida la PCPPPP en el "área" de los académicos de "carecer de responsabilidad alguna" sobre la inseguridad jurídica planteada, presumiría un carácter del que no han logrado salir por completo del estadio del narcisismo, integrando, por tanto, una fijación al mismo, que actúa en calidad de disposición de personalidades que anulan las sublimaciones logradas en el curso de la evolución, llevando a todo aquello que provoque un retroceso de la libido; una regresión: El delirio de grandeza es, en general, infantil. Afirmar, la PCPPPP "no me siento responsable", es la imposición de roles y lenguaje de la perversa civilización patriarcal "controladora", que utiliza contemporáneamente animismo, religión y ciencia utilizando, precisamente, como "objeto" a los propios integrantes de la PCPPPP que podrían ser cuestionados, exponiéndolos mediante las afirmaciones "protectoras" de los pares de la PCPPPP, que transformarán un "protegido" en un "excluido", de acuerdo a cómo evolucione el "juego" del "destape" de "antecedentes", que se pueda centrar sobre el "abandonado" a su suerte. Así procede el poder de la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual; todos estamos considerados "objetos", para ser utilizados y la PCPPPP retirará la "protección" al excluido, si les conviene, con la maldición que lo desligará del "mundo", para cantar el coro de los espíritus del perverso patriarcado: "¡Ay! Con ímpetu poderoso has destruido el mundo bello. ¡Un semidiós lo ha derribado!. . . . ¡Tú, el más grande de los hijos de la Tierra constrúyelo de nuevo! ¡Constrúyelo, más esplendoroso en tu corazón!" Fausto (Goethe). Se asimila la conducta de la PCPPPP, a la perdida de la conciencia, la "ausencia" del ataque histérico. Ausencia, durante la ensoñación, tan frecuente en los histéricos. Esta laguna fisiológica de la conciencia es ampliada entonces en favor de la represión hasta que pueda recibir todo lo que la instancia represora rechaza de sí. La neurosis histérica corresponde a una intensidad excesiva, de aquel típico impulso represivo de la ambigüedad sexual del varón que nos traslada al infantil varón en sus primeras huellas de su actividad perversa y ambigüedad sexual. La ocupación "favorita" y más intensa del infantil varón es satisfacer su perverso juego y sería adecuado afirmar que todo infantil varón en su perverso juego, se conduce como un patriarca creando su propio mundo o su "civilización" "ubicando" cosas y objetos de su "mundo" en un orden grato para él. No sería justo el pensar que el infantil varón no tomaría seriamente ese "mundo"; todo lo contrario, toma seriamente su perverso juego con gran afecto, en esa inevitable secuencia hacia el "adulto" patriarcado, haciendo lo mismo que el infantil varón con su perverso juego creando la civilización patriarcal, "seriamente". Así, pues, el patriarcado no cesa en su perverso "juego"; renuncia aparentemente a su perversión con su hipócrita ética y moral, pero quienes conocemos la estructura anímica del patriarcado sabemos muy bien que nada le es tan difícil como la renuncia al perverso placer que ha saboreado en su niñez. En realidad, el patriarcado perverso no puede renunciar a nada, no hace más que cambiar unas cosas por otras; lo que parece una renuncia en sus dogmas sociales, jurídicos, religiosos, etc., en realidad es una sustitución o una subrogación de su insatisfacción que no logra sublimar su libido, es decir desviar su excitación perversa irresoluble y ambigüedad sexual hacia fines más elevados, como hipócritamente pretende demostrar. El deseo utiliza una ocasión del presente para proyectar, conforme al modelo del pasado, una imagen del porvenir. Todo esto es el adulto patriarca, atado a su proceso edípico, quedando cumplidas las condiciones necesarias para que la fantasía inconsciente de su temor a la castración y horror a lo femenino castrado, adquiera todo el poderío exteriorizado en su paranoica civilización.
Buenos Aires
Argentina
Osvaldo Buscaya
(Psicoanalítico)
Femeninologia
Lo femenino es el camino
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