Autoras/es:
En una nota anterior presentábamos un relato sobre acoso laboral. Aquí
planteamos la necesidad de construir contextos de inclusión sobre la
base del diálogo y el respeto activo. No se puede educar para ser
autónomos en contextos de subjección; no se puede enseñar a convivir en
libertad con prácticas autoritarias; no se puede educar para la
democracia con prácticas autocráticas. La escuela es -o debe ser- una
construcción colectiva y dialógica.
Diálogo y respeto activo
Cuando trabajamos por una
escuela inclusiva, son muchas las situaciones dilemáticas que se presentan en
torno a diferencias de concepciones y criterios. Es preciso recurrir entonces
al respeto activo antes que a la tolerancia. Tolerar es simplemente aceptar al
otro por indiferencia o por impotencia. El respeto activo en cambio, es la
aceptación de los pensamientos y los ideales diversos pero además, es el
interés positivo por comprender los proyectos del otro y colaborar en su
desarrollo “siempre que representen un punto de vista moral respetable”
(Cortina, 1996), lo que significa un bien universalmente válido. Para que esto
sea posible, el diálogo es condición necesaria
porque compromete la participación de todos los sujetos que comparten un
grupo, una organización o una comunidad y convierte en actores a quienes
participan en él. Este es el camino para una convivencia justa en la escuela
inclusiva. Para que el diálogo
resulte positivo, es necesario el cumplimiento de una serie de condiciones que
se expresan en la ética discursiva[i]
- En el diálogo deben estar presentes todos los afectados por la decisión final. Solamente si alguno de ellos no pudiera participar, deberá hacerlo alguien que represente sus intereses y necesidades
- Quienes participen del diálogo deben hacerlo seriamente en el sentido de que deben estar convencidos de que se puede aportar algo, por lo cual se está dispuesto a escuchar
- El diálogo es bilateral y no unilateral.
- Quien dialoga se manifiesta dispuesto a escuchar y en consecuencia, modificar su propio argumento o sostenerlo.
- El objetivo del diálogo es encontrar la solución más justa.
- Todos los interlocutores exponen sus puntos de vista aduciendo sus correspondientes argumentos. La argumentación racional preserva de ofensas y ataques teñidos de violencia.
- La decisión final atiende a intereses universalizables que sirven a todos los afectados.
- Todas las decisiones que surgen del diálogo están sujetas a revisión a partir de nuevos procesos dialógicos.
El diálogo de estas
características contribuye a crear condiciones de igualdad y de implicancia en
los problemas y en las soluciones y es el marco contextual apropiado para la
inclusión educativa. La opinión y reflexión de los docentes deberá realizar un
recorrido por las implicancias y compromisos, por el currículo oculto del aula
y de la institución, por la interpelación a las propias prácticas. El diálogo
con los padres y con los mismos alumnos permitirá la intervención con sus
puntos de vista, sus expectativas en la corresponsabilidad del diagnóstico de
las situaciones escolares, la programación y evaluación de las acciones.
[i] La ética discursiva es una teoría que
reconstruye un principio básico de la comunicación y es que la validez de las
normas y las decisiones se asientan en
un diálogo irrestricto en busca del mejor argumento. Apel y Habermas son dos
teóricos que han desarrollado esta teoría desde distintas vertientes.
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