Autoras/es: Amy Goodman
(Fecha original del artículo: Octubre 2012)
La gran recesión de 2008, que trajo aparejada la crisis económica
mundial en la que estamos sumergidos, arrasó con los ahorros de toda la
vida de muchas personas y para millones de individuos significa una
amenaza inminente de desempleo crónico. Esto sucede mientras las arcas
de los grandes bancos estadounidenses y también de las grandes empresas
que no pertenecen al sector financiero gozan del nivel de efectivo
disponible más alto de toda la historia. Si bien la tasa de desempleo
continúa siendo elevada, y a pesar de la preocupación que genera luchar
para llegar a fin de mes, muchos trabajadores en Estados Unidos están
tomando las riendas del problema y exigen mejores condiciones laborales y
aumentos salariales. Se trata de los trabajadores que no son
mencionados en los debates presidenciales, que no son invitados a los
lujosos estudios de las grandes cadenas de televisión. Son los
trabajadores de Wal-Mart, la mayor empresa privada de Estados Unidos;
son los recolectores de tomate de Florida. A pesar de contar con escasos
recursos, armados de valor y con la convicción de que merecen mejores
condiciones laborales, los trabajadores se están organizando y están
logrando resultados.
Esta semana, los trabajadores de Wal-Mart lanzaron la primera huelga
contra la gigante de venta minorista en 50 años de historia de la
empresa. Realizaron manifestaciones y piquetes en 28 tiendas en 12
estados. Muchos de estos trabajadores no sindicalizados afrontan
represalias de la empresa, a pesar de estar protegidos por la Junta
Nacional de Relaciones del Trabajo. Los huelguistas están organizados en
“OUR Walmart” (nuestro Wal-Mart), sigla en inglés que significa
“organización unidos para exigir respeto en Wal-Mart”, que se creó con
el apoyo del Sindicato de Trabajadores del Sector Alimentario y
Comercial. Los miembros de OUR Walmart
protestaron frente a la “Reunión para la Comunidad de Inversores 2012”
en Bentonville, Arkansas, para exigir que la empresa detenga las
represalias contra los empleados. El grupo prometió tener una presencia
importante en todas las tiendas de Wal-Mart a nivel nacional en el
llamado 'Black Friday', el día siguiente al Día de Acción de Gracias,
que es, a su vez, el día de mayor venta en las tiendas minoristas en
todo el año. Los trabajadores han logrado un apoyo considerable de
aliados que están prontos para unirse a su lucha, como la Organización
Nacional para las Mujeres.
A lo largo de su historia, las prácticas empresariales de Wal-Mart se
han caracterizado por tercerizar determinados servicios a otras
empresas, como las tareas de depósito y entrega a domicilio. En Elwood,
Illinois, los trabajadores del depósito empleados por la empresa
subcontratada por Wal-Matr, RoadLink, se declararon en huelga
inmediatamente después de que una huelga similar fuera iniciada por
trabajadores en California. Según el grupo Warehouse Workers for Justice
(WWJ), “los empleados de los depósitos
trabajan a temperaturas extremas y levantan miles de cajas que pueden
pesar hasta 110 kilos cada una. Los accidentes en el trabajo son
frecuentes y los trabajadores rara vez alcanzan a ganar el salario
mínimo o cuentan con las prestaciones sociales básicas”.
Según WWJ, luego de 21 días de huelga en
Elwood, los trabajadores “lograron una victoria en su demanda principal
de que se pusiera fin a las represalias ilegales contra los empleados
que protestan contra las malas condiciones laborales. Regresarán a sus
puestos de trabajo...y percibirán el 100% de su salario por el período
que estuvieron en huelga”.
Hablé con uno de los huelguistas de Elwood, Mike Compton, que me
contó en detalle acerca de una de las terribles condiciones que deben
soportar en su trabajo mal remunerado:
“Tenemos un grave problema con el polvo. Todos los contenedores que
descargamos vienen de China y están cubiertos de polvo negro. Es
horrible tener que respirar eso todo el día. Hemos llegado a tener que
pedir hasta siete u ocho veces que nos den máscaras. Simplemente nos
hacían ir a diferentes lugares, dirigirnos a otro gerente o acudir a
otro departamento. Y la mitad de las veces nos íbamos con las manos
vacías. Hubo casos de tráilers que tenían la leyenda ‘desinfectado en
México’. No sabemos por qué. Muchos trabajadores han tenido dificultades
para respirar dentro de los tráilers. Es decir, en mi opinión, algo
sencillo y tan barato como una máscara para el polvo debería estar
disponible a cualquiera, especialmente en una empresa que tiene tanto
dinero como Wal-Mart”.
Compton estaba participando en las protestas realizadas frente a la
sede de Wal-Mart en Bentonville, Arkansas, mientras se desarrollaba la
reunión de inversores de la empresa.
Mientras tanto, varias generaciones de trabajadores inmigrantes del
sector agrícola han trabajado durante años en la recolección de tomates
en la localidad rural de Immokalee, Florida en condiciones terribles. En
1993, fundaron la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW,
por sus siglas en inglés) para organizarse junto con los consumidores y
exigir que las grandes cadenas de restaurantes compren los tomates a
granjas que paguen un salario digno a sus trabajadores.
Hablé con Gerardo Reyes-Chávez, trabajador agrícola y dirigente de
los trabajadores rurales de Immokalee. Se encontraba en Denver, donde
está la sede de la empresa de comida rápida Chipotle. La Coalición ha
trabajado en el tema de Chipotle durante diez años. Reyes-Chávez me
dijo: “Hemos logrado crear un Programa de Comida Justa, que se ocupa de
los abusos cometidos en la industria del tomate. Creamos todo un nuevo
sistema para identificar dónde ocurren estos abusos y así poder
erradicarlos del sistema. Esta es la oportunidad para que Chipotle haga
lo correcto. Afirman que venden comida “con integridad” y que realmente
les interesa la sustentabilidad…Lo que les decimos es que esta es la
oportunidad para que lo hagan realidad”.
Al día siguiente de la entrevista a Reyes-Chávez, Chipotle firmó el
Acuerdo de Comida Justa. Mientras los candidatos a la presidencia están
ocupados intercambiando ataques acerca de sus planes para crear empleo
en debates fuertemente controlados, los trabajadores de las bases, de
Florida a California, se están organizando para lograr un cambio.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del
libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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