Autoras/es: Stella Maris Torre
(Fecha original del artículo: Dixciembre2008)
Un mural con una representación tradicional del Gauchito Gil en un barrio periférico de Rosario. |
Para la Iglesia Católica, “Canonizar” es declarar solemnemente santo y poner el Papa en el catáologo de los mismos a un siervo de Dios ya beatificado.
Pero
La religiosidad popular, no siempre respetuosa de la ortodoxia romana, suele canonizar de hecho a personas reales, e incluso imaginarias, a las que la tradición oral adjudica la realización de verdaderos milagros. Y lo hace con la esperanza de que estos santos oigan sus ruegos. Y como a menudo los oyen, se les retribuye con exvotos, que pueden ser de ofrenda y de sacrificio
El problema es complejo, pues lo que con frecuencia se designa como “superstición” es
· Una auténtica manifestación religiosa de las clases bajas
· La proyección de esquemas lógicos diferentes a los occidentales.
Estos cultos tan heterodoxos no se alzan contra la Iglesia como una especie de herejía. Los devotos son en su casi totalidad cristianos practicantes: asisten a misa, bautizan a sus hijos, contraen matrimonio religioso, se confiesan sus faltas, comulgan y hasta honran a sus sospechoso “santos” con exvotos intachables (imágenes de Cristo, la Virgen, y los santos conocidos). Este esfuerzo por ajustarse al Catolicismo viene a atestiguar una carencia, un desamparo: La Iglesia no recoge los códigos culturales de esos pueblos.
Aún así, las devociones populares se proyectan en el imaginario social, dentro y fuera del círculo de los devotos. Este es el caso de Ceferino Namuncurá, el “santito de la toldería”, el único beatificado en la constelación de santos populares.
Vida
Nació en Chimpay, en el valle del Río Negro, el 26 de agosto de 1886.
Hijo de Manuel Namuncurá y una cautiva blanca chilena, Rosario Burgos.
Pasó su infancia en la Patagonia
Los padres salesianos Caglieto y Melanesio obtuvieron el permiso de sus mayores para educarlo, pasando por el Colegio Pío IX, en Buenos Aires, en 1897 y por Viedam en 1903
La tuberculosis, que en esa época hacía estragos, obligó su traslado a Italia, donde estuvo atendiendo su salud física al tiempo que se preparaba en el orden religioso católico
Su devoción crecía y su salud decaía, hasta que muerte el 11-05-1905.
Sus restos regresan al país en 1924 y reposan en Fortín Mercedes provincia de Buenos Aires, cerca de Bahía Blanca.
Culto popular
· Muchos fieles peregrinan hasta Fortín Mercedes para solicitar su intercesión y cumplir promesas con exvotos de ofrenda, los que se multiplican en diversas formas en toda Argentina.
· Una iglesia de capital lo recuerda los días 11 de cada mes
· Muchos devotos agradecen públicamente con el clásico aviso “Gracias Ceferino Namuncurá” por el milagro recibido, que se publican en diarios y revistas de todo del país
· Hasta su beatificación, ocurrida en noviembre de 2007, podía verse como una concesión de la iglesia la venta de sus estampas y oraciones en santerías católicas, así como banderines, medallas, pequeñas imágenes, que se adquieren en grandes cantidades, lo que viene a reafirmar la gran dimensión que tiene su culto.
· Hay pequeños “monumentos” a la vera de rutas y caminos, frente a los que se detienen los viajeros a rezar una oración al “santito” dejándole velas prendidas
· Tiene una proyección literaria y artística
Proceso de canonización oficial
· Teniendo en cuenta el movimiento popular de fe que acompañaba desde la muerte a su figura, en 1945 se inician las primeras cuestiones. Los cardenales de la Santa Congregación de los ritos comenzaron 3 años más tarde a analizar los hechos: tradición oral y otros elementos concretos: fe inquebrantable, los escritos que dejó, en base a lo cual lo reconoció como Venerable
· Se lo beatificó en base a la comprobación de un milagro, certificado por cardenales y médicos
· Para su canonización habrá que encontrar y certificar otro milagro
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