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domingo, 4 de marzo de 2018

"Esa es mi cuadra": desresponsabilación del Estado y control de la población

Autoras/es: Stella Maris Torre
Disfrazado bajo la forma de inocente concurso cuyo premio será la eximición o reducción en el pago de ABL durante el 2019, se esconde, a nuestro entender, una de las formas más perversas e ingeniosas de responsabilización del Estado y control de la población.
(Fecha original del artículo: Marzo 2018)
En efecto, si seguimos el enlace que figura al pie, nos encontramos que para poder concursar, en primer término debemos informar al Gobierno de la ciudad nuestro nombre y apellido, domicilio y correo electrónico.
 
Por otro lado, podemos leer en las bases y condiciones que:

"El objetivo del CONCURSO consiste en fomentar la colaboración, compromiso y responsabilidad de los vecinos en el mantenimiento de la higiene urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo ello en el marco de la implementación de políticas de reconocimientos que buscan mejorar y orientar las decisiones de las personas de un modo que redunden tanto en un beneficio individual como general en pos de lograr, entre todos, una Ciudad más limpia." 
Nos preguntamos ¿más limpia de qué o de quienes? Veamos...

"Aquellos propietarios y/u ocupantes de inmuebles ubicados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires [...] que deseen postular su CUADRA deberán hacerlo entre el día 23 de Febrero de 2018 y el día 23 de Marzo de 2018 (inclusive) [...] Hasta el día 3 de abril inclusive el ORGANIZADOR comunicará a los postulantes si su CUADRA ha resultado seleccionada para participar del CONCURSO."
Consideramos realmente que con los complicados mecanismos de selección implementados en las bases y condiciones (nos remitimos a la lectura de las mismas),10 días basten para realizar un trabajo fundamentado en evidencias, ¿no sería posible en cambio que las cuadras fueran elegidas a dedo porque lo importante, finalmente, no radicaría en que los vecinos limpien o no limpien, sino en recabar la mayor cantidad de datos actualizados posible para efectuar eventualmente un efectivo proceso de control poblacional: quién soy, dónde vivo, con quién y (porqué no), te doy información sobre mis vecinos...?

"Una vez recibida la comunicación por parte del ORGANIZADOR indicando que la CUADRA postulada ha sido seleccionada para participar del CONCURSO, quien quiera participar por los premios del CONCURSO deberá [...] completar el formulario que recibirán por e-mail, el cual deberán llenar con los siguientes datos: Nombre y Apellido, Documento Nacional de Identidad (DNI), género, teléfono móvil, teléfono fijo, dirección (Avenida/Calle y altura, código postal), barrio, piso, departamento/unidad funcional, manzana, sector, número de orden y pasillo en caso de corresponder. [...]"
O sea, como veniamos diciendo, todos nuestros datos personales servidos en bandeja. Si esto no es control de la población, ¿qué será entonces? Un horror, o peor, ¿terrorismo de estado?

"La etapa de mediciones del presente CONCURSO se realizará conforme el procedimiento y mecanismo que se detalla […]: 1. El objetivo de las mediciones es evaluar la limpieza de las cuadras mediante las variables del Índice de Calidad de Limpieza (IDL). El Índice se basa en cinco criterios, detallados a continuación: […] e. Grafitis, pegatinas y otros: refiere a incidencias de grafitis o pegatinas y otras suciedades, como por ejemplo, presencia de heces de paloma."
Quedamos absortos con este concepto de que el grafiti es una suciedad y la pegatina también. 

En primer y largo término, pareciera  ser que los funcionarios desconocen o conocen  a la perfección, el significado e historia del grafiti.

Dice el diccionario de la real academia española: "grafiti. Del it. graffiti, pl. de graffito. 1. m. Firma, texto o composición pictórica realizados generalmente sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente."
Dicho en otros términos, se trata de una modalidad de pintura libre, generalmente realizada en espacios urbanos, destacada por su ilegalidad. Y creemos que aquí radica el meollo de la cuestión. Así como cualquier normativa emanada de los gobiernos se considera legal, puede muy bien ser ilícita. Ejemplo, las leyes de la dictadura. Y al revés, los grafitis podrán ser ilegales pero perfectamente lícitos, en especial cuando La Ley nos oprime poniendo mordazas a la libre expresión de  nosotros, hombres y mujeres comunes.

Romina Figueroa Guerra, de la Universidad Nacional de Tucumán, señala que el grafiti en Argentina comenzó a ser utilizado en los años ‘20 con fines políticos y siguió siendo así durante varias décadas.

Con el ascenso de Perón a la presidencia, la actividad de protesta se dejó de lado, afirma la autora.

Pero al estallar el golpe de estado en 1955, con la declaración del estado de sitio, la prohibición del peronismo y la constante represión, la práctica de grafitis políticos se intensificó. La tiza y el carbón le daban voz al pueblo que en las paredes reclamaba la vuelta de Perón. Las pintadas había que hacerlas en el menor tiempo posible, se utilizaban tizones grasos elaborados con negro de humo y cera o, en otros casos, rojo de hidróxido de hierro y otras pinturas. “Con tiza y con carbón, las mujeres con Perón” era una consigna clásica que sintetizaba la metodología de aquella etapa.

Ya por el año 69 aparece en el país el aerosol, lo cual servía para escribir más rápido las consignas clandestinas en contra de la dictadura de turno, sin dejar de lado que a los autores de los grafitis de esa época les seguía gustando más las formas antiguas de escribir en los muros, lo cual lo ponían en práctica cada vez que las condiciones de seguridad para llevar a cabo sus trabajos lo permitían.

La etapa dictatorial de 1970 al 73 resultó emblemática por la creciente presencia de reclamos populares desde las paredes. El período 1972 al 76 por su elevada conflictividad social, dura confrontación ideológica y masiva participación ciudadana, posiblemente constituya también el momento de mayor desarrollo del grafiti político en el país. También los sectores contrarios al peronismo imprimían mensajes en las paredes, los cuales estaban relacionados con un deseo de orden, moralidad, religión contrarios a lo que para ellos representaba Perón.

Durante la época sangrienta de la dictadura de 1976, realizar un grafiti se volvió una actividad sumamente peligrosa que la empujó nuevamente a la clandestinidad. Cuando se exigió con pintadas desde la propia Pirámide de Mayo la “aparición con vida de los 30.000 desaparecidos”, entre otras reivindicaciones, los partidarios del régimen en retirada respondieron pegando en el área céntrica un cartel con la foto de éstos grafiti que pretendía demostrar “vandalismo” sobre el monumento y preguntándose en el texto si sus autores querían volver a un pasado oscuro. Ese pasado no era para ellos el del terrorismo de estado, la represión indiscriminada y las aventuras bélicas, sino aquel en que el pueblo se permitía reclamar públicamente sus derechos desde las paredes.

En septiembre de 1983, en la Plaza de Mayo y sus alrededores, tuvo lugar la Tercera Marcha de la Resistencia organizada por las Madres de Plaza de Mayo. Fue entonces que tres artistas plásticos -Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel- acercaron a sus organizadores una iniciativa inédita: realizar las siluetas sobre papel, en tamaño natural, de los miles y miles de desaparecidos, para acompañar la marcha y ser pegadas en las paredes aledañas a la plaza. Esas siluetas constituían un acta de acusación demoledora a los crímenes de la dictadura y a la vez, aparecían como el contorno visual de una consigna y un clamor de las propias Madres, nada retórico: “Con vida se los llevaron, con vida los queremos”.


Los primeros grupos de grafiteros, aunque tal vez no se denominaran así, porque solían denominar a sus grafitis "pintadas", se iniciaron por el año 82/83, parodiando las consignas de los partidos políticos, y esto en plena efervescencia democrática(1). Estos fueron los inicios, pintadas sin ningún adorno ni esfuerzos tipográficos, pero con fuerte contenido crítico, centralmente al "consignismo" de los partidos políticos de la época.

En los ‘90 hubo varios picos de desarrollo de la pintada durante diferentes campañas políticas nacionales. Creció también el reclamo desde las paredes exigiendo justicia y en contra de indultos a los jerarcas de la dictadura.  La presencia del grafiti irónico disminuyó por entonces en la ciudad, aunque se concentró sobre figuras públicas paradigmáticas y frecuentemente mencionaba con sarcasmo la política privatizadora impulsada desde la conducción del estado.  A su vez, se encontraba una mayor evolución en las pintadas, sin perder de vista que también se seguía protestando por lo que años atrás había sucedido en la historia del país.

También por esos años llegó al país el grafiti catalogado como arte hip-hop, el cual dio una nueva forma de color a las paredes de esta ciudad.  La privatización de medios de transporte como el ferrocarril o los accesos viales a la ciudad redujo muchas superficies habitualmente propicias para las grandes pintadas políticas. Paradójicamente, como esos lugares eran los sitios preferidos por los militantes de los partidos legalizados, al disminuir su presencia allí se favoreció la apropiación de dichos espacios por expresiones clandestinas.

Luego de este interesante recorrido histórico del grafiti en la Argentina, concluye Romina en que "Desde las paredes libran también una lucha cuerpo a cuerpo con los discursos oficiales, denuncian la pérdida de nuestra memoria histórica, asumen por muchos el rol de contestar y desocultar."

Pero el grafiti no es un fenómeno exclusivamente argentino ya que sus expresiones se manifestaron y manifiestan en muchos países.

Tomemos por caso a España. Al respecto, la periodista española Fátima Manzano destaca que " Muchos habrán visto a sus padres luchar contra las pintadas que unos vándalos -o así es como se referían a ellos- habían dejado en el portal o en el cierre de un pequeño negocio. Limpiadores empeñados en borrar los grafitis de los vagones de tren y personas que luchaban a golpe de estropajo por eliminar los restos del spray. ¿Pero qué hay detrás de esos mensajes para que los expertos en arte se paren a comprender qué quiere reflejar el autor? Nada más y nada menos que eso: arte, o, al menos, la intencionalidad de crearlo. Como si de un movimiento pictórico se tratara, aquellos que se dedican a dibujar sus grafitis en las paredes […] siguen unas reglas, técnicas y códigos de colores."

La explosión definitiva de este movimiento y sobre todo, de este medio -así lo definen los expertos en grafiti universitario-, ocurrió durante la transición española. No obstante, las universidades de Madrid también recibieron de lleno la influencia de las huelgas y las revueltas estudiantiles que sacudieron París en mayo de 1968.

De hecho, incluso la Facultad de Arquitectura de la Universidad Politécnica ofrece un máster, denominado Instalaciones Efímeras, en el que se analizan las distintas estrategias por las cuales se puede ejecutar un proyecto en un espacio público. Así, el proyecto fin de máster ha consistido en realizar un mural entre los alumnos sobre una de las fachadas del área deportiva de la Universidad.

"Para nosotros es fundamental que los estudiantes ejecuten todos los conocimientos en situaciones reales con condicionantes reales", asegura Javier Serrano, profesor de esa facultad y miembro de Boa Mistura. Este grupo artístico, conocido por llenar las calles de Madrid y Barcelona con mensajes como Te comería a versos o No hay imposibles, sólo improbables, se considera grafitero de pura cepa y defienden su labor en una definición que recoge bien tanto la finalidad como el sentido de las pintadas y del arte urbano."Entendemos nuestro trabajo como una herramienta para transformar la calle y crear vínculos entre las personas".


Pasemos ahora al segundo término. Los que dibujan grafitis o pegan afiches no somos los vecinos de la cuadra sino otras personas (los  vecinos de la cuadra en general pintamos en otras cuadras). Entonces, si vemos a un extraño relizando estos actos sucios ¿estamos autorizados a correrlos a escobazos, sillazos, trompazos o cómo? Guerra entre vecinos se ha dicho. El estado no es responsable por los daños.
Y con las suciedades que ya están, ni qué hablar. ¿Vamos a la pinturería dispuestos a gastar exhorbitantes sumas de dinero a fin de adquirir los productos necesarios para blanquear las paredes, para eliminar todo aquello que contamine el modelo de ciudad aséptica y sin identidad imaginada tal vez por este modelo de gobierno, o como les gusta decir a ellos, modelo de gestión? ¿Nos deslomamos pintando y arracando afiches para ganar un ridículo concurso? Que nadie gana. Porque todos perdemos...

Y para ir terminando, las palomas no son de nadie, o a lo sumo son de la ciudad, y vuelan libremente donde se les da la gana... realmente da risa que pretendan que los vecinos salgamos a limpiar su caca, ¿o sería más efectivo el tiro al blanco, parrafraseando el dicho popular muerto el perro se acabó la rabia? Muerta la paloma, se acabó su caca. Más risueña aun es esta pretensión cuando, al pasar por cualquier plaza de la ciudad observamos heces de paloma por doquier, por ejemplo y sobre todo, en el sector de juegos para niños. ¿Tendriamos que organizar entonces santas cruzadas de limpieza con los peques, a puro balde, detergente, cepillo?
Y si las plazas son públicas, las veredas también. O podríamos acaso cercarlas para prohibir el paso a todos estos sucios indeseables que mencionan las citadas bases y condiciones del concurso? Pensándolo mejor, tal vez tendriamos que techarlas también, por las palomas ¿vio?

"Y...  así es la vida", diría un sacrificado personaje que interpretó Ana María Picchio hace ya unos cuantos años.
Sin embargo, para nosotros la vida no tiene porqué ser así,  formateada según los premios  y  castigos de esta perversa competencia entre vecinos llamada eufemísticamente Esa es mi cuadra. Sospechamos que la amplia participación ciudadana que nos concede el gobierno de la ciudad es engañosa. Aquí lo único que es amplio es la sonrisa de Larreta.


(1) Algunos de los más recordados:
 • de los firmados por Los Vergara: “Albert sabe el secreto, Batman es Bruno Díaz”; “Tiemblen fachos, Maradona es zurdo”, “No a la donación de órganos" (Yamaha)”, entre muchos otros.
• Con un humor más ácido, Bolo Alimenticio: “La Semana Santa es una huelga eclesiástica”, “Los curas enferman”, “Morirse no es nada, lo triste es vivir en al Argentina” y
Fife & Autogestión: "Cuando el Estado se prepara para matar se hace llamar Patria", “Basta de pornografía: ¡vistan a Cristo, que está en pelotas!”. 


Fuentes:

Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Esa es mi cuadra, disponible en http://www.buenosaires.gob.ar/(sitio consultado el 04-03-18)

Real Academia española, Grafiti, disponible en http://dle.rae.es/?id=JPvdsiL (sitio consultado el 04-03-18)

Fátima G. Manzano, El mensaje oculto tras los grafitis. Diario el Mundo, Madrid, España, 21/10/2015. Disponible en http://www.elmundo.es/f5/2015/10/21/55a8ddf1e2704e982c8b457a.html (sitio consultado el 04-03-18)

Romina Figueroa Guerra, El graffiti en Argentina. Historia. Junio 2016. Disponible en http://sobregraffiti.blogspot.com.ar/2014/03/como-surgio-el-graffiti-en-argentina.html (sitio consultado el 04-03-18)

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