Autoras/es: PorAzar.com, con comentarios de Stella Maris Torre
Un profesor de Psicología en Estados Unidos, quien se se encuentra en la actualidad enseñando a su clase el conocido dilema ético, conocido como el "Dilema del Tranvía", o bien "Dilema del Tren". Al llegar a casa al final del día, y por estar jugando con trenes con su hijo, pensó que sería interesante ver la respuesta del niño de tan solo dos años, al mencionado problema. Grabo su respuesta para poder compartir y discutir con su clase, especialmente teniendo en cuenta que también debía discutir el desarrollo moral a partir del nacimiento, puesto que el y su esposa, habría estando constantemente guiando a su hijo desde el nacimiento.
Hasta aquí, el comentario del Autor. Ahora, Pizarras y Pizarrones coincide en que se trata de una problemática de desarrollo moral, pero hacemos algunos cuestionamientos.
Ah! primero vean el video, al pie están nuestros interrogantes y ¡agradeceríamos muchísimo recibir sus comentarios!
Hasta aquí, el comentario del Autor. Ahora, Pizarras y Pizarrones coincide en que se trata de una problemática de desarrollo moral, pero hacemos algunos cuestionamientos.
Ah! primero vean el video, al pie están nuestros interrogantes y ¡agradeceríamos muchísimo recibir sus comentarios!
(Fecha original del artículo: Septiembre-Octubre 2016)
Nunca olvidaré ese terrible examen final de Psicología Educacional en Filo. Todxs estábamos aterrorizados, el pánico iba creciendo a medida en que salía algún compañerx que nos contaba, con lujo de detalles y lágrimas en los ojos, de qué manera feroz lx habían bochadx. De paso les digo que este clima de amenaza de inminente invasión extraterreste o de choque del cometa Halley contra la tierra, hizo que muchxs estus desisitieran siquiera de ver qué onda el interior del aula: dejaron el final para un futuro más lejano que cercano.
En fin, en mi caso (no por valiente sino porque con tal de terminar rápido la carrera decidí apostar a la ruleta) esperé impaciente mi turno. Me llamaron, me tocó como examinadora la titular de cátedra y me desplegó cuatro preguntas una peor que la otra.
Digo esto no porque una no hubiera estudiado, sino que tuve en "suerte" desarrollar las teorías con las cuales menos estaba (ni estoy) de acuerdo. Una de mis respuestas estaba relacionada con la teoría de Piaget acerca del desarrollo moral del niño. Cito algunos conceptos de la misma: "[...] existen tres grandes períodos en el desarrollo de la justicia en el niño : un período que se extiende hasta los 7-8 años, durante el cual la justicia sesubordina a la autoridad adulta [...] El primer período se caracteriza por una indiferenciación de las nociones de lo justo y lo injusto con las nociones de deber y desobediencia: es justo lo que se conforma a las consignas impuestas por la autoridad adulta."
Recuerdo cuando había leído el texto respectivo, y sin ánimo de ofender a ningún piagetiano sino de expresar mi opinión y ansiando recibir otro/s puntos de vista, les confío que esta parte de su "corpus" me había causado mucha risa porque no la consideraba (ni la considero) basada en hechos comprobados/comprobables científicamente. Más bien, sigo creyendo hoy en día, es un intento de tratado acerca filosofía moral mezclado con los ya famosísimos estadíos de desarrollo intelectual en los seres humanos.
Básicamente Piaget concluye en que cuando un sujeto llega al estadío del pensamiento abstracto recién ahí termina de construir sus barreras morales (ejemplo: entiende que matar es malo).
Sin embargo, según muchas autoridades en el tema, sabemos que es prácticamente imposible alcanzar este estadío supremo a nivel global de conocimientos. Ejemplo simple producto de mi experiencia: en otra materia relacionada con Educacional, Psicología Evolutiva, la profe de los prácticos un día nos tiró un sencillo problema matemático para resolver mentalmente, tipo "si fulana tiene el triple de caramelos de mengana menos uno, y mengana tiene 10 caramelos, ¿cuántos tiene fulana?". En fin, la cosa es que no lo pudo resolver nadie excepto quien les habla, siendo todos estudiantes universitarios con un supuestamente aceptable entrenamiento en Matemáticas proveniente del secundario...
Después discutimos colectivamente la experiencia. Y llegamos a la conclusión de que mi respuesta correcta no fue producto de la genialidad, sino de que yo había profundizado el campo de las matemáticas cuando estudié Ciencias Económicas. Eso, simplemente eso...
Volviendo a aquel final de terror educacional, en aquella oportunidad cuando respondí objetando la teoría del desarrollo moral tuve una discusión con la titular de cátedra acerca de mi pésima interpretación de la teoría y blabla. Para los curiosos les cuento que finalmente aprobé con ocho (creo que me salvaron el resto de las preguntas).
En fin, con tanta cháchara lo que quisiera transmitir es lo que interpreté cuando ví el video de este niñito de dos años.
Tiene frente así un carril ferroviario donde está el tren. Este carril se bifurca y sobre un ramal hay cinco muñequitos y sobre el otro hay uno sólo. Se le pregunta al niño por donde haría pasar el tren y éste tranquilamente traslada al muñequito solitario junto con los demás y luego hace pasar el tren por el carril donde están todos. Y todo esto lo hace sin dudar, o sea, el pibe parece no tener ningún dilema.
¿Significa esto que todavía no desarrolló su moral o que es un perverso?
¿No podemos también interpretar que el nene quería tener juntitos a todos los protagonistas de la historia -tren incluido-, manifestando una categoría moral que tal vez acompañe al niño pequeño pero está bastante olvidada por los adultos: la solidaridad?
Recién en el final, cuando el nene ve el desastre que provocó la máquina, queda sorprendido. Sorprendido, no culposo ni atemorizado ni nada de eso. Sorprendido, porque los resultados no fueron lo que él esperaba (que pasearan alegremente todos juntos por la vía, por ejemplo...)
Por más que los cientistas quieran poner cada cosa en su lugar, no dejan de mirar a los niños con las categorías aplicables a los adultos, gravísimo error, creo...
Así como la niñez es una construcción social, sobre ella a su vez se apoyan enfoques de lo más descabellados (aún teniendo el cuenta los contextos históricos de producción). Sin caer en el concepto rousseauniano (y rosa) sobre los niños, tampoco creo que podamos considerarlos como amorales, como perversos.
¡¡¡Cosas veredes que non crederes!!!
Bibliografía:
Freud, S.: (1905) Tres
ensayos de teoría sexual, disponible aquí (sitio consultado el 16-10-16)
Piaget, J.: (1932) El criterio moral en el niño. Ediciones Martínez Roca, S.A. Barcelona, 1984
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