El pasado 30 de diciembre le fue impedido el ingreso a su lugar de trabajo a Martín Ferrari, docente de la escuela técnica secundaria que depende de la Universidad Nacional de San Martín. Seis días antes había pedido una audiencia con el Rector de la institución, Carlos Ruta, porque el director del colegio, Javier Río, lo había despedido injustamente.
Ruta todavía no dio señales de vida, y mientras se demora en dar respuestas al conflicto, el apoyo a Ferrari crece entre los maestros, gremios y organizaciones sociales. Según denunció el cuerpo docente de la escuela técnica en un comunicado emitido hace dos semanas, el despido fue por “motivos ideológicos y políticos”.
“La decisión unilateral y arbitraria de la dirección de la escuela es contraria a una forma innovadora de pensar la relación entre escuela y barrio que prioriza la inclusión de jóvenes históricamente vulnerados en sus derechos y excluidos de la escuela tradicional. A su vez coarta la participación de la comunidad organizada en el desarrollo de la escuela. De hecho, el documento fundacional del Ministerio de Educación de la Nación propone el compromiso activo de los docentes en el desarrollo y ejecución del proyecto educativo institucional”, señalaron los profesores y las profesoras del establecimiento.
Cabe destacar que los lineamientos del Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012-2016 instan a las Universidades nacionales a crear escuelas técnicas secundarias, con un perfil orientado sectores de la población que tienen mayores dificultades para acceder a la educación pública de calidad. En ese sentido, el cuerpo docente remarcaba en el comunicado que “la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM en conjunto con la Universidad de Quilmes y con la Universidad de Avellaneda es una de las pioneras en llevar adelante este modelo alternativo de escuela, que logra articular el accionar de Universidades Nacionales con el Ministerio de Educación de la Nación y las organizaciones sociales”.
Según explicó el propio Martín Ferrari, en diálogo con ANRed: “En la UNSAM se planteó crear una escuela técnica para los sectores populares. Acá estamos fundando una nueva escuela para el país, con los pibes más golpeados, porque está ubicada en la zona del Ceamse, una zona en la que vive una tercera generación de trabajadores que vive del cirujeo. Pensar la escuela para esta población es un desafío, y el proyecto plantea eso”.
El profesor aseguró que justamente por esa orientación que se pretendía darle a la escuela técnica es que habían ido a buscar para que integraran el plantel docente a profesores que, como él, tenían experiencia en el desarrollo de Bachilleratos Populares. Según describió, desde esos espacios se ha “innovado en los últimos diez años desde lo pedagógico, desde el vínculo con las organizaciones sociales y desde la modificación de la relación saber-poder”.
En ese sentido, volviendo a la propuesta de la Escuela Técnica, resaltó: “Este proyecto reconoce que el 50% de los pibes que van a la escuela no terminan. Por eso existen los programas como los Fines, el Envión, se parte desde esa base”.
Proyectos en disputa y persecución política
Sin embargo, el titular de la institución, Javier Río, exdirector de una escuela salesiana y docente de la UNSAM, parecería tener un proyecto diferente al que menciona Ferrari. “No son razones laborales las razones del despido, pero sí tuvieron que ver con el hecho de haber construido participación de la comunidad en la Escuela. Se personalizó en mí algo que tiene que ver con un proyecto, se están fundando escuelas para los sectores populares, y se convoca a educadores vinculados al programa Envión, Bachilleratos Populares, para esto”, remarcó el profesor despedido.
Según denunciaba todo el cuerpo docente en el comunicado emitido: “Martín Ferrari en su rol de coordinador socioeducativo se avocó conjuntamente con su equipo, los asesores pedagógicos y los y las docentes a llevar adelante este desafío. Propusieron espacios barriales e inéditos dispositivos pedagógicos que fortalecieron los trayectos educativos de los estudiantes, así como también espacios de democratización de las decisiones al interior de la escuela técnica”.
“Lo que analizamos con el despido es que acá está en juego la construcción de una nueva escuela. Hay 31 docentes, que conformamos el colectivo docente, y sectores populares que quieren participar de la construcción de la escuela y del perfil de la escuela”, remarcó.
Ante la falta de respuesta, Ferrari aseguró que continuarán difundiendo la situación y que están esperando que el Rector de la UNSAM, Carlos Ruta, los reciba. “Esperamos que antes de febrero nos reciba el Rector, si no el cuerpo docente evaluará tomar acciones. Nos preocuparía que la Universidad pública tenga la lógica de la Universidad privada”.
De hecho, no sólo lo referente a lo educativo muestra dos modelos en pugna, también las cuestiones vinculadas a las condiciones de trabajo de los docentes. Ferrari en realidad no fue despedido, si no que fue desvinculado: simplemente no le renovaron el contrato. La escuela aún no tiene concursos docentes, toda la planta es interina, con contratos anuales. “Se agarra de la situación precaria que estamos”, remarcó el docente y aseguró que su reclamo crece en apoyos: “Hay adhesión de todos los sectores, y de distintos colores políticos, por lo burda que fue la desvinculación”.