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viernes, 8 de marzo de 2013

Los Miserables

Autoras/es: Ramiro Giganti
Ilustración de Cosette en la posada de los Thénardiers,
Montfermeil; por Émile Bayard (1837-1891).
(Fecha original del artículo: Marzo 2013)

¿Qué hace un empleado de un hotel escuchando música clásica? Se preguntaba un pasajero francés, o al menos eso decía su mirada. Un médico norteamericano que pasó por el mismo hotel hace unos meses se había sorprendido más al hablar con ese mismo empleado, que en ese entonces trabajaba toda la noche más bien de “sereno”, en inglés fluido sobre la coyuntura política de Latinoamérica, la ley de medios Argentina, la comparación entre el grupo Clarín y Rupert Murdoch, o las diferencias y similitudes con los enfrentamientos de Obama con la prensa republicana, etc. Cuando ese mismo empleado trabajaba de encuestador no se daba el gusto de sorprender a nadie, el desgano y la violencia de la calle no le daba margen para nada, menos en el segundo o tercer mes de trabajo sin haber cobrado los anteriores, y caminar 20 cuadras para ahorrarse el costo de un boleto de colectivo.



Dos señoras iban en un colectivo hablando y quejándose de la baja jubilación que perciben. Una de ellas sentenció “esta cretina me sacó la plata para dársela a los vagos que después nos roban”. En algo tenía razón, su jubilación era miserable. Lamentablemente el cuestionamiento no fue dirigido al pago de deuda con fondos públicos ni a préstamos a megaempresas a tasas de interés menores a la inflación, sino a supuestos “vagos” que son, supuestamente y siempre, los mismos que después comenten delitos. El colectivo pasa por debajo de una gigantografía con la cara de un empresario colombiano, que además es diputado y candidato político, que sentencia “ella o vos”, las señoras miran la gigantografía sin mostrar fastidio alguno. Un grupo de “vagos que cometen delitos” popularmente conocidos como barrabravas se juntaron en un espacio que uniría a diversas hinchadas de futbol. Estos sujetos, viajaron a Sudáfrica a ver el mundial de fútbol, y apoyaron, en ese entonces, a la campaña de la actual presidenta. Al año siguiente hicieron un cambio y “misteriosamente” colgaron banderas del empresario colombiano mencionado anteriormente. Ese mismo empresario, unos días después de la conversación de estas señoras, fue visto por televisión mientras dormía en el Congreso durante un discurso presidencial. Por estar durmiendo, gana, al igual que el resto de los diputados, un salario que es aproximadamente 10 veces mayor que el de un docente

“Tienen a los niños de rehén”, repite una señora en un comercio, opinando sobre el paro docente, o mejor dicho repitiendo lo que dice un funcionario por televisión. Esa señora no escucha música clásica, en los canales abiertos no suelen difundirla como para que la conozca, sí, en cambio, sabe de todos los supuestos romances entre personas de la farándula, que rara vez hayan trabajado en su vida (defino trabajar por hacer algún tipo de esfuerzo a cambio de una remuneración) pero tienen su admiración: son famosos. Los docentes piden un aumento salarial del 30%, consideran, apoyados en números concretos y ciertos, que su gremio es uno de los más atrasados en la supuesta“recomposición salarial”. Tanto docentes como médicos, son tildados de“delincuentes” cada vez que exigen lo que le corresponde, claro, si un médico no atiende a un paciente podría morirse. ¿De quienes no les garantizan los insumos ni un salario digno incumpliendo sus funciones no se dice nada? Sorprende que esas funciones son reconocidas como vitales o fundamentales cuando se prescinde de ellas, pero no a la hora del reconocimiento real, es decir la remuneración.


Un docente de secundario, que a su vez es licenciado en Sociología y Ciencias Políticas, pasa un momento feliz en su vida: tiene trabajo y vive con su compañera en zona sur, aunque cuando visita a su familia permanentemente le muestran ejemplos de profesionales exitosos que ganan mucho más que su noble salario de docente. No tiene casa propia, y el alquiler le come casi medio sueldo, pero tiene vacaciones y trabajo en blanco, todavía no siente que su condición socioeconómica sea la ideal para tener un hijo aunque figura como expectativa a futuro. Antes hacía encuestas, no tenía ni vacaciones, ni obra social, ni la seguridad de que todos los meses cobraría su sueldo, por más devaluado que esté. Tener que pagar impuesto a las ganancias siendo trabajador (por ejemplo docente) es una injusticia, pero más injusto todavía es estar precarizado y tener que pagar el monotributo, más cuando el que precariza ¡¡ES EL ESTADO!!.

Tanto el docente como el empleado de hotel, viajan en el transporte público, alternando colectivo, tren y subte. Zafaron de la masacre de Once, porque no viven en zona Oeste, pero antes de cada día de trabajo son parte de los millones que sufren condiciones de hacinamiento, demoras y otros abusos diarios. Son afortunados en comparación a la media: llegaron a la universidad. Como otro amigo de ambos, sociólogo, que se gana la vida trabajando de playero en una estación de servicio. A veces se lamenta por no haber podido ejercer su profesión, sus amigos lo consuelan fácil, ganas más que ellos y se acaba de dar un gran gusto algo para pocos: ser padre. Para eso hay que ganar más o menos bien, los hijos salen caros. Muchos (ya no tan) jóvenes postergan esa decisión por no poder garantizar una buena paternidad desde las necesidades económicas básicas.

Uno de estos jóvenes asiste a un asado familiar. Todos se llenan la boca hablando de la masacre de Once, del gobierno (sea a favor o en contra). Todos parecen víctimas, incluidos los mayores, pero solo este joven viaja en transporte público todos los días. La mayoría de los presentes, a pesar de hablar con supuesta sensibilidad de la masacre de Once, no estuvieron en la Plaza de mayo el pasado 22 de febrero. Lógico, la historia sensibiliza, como también las buenas películas u obras literarias. ¿o acaso todos los que se emocionan hasta las lágrimas con el musical Los Miserables están realmente en contra de ese capitalismo que condena a los protagonistas a la miseria? No voy a cuestionarle a Victor Hugo como es posible que un hombre bueno como Jean Valjean salido de la cárcel sin nada, haya llegado a enriquecerse honestamente, más allá que la obra literaria muestra algunos episodios casuales que dan alguna ayuda. Será parte de la ficción, supongo.  Me interesan más los otros jóvenes en cuestión, porque existen de verdad, sin desmerecer las excelentes ficciones como obras de arte sean visuales, literarias o musicales.

“¿Música? ¿Y además de eso, que haces?” le preguntaron a un joven hace unos 15 años. Estudiaba en el conservatorio de La Lucila. Le dedicaba más horas de estudio que muchos universitarios que luego fueron exitosos, incluso él mismo años después aprobaría materias en la universidad con menos esfuerzo. Su sueño era hacer lo que le gusta, ganar una batalla contra la sociedad que él creía, intentaba condenarlo a la oficina, la competencia y la rutina inservible. Empezó a dar clases de guitarra y se dio cuenta que sin ser un sueño ambicioso podría ser un buen trabajo. Un par de años estaba trabajando en un centro de mediación rodeado de abogados,  cobraba 300 pesos (en ese entonces) que llegaban a 500 con algunos alumnos. Ese trabajo era un infierno: perdió. Se quería ir del país, pero lo que pasó aquel 20 de diciembre del 2001 le terminó de enterrar esa idea, se metió más en la militancia social, nunca se acomodó con nadie, no negoció, no tranzó: volvió a perder.

Un adolescente de La Matanza, sacó una entrada para ver a una banda de Rock Nacional que se presentaba en la cancha de Vélez. Era un buen pibe, le gustaba el rock N roll, y también bailaba en una murga.  Muchos compañeros de su murga solían movilizarse con familiares de víctimas de Cromagnón, creían que la murga, además de divertirse debía tener un contenido social y solidario. Cuando llegó el día del recital, este joven fue con su entrada a Liniers. Mientras hacía la cola para ver a una de sus bandas preferidas, la policía empezó a reprimir. Entre otros jóvenes a él lo apalearon y lo dejaron en coma. Supuestamente reprimieron a jóvenes que se querían colar, pero él tenía la entrada en el bolsillo. Después de 3 semanas falleció. Su padre organizó varias movilizaciones y se juntó con otros familiares de víctimas. Algunas tuvieron convocatoria otras no.  Su hermano también se movilizó. Los policías implicados en su asesinato siguen en sus cargos, pero su hermano fue encarcelado.

Un conductor de televisión, multimillonario, en uno de los programas de mayor audiencia pidió mayor seguridad. No habló de la inseguridad de un joven humilde que le gusta el Rock y baila en una murga, de ser reprimido por la policía, sino de la inseguridad de que “te afanen” o “te mate un delincuente”, básicamente de la inseguridad o sensación de inseguridad de los más pudientes en torno a unos pocos delitos repetidos por los medios masivos en barrios privados. Pocos días después, el mismo conductor elogió a parte de su tribuna donde estaba “la gloriosa Butteler” una fracción de la barra brava de San Lorenzo, equipo del que conductor es hincha y actualmente maneja desde la comisión directiva. Este sujeto, en ese mismo programa había hecho una cámara oculta a una escuela rural de una comunidad originaria, donde no había agua corriente (situación que hasta fue motivo de burla), algunos programas lo denunciaron. Años después se corrió la bola que cambiaría de canal, de hecho no renovó contrato con el viejo canal. Vinculado a empresarios afines al gobierno, los mismos programas que lo habían denunciado años atrás (también vinculados a ese sector) pasaron a elogiarlo. Que se burle de los pueblos originarios solo era delito cuando estaba “en la vereda de enfrente”

Una comunidad originaria del noreste argentino, estaba siendo nuevamente desplazada de sus tierras. El conflicto entre terratenientes y comunidades originarias no es nuevo, atraviesa toda la historia de este país. En este caso, como en muchos otros, los desplazamientos y la discriminación hundieron a las comunidades en la extrema pobreza. Algunas fotos de indígenas con problemas de desnutrición tuvieron alguna difusión en los medios, pero no tanta en los más corporativos. También algunas noticias sobre cómo se falsificaban documentos y otras técnicas de fraude electoral para que las comunidades voten a candidatos, que después en el poder los perpetuarían en esa pobreza. Pero una comunidad intentó enfrentarse al fraude y los desalojos. En un corte de ruta y posteriores desalojos murieron integrantes de la comunidad. Pacíficamente se movilizaron hacia la ciudad de Buenos Aires buscando ser atendidos por la presidenta. Ante la negativa realizaron un acampe pacífico frente al obelisco. La presidenta no los atendió. Después de varios días, incluida una huelga de hambre, una agrupación “juvenil”  ligada al gobierno “los invitó” a levantar la carpa y desalojar. Poco tiempo después el jefe de gabinete les prometió solucionar los problemas y creó una “mesa de trabajo”. En los últimos 3 meses (años después) se registraron 5 muertes, incluida una beba atropellada, de miembros de esa comunidad. El año pasado el cacique de la comunidad había denunciado amenazas y había sido atropellado mientras anejaba su moto, su hijo también. Los“profesionales exitosos” que apoyan el actual gobierno niegan o ignoran estos episodios, incluso los que se consideran “militantes”.

Un joven militante de izquierda se movilizó junto a sus compañeros en apoyo a trabajadores ferroviarios precarizados que trabajaban para una empresa tercerizada. Había empezado a estudiar historia. Además tocaba el órgano, además se había interesado por el cine y el teatro y había empezado un curso de tornería para poder trabajar con ese oficio. Miembros de la patota sindical reprimieron con el consentimiento de la policía que liberó la zona, hubo heridos. El joven recibió una bala en la cabeza y murió. Tanto los sindicatos izquierda como el partido en el que militaba se movilizaron. Sin embargo, el programa de los “militantes” que apoyan al gobierno y dice defender la pluralidad de voces solo le dio voz a dirigentes de la burocracia sindical relacionada al dirigente y empresario ferroviario que mandó a la patota a reprimir la movilización, para mantener el negocio de la tercerización. Ese mismo dirigente-empresario junto a otros empresarios del transporte, se había enriquecido con las privatizaciones y continuaba recibiendo subsidios. Sin embargo la gestión de estos “empresarios exitosos” no evitó el deterioro del servicio que condena a millones de trabajadores al hacinamiento diario. Claro, los empresarios y funcionarios son exitosos y ganadores, los precarizados son los perdedores, los que protestan son perdedores.

Existe cierta ambigüedad o doble función de la palabra “miserable”.Miserable puede ser quien vive en la miseria o la experimenta en algún momento. Miserable también puede ser quien condena a otros a experimentarla o a vivir eternamente encerrados en ella. También un indiferente exitoso podría caberle el adjetivo “miserable” por contemplar en paz la miseria ajena con total indiferencia.

Con sus distintas historias, todos los hechos y personajes (con excepción de Jean Valjean, claro) nombrados, son reales. Son personas que tienen o tuvieron una vida, que intentaron o intentan vivir de la mejor manera posible, que aunque para muchos no sean nadie, existieron o existen… Dios no existe.

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