En Pizarras y Pizarrones hemos desarrollado un trabajo de campo cuyo objetivo es analizar las preferencias en lecto-escritura de nuestros lectores, así como las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. Les hemos pedido su colaboración para completar una pequeña encuesta anónima que como máximo les insumiría 10 minutos. Agradecemos su participación! La encuesta cerró el 31-08-17 y en unos pocos días publicaremos sus resultados...

jueves, 8 de septiembre de 2011

CUD (I): La universidad en la cárcel (4ta. Parte)

Autoras/es: Cátedra Rubinich Facultad de Ciencias Sociales UBA (*)
(Fecha original del artículo: Agosto 2004)


4. OBSERVACIONES Y ENTREVISTAS

4.1. Definición de los "tipos puros"

De acuerdo con la experiencia de los miembros del grupo, corroboradas tanto por la convivencia diaria como por las observaciones realizadas, podemos diferenciar dos categorías, que contendrían tres "tipos puros"
La categoría de "los Chorros", subdividida en "la vieja (los viejos chorros)" y "la nueva generación (los pibes chorros)", y la categoría de "los giles". Como habíamos dicho, definiremos sus características más típicas en cuanto a tipos de vestimenta; actitud corporal; formas de hablar; tipos de relación con el cuerpo; tipos de consumo y formas de referirse a terceros sociales, "superiores" e "inferiores".

Los viejos chorros
Son aquellos internos que llevan más tiempo detenidos, tanto en una como, en varias condenas sucesivas.
La vestimenta de los viejos chorros suele ser poco ostentosa, si bien pueden usar ropas de calidad (se busca el perfil bajo, pasar lo menos apercibido posible). Para ellos, "tener dentro de la cárcel" no es lo principal. La vestimenta refleja el buen o el mal pasar económico de cada uno, por ejemplo, zapatillas, equipos deportivos, relojes, etc.
Su forma de hablar es habitualmente, suscinta, breve y concreta. Por lo general, identifican a las personas más allegadas con un apretón de manos y un beso en la mejilla. Con los menos allegados, un simple saludo, notable en su diferencia. Para poder comunicarse con conocidos de otras plantas, utilizan un lenguaje gestual particular, que es escribir letras en el aire por medio de gestos ("hablar con las manos"). Este conocimiento suele transmitirse únicamente a personas de confianza.
Suelen tener tatuajes, generalmente pocos y de nivel profesional o semi profesional. Son más artísticos que marcas distintivas personales. Dado el escaso acceso a los patios, utilizan el caminar dentro de los pabellones o en los pasillos de acceso, como descarga de energía. Es muy común que el paseo se realice de a dos, momento que se aprovecha para comentar temas trascendentes o que ambos interlocutores desean mantener en reserva. Son muy rutinarios y esquemáticos, su mayor experiencia hace que acepten mejor al sistema y, al esquematizar sus conductas, evitan el ocio destructivo.
Observan estrictamente el código de "respeto a la visita", para la que se cocina especialmente. En su mayoría, son jugadores compulsivos, pero lo que se apuesta son los escasos bienes de la cárcel: cigarrillos, una torta que debe preparar el perdedor, etc.Rechazan y detestan, algunas veces hasta con violencia, a "los violines", "los ortivas o buchones (delatores)", los "rostreros (personas que roban en los pabellones)" y a los "ratis (policías)" que caen presos.
Suelen ser los más respetados y, en ocasiones, los más temidos. Tienen un trato más claro con los guardias, en cuanto a que cada uno cumple con su rol y prácticamente no hay confusiones al respecto. Ellos (guardiacárceles) mandan afuera, y los viejos chorros mandan adentro de los pabellones.

Los Pibes Chorros
Adoptan modas colectivas: corte de pelo, vestimenta y zapatillas lo más a la moda posible ("llantas de 7 gambas" - zapatillas que cuestan setecientos pesos). Al igual que muchos adolescentes y post adolescentes del mundo exterior, son "adictos a las marcas".
Se los puede identificar por su forma de vestir, forma y modismos de hablar, gustos musicales en común (cumbia villera), en su mayoría padecen adicciones diversas - pastillas, estupefacientes, "porro", "pajarito (alcohol fabricado clandestinamente en la prisión)" -. En su mayoría son los que quedan atrapados por el sistema carcelario, y difícilmente pueden salir del círculo vicioso " rcel - delito - cárcel ". En muchos casos, vienen padeciendo detenciones desde los Institutos de Menores.
Casi la totalidad tiene tatuajes, en su mayoría "tumberos" (artesanales), pocos de ellos con un significado claro, y lucen con orgullo sus cicatrices, en caso de tenerlas. Estas marcas muestran rastros de sufrimiento, maltrato y, hasta cicatrices que ni ellos mismos recuerdan cómo se hicieron, a veces, por enfrentamientos con otros internos. Las cicatrices en brazos y muñecas autoinfringidas son comunes, como muestra de "resistencia al encierro". Los saludos son similares a los de los "viejos", pero con la particularidad de ser más próximos, o con más contacto corporal: abrazos, caminar del brazo, etc.
Mayormente sus conversaciones se refieren a quién hizo el día anterior el mayor consumo de drogas, dejando a éste como "el que mejor lo pasó". Otro tema central, generalmente adornado con detalles más o menos fantásticos, es la referencia a hechos delictivos cometidos o al disfrute y usufructo del dinero obtenido. Permanente compiten entre ellos por el mejor vestir, su "chapa" de peleador y por imponer sus "berretines" (caprichos). Son prejuiciosos entre ellos, lo cual los lleva a vivir en constante conflicto y tensión. Es una lucha permanente por imponer su reputación carcelaria.
Al igual que el personal del SPF, son fuertemente machistas y racistas. Su relación con el SPF es conflictiva, sólo unos pocos aceptan las normas. A todos les molesta estar presos, pero ellos lo hacen notar permanentemente.

Los giles
Son los excluidos, tanto del sistema social como del carcelario. "Se comen todos los palazos". Se los reconoce por no tener derecho a nada. Mayormente, son personas que nunca pasaron por ésta situación de encarcelamiento con anterioridad y pasan a ser los dominados por las categorías anteriores.
Estos patrones de comportamiento se observan en la convivencia diaria de los pabellones, no variando mucho con el resto del penal, donde los "Chorros" tienen privilegios con respecto a los "Giles", Esto es: camas bajas, lugares de carpa en el patio de visita - ya que estos son insuficientes - derecho a pelear - ya sea con las manos, palos o fierros -. Los delincuentes legítimos cocinan, los giles lavan "la causa" - platos y ollas - en el piletón.
Obviamente, tampoco un gil podrá tener ni injerencia ni poder de decisión en la política de convivencia del pabellón. Otro grupo, asimilable en cierta manera a "los Giles", es sin duda, el de los "Parias", - internos que por no tener visita o no recibir paquetes de alimentos o tabaco - pierden derechos, pasando a transformarse en "gatos" o "mulos", debiendo hacer todo el trabajo sucio del pabellón e incluso servir a su protector, cocinándole o ayudándolo para preparar la visita.

4.2. Observaciones de conversaciones entre internos:

Cuando uno quiere saber cuál es el motivo por el que se encuentran en una Planta de Conducta, la mayoría comienza con un discurso casi común para todos:
P - ¿Cuándo viniste acá?
R1- Me costó llegar, pero ya estoy. Mi familia está tranquila. Es como que en éste lugar te sacás en poco el estrés de la cárcel. No tenés que estar atento todo el tiempo. Del otro lado (aludiendo a las otras plantas) están todos locos y sacados.
P- ¿Por qué están todos locos?
Como desahogo, nos comienza a comentar:
R1- Por todo, porque la Requisa (grupo de control del SPF que revisa los Pabellones) entra mal, te caga a palos (golpea) y te rostrea (roba) la ropa, las tarjetas de teléfono, los corchos (cigarrillos) y lo que te olvides.
P- ¿Siempre es de este modo?
Siempre responden que sí, como ocultando algo. Al pasar los minutos, comienzan a hablar contando parte de lo que sucede además:
R1- Ese lugar es peligroso. (El primer motivo o excusa que aducen es:) Tengo familia y me necesita, y por ellos y por mí debo hacer las cosas bien.
En la charla se comienza a entrever que hay otras cosas, cuentan peleas con facas. Al comenzar a contar uno, sigue otro, como para mostrar también lo suyo.
R2 - En donde yo estuve también era jodido. Tenés que pelear por tu ropa, cuidar tus horarios de teléfono, defender tu lugar de carpa (sitio de visita en el patio) y siempre te están probando para saber si mantenés lo que defendés, hasta que no te cheteen las llantas (robar las zapatillas).
La conversación se generaliza, con participación de varios internos.
El observador se asombra por la frialdad con la que se describen hechos de violencia. Es que para ellos es un hecho común el ver sangre, gente lastimada o tal vez hasta una persona muerta.
Con esta mezcla de comentarios nos damos cuenta que las personas que llevan más tiempo de encarcelamiento son más reservadas.
También piensan que los demás están locos, pero justifican lo que pasa con la nueva generación (pibes chorros) porque no tienen códigos (se refieren a los códigos carcelarios que eran generalmente observados en el pasado).
Al no tener para vestir o necesitar algo (para el trueque, que en éste lugar existe pero con el detalle que se cambian las cosas por drogas o alcohol, que algún guardia cárcel siempre está dispuesto a proveer), emplean los medios más inmediatos para conseguirlos, sin importarles las consecuencias.
Lo que domina es el silencio, que es el único código que se mantiene. Probablemente debe ser porque, de acuerdo con lo que dicen "los viejos", es el único código que te mantiene con vida. A diferencia de los demás, los que más tiempo cumplido llevan, explican lo que sucede de una forma más simple.
Para poder estar alojado en ese sector, se debe cumplir con ciertos requisitos: estudiar o trabajar, tener buen comportamiento. Una vez con estos requisitos - difíciles de conseguir - se puede solicitar un mejor alojamiento.
En el segundo piso de la Planta 6, el promedio de estudiantes es aproximadamente de un 50%, de los cuales el 29% son estudiantes secundarios, el 1% son alumnos de la primaria y el 20% son estudiantes universitarios. El resto se compone de un 30% de trabajadores y el 20% restante son presos comunes, que colaboran con el mantenimiento de la planta.

Segunda observación
En el caso del Pabellón noveno de la Planta 3 (pabellón de gerontes), la composición es totalmente distinta. Tal como se dijo antes, la población es de internos de entre 50 y 70 años.
Entre los internos hay 8 profesionales universitarios (un ingeniero, dos ingenieros agrónomos, un analista de sistemas, dos abogados, un economista y una persona que tiene 3 títulos universitarios), los que son primarios y por ende "giles", cuatro trabajadores, 7 estudiantes universitarios, seis asistentes a clases de inglés y cursos especiales que se cursan en el CUD, aproximadamente unos 45 presos cumplen con las actividades del programa "Viejo Matías", dictadas por instructores de Cáritas, del INTA y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se desarrollan talleres de Huerta, Cerámica, Cocina y Repostería, Higiene y prevención de enfermedades.
Se cuenta con alguna asistencia médica, psicológica y del Departamento de Sociales del penal. Por supuesto, existe un grupo de "viejos chorros", destinados allí por su buena conducta, su edad y estar próximos a cumplir sus condenas, y alrededor de 10 "parias". La convivencia es, en general, pacífica, comparada con la de otros pabellones de la cárcel.

Tercera observación
En el primer piso de la Planta 6, hay ocho pabellones, unidos por un pasillo o corredor de uso común, que a su vez se encuentra dividido por una reja, que encontramos luego de recorrer los primeros cuatro pabellones. Allí se alojan internos trabajadores, estudiantes y también "cachivaches"- internos que por ser recién ingresados a una Planta de Conducta, arrastran todos los modismos y costumbres de sus alojamientos anteriores -. Cabe aclarar que a Planta 6 se ingresa por el primer piso - de allí tanta polaridad entre internos y por ende tantas situaciones conflictivas -.
Cruzando la reja divisora se observan cuatro pabellones, recién remodelados para uso de internos extra continentales, que dan cuenta del temeroso respeto que el SPF les tiene a las embajadas y consulados. Los internos alojados allí en su mayoría poseen causas por drogas -"transas"- lo que los ubica en una posición de inferioridad dentro de la jerarquía carcelaria y los hace perder derechos en la convivencia diaria. "Optimizando espacio", el SPF alojo allí también a continentales y argentinos, lo que viola la intimidad que los foráneos, por diferencias culturales, necesitan aún mas que el resto de los internos.
La población de este piso asciende a 120 internos, de ellos, 51 son extranjeros, a su vez 16 son extracontinentales. De los 120 internos, se desprende que 42 trabajan, 48 estudian y 30 no realizan actividad alguna, ya sea por desinterés o por falta de acceso a trabajo o estudio. De los 48 internos que estudian, solo 12 acceden a nivel universitario, o sea asisten al CUD. Uno de ellos sigue la carrera de Sociología, que es quien observa y participa en este informe.
La vida en estos pabellones es muy rutinaria dado que en superficie son ostensiblemente menores y la capacidad de entretenimiento es difícil, y además se vive en constante hacinamiento.

Quienes asisten al CUD, o al colegio se despiertan para el recuento de las 07.45 hs y comienzan su aseo personal y desayuno, tratando de evitar hacer ruido alguno para quienes, por el hecho de no hacer nada, siguen durmiendo.
Uno de los primeros pensamientos es "vamos carajo, un día mas cerca de la libertad", contando los días, las horas y los minutos, mas allá de las secuelas de la desnaturalización propia que significa estar encerrado y lejos de la vida cotidiana y afectos.
Generalmente se toma mate o un té, y se espera hasta que a las 09.00hs el "cobani", grite como un energúmeno ¡¡¡ EDUCACIOOOON !!!
Y entonces sí, gloria ... salida del pabellón a la isla de la fantasía.
Obviamente nada puede ser tan perfecto y el SPF lo hace sentir, ya que es común que haga que los internos se tengan que "comer un sogazo" (espera), para ser sometidos, en fila y en grupos de a diez internos, a la revisión personal de la requisa.

Ya en el CUD, se desarrollan las tareas propias de la vida universitaria, reconociendo quienes asisten ser privilegiados por esta posibilidad que permite participar en un FORO DE PENSAMIENTO, una USINA GENERADORA DE IDEAS Y COMUNICACIÓN que el resto del penal no posee, y que además cuenta con el orgullo de ser único en el mundo.
Finalizadas las tareas "humanas", y siendo las 18.00 hs. corresponde que los internos se reintegren a la vida carcelaria. Allí comienza la cotidianeidad de lo mediocre, donde lamentablemente se produce el gran choque de culturas, diálogos "tumberos" y situaciones propias de tener que convivir, compartir - "ranchar - con quienes NO ELIGIO. No obstante todo se supera y, a veces, se logra la deseada convivencia

CUARTA OBSERVACION: ¿QUÉ ES EL C.U.D.?
El C.U.D. cumple con una importante función que es, en primer lugar, crear un espacio libre donde los estudiante pueden realizar sus actividades normalmente de lunes a viernes, sin interferencia del SPF. Es decir, el espacio físico que ocupa el CUD es zona universitaria.

Cuenta con una estructura de 6 aulas , en la cual se dictan clases de las carreras de DERECHO, PSICOLOGÍA, CIENCIAS ECONÓMICAS, Y SOCIOLOGÍA. También cuenta con una Biblioteca con mas de 5000 ejemplares de nivel universitario y textos. Tiene un taller de gráfica, un gimnasio y una cancha de fútbol cinco que los estudiantes pueden usar por la tarde.
A principios del año 2003, comienza a participar en el Programa U.B.A XXII, Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, con el Programa de Integración Social en las Cárceles, se implementaron: Curso de Taller de Redacción Periodística con Orientación al Periodismo Cultural, Curso Teórico Práctico de Edición, El cuento en la literatura occidental y Curso de Redacción y Lectura. También aportaron materiales e insumos educativos y para mantenimiento edilicio y como producto de esfuerzos compartidos, se ha hecho realidad el lanzamiento de la Revista LA PALOMA, que con el respaldo de la UBA y del Centro Cultural RICARDO ROJAS, se edita y distribuye en todas las Facultades de la UBA. En ella se tocan temas, no sólo carcelarios, sino de interés general para el lector.
La convivencia está a cargo del mismo estudiantado, bajo el sistema de autodisciplina. Se intenta fomentar así la responsabilidad individual y el cuidado de los espacios libres comunes. Su centro estudiantil que está regulado por un estatuto votado democráticamente, y sus autoridades se eligen por voto secreto de todos sus miembros plenos.
Se observa que los estudiantes cambian el modo de hablar ya que se expresan de distinta manera que en lugar donde están alojados, se modifica el modo de vestirse, que es siempre presentable, el saludo es por medio de un beso o abrazo según la confianza que tengan los internos entre sí. En este lugar todos los internos son iguales, no se marcan diferencias de categorías, no se encuentran guardia cárceles, ni requisas, sino solamente alumnos y profesores. Es más, por iniciativa de algunos docentes, y con el apoyo de los internos, se han comenzado a dictar cursos de algunas materias en los que participan alumnos de la UBA de extramuros, lo que tiende a mejorar sustancialmente el contacto con el exterior y la integración social. Se ha comprobado, por medio de datos estadísticos, que la reincidencia de alumnos universitarios es sustancialmente menor que la de los demás internos.
Entendemos que los cambios, que se manifiestan exteriormente en el modo de vestir, hablar, saludarse, etc., en realidad responden a un cambio mucho más profundo en la actitud general de la mayoría de los asistentes al CUD: Pasan de una actitud de resistencia al sistema y del estar permanentemente a la defensiva, a la posibilidad de una actitud creadora, mucho más abierta y "segura", hasta desde un punto de vista físico. Además de la afinidad que une a quienes "bajan" regularmente, y que han adquirido un respeto por el deseo del logro de metas propias y ajenas, lo que crea un importante vínculo de solidaridad y compañerismo, totalmente ajeno al ambiente carcelario.
Es decir, que el estudiante reconoce y muestra con su cambio de actitud que ha ingresado a un espacio que reconoce como "propio", con un clima de respeto que lo "vuelve a la vida", y cuyo mantenimiento depende del uso responsable que se haga de él.
 
(*) Carrera de Sociología de la Unidad N°2 - Cárcel de Villa Devoto:
Alumnos: (Se omite el nombre de los cinco internos por expreso pedido de uno de ellos:"siendo uno de los que nutrió este informe y en virtud de haber transcurrido el tiempo, 10 años. quisiera saber si, al menos pueden borrar el articulo o mi nombre. Ocurre que en una red social están utilizando este material para hostigarme y nada hay peor que la crueldad de la condena social, mas aun habiendo cumplido con la justicia")
Docentes: Lic. Gustavo Moscona, Lic. Melina Vázquez

No hay comentarios: