En Pizarras y Pizarrones hemos desarrollado un trabajo de campo cuyo objetivo es analizar las preferencias en lecto-escritura de nuestros lectores, así como las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. Les hemos pedido su colaboración para completar una pequeña encuesta anónima que como máximo les insumiría 10 minutos. Agradecemos su participación! La encuesta cerró el 31-08-17 y en unos pocos días publicaremos sus resultados...

martes, 7 de junio de 2011

“Pateada” desde el Río de la Plata hasta el barrio de La Boca

Con el objetivo de encontrar indicios educativos (formales y no formales) dirigidos a jóvenes y adultos

Autoras/es: Stella Maris Torre
A continuación presento un registro que incluye percepciones, comentarios y opiniones (éstas últimas entre paréntesis y en letra más pequeña).
Además de aprender a reconocer la diversidad de espacios educativos dirigidos a jóvenes y adultos, la intencionalidad es conocer el contexto socio-histórico de la EDJA. Un comentario posterior al recorrido: ingenuamente, cuando proyectaba la caminata, empecé descartando -de lo que era elegible- aquello que no tenía intención ninguna de ver: la “constru-destrucción” iniciada en los 90[v]. Ya es algo que me agota. Prefería ver lo que todavía queda de la historia de la ciudad de Bs. As. Sin embargo, la “constru-destrucción” sigue “vivita y coleando” y no pude evitar ver los enormes contrastes entre la pobre ciudad vieja y la opulenta ciudad nueva. Y todo ello es contexto educativo.
(Fecha original del artículo: Mayo de 2009)


REGISTRO RECORRIDO EDUCATIVO:
LUGAR: Pto. Madero–Cost. Sur–San Telmo–La Boca. FECHA: 21/05/09. HORARIO: 10:10 a 15:30 Hs.
Antes del recorrido…
Luego de recibir el lunes 11 de mayo la consigna de trabajo, el miércoles 13 habíamos arreglado personalmente con mi compañera P. hacer el recorrido juntas el jueves de la semana siguiente. El martes 19 quedamos telefónicamente con P. en encontrarnos dos días después en Las Nereidas, entre las 10:00 y 10:15 de la mañana, acordando que el recorrido no se extendiera a más de 5 horas ya que ambas teníamos otros compromisos que cumplir. También habíamos decidido de antemano no pagar ninguna entrada; en caso que fuera obligatorio observar esos lugares, tomaríamos nota de las actividades que se detallaran en carteleras. Durante varios días fui consultando en internet domicilios, horarios y referencias de los lugares posibles que nos había mencionado Amanda. Según una de las páginas web, la fuente-punto de encuentro quedaba en Belgrano y Costanera. (No tenía presente las señas exactas de Las Nereidas, ya que hacía muchos años que no iba)
Había llovido parte de la noche del miércoles 20 y a la mañana temprano del jueves 21. Me levanto alrededor de las 06:30 e imprimo algunos mapas y referencias que tenía guardados en la computadora y me parecen útiles para el recorrido. A las 07:55 recibo un mensaje de P. preguntándome si iríamos a observar de todas formas, siendo su opinión que sí. Aunque por mi casa continuaba lloviendo fuerte, le respondo que por mí también sí. (En mi caso, no tengo otra opción de día de salida para poder entregar el trabajo el miércoles, como nos pidió Amanda)
Antes de continuar imprimiendo, vuelvo a consultar por internet la ubicación de las Las Nereidas, y resulta ser que queda en otro lugar: Av. Tristán Achával Rodríguez 1550. (¡Ya me parecía que quedaba más al sur!)
Según la televisión, tanto la temperatura como la sensación térmica son de 21º 5. Dejo el abrigo de paño que tenía pensado ponerme y salgo de casa aproximadamente a las 09:10/09:15. Camino las cuatro cuadras que me separan de la estación Florida del ferrocarril ex Belgrano. Cuando lleguo a la estación se está yendo un tren. Compro un boleto de ida hasta Retiro a $0,90. Según el reloj del andén, son las 09:20. Me fijo la tabla de horarios colgada allí, y de lunes a viernes hábiles los horarios posibles son 09:14/09:26/09:41. (¿El tren que paso, a qué horario correspondería?)
A las 9:29 llega el tren. Subo y viajo parada hasta Aristóbulo del Valle. Consulto la Filcar y veo que el colectivo que mejor me deja desde Retiro hasta Las Nereidas es el 20, que me deja en Alicia Moreau de Justo y EE. UU, pero también puede ser el 62 que va por Paseo Colón. (Los trenes pasan a cualquier hora)
Me siento y repaso mentalmente los lugares que tengo pensado visitar. Mi idea es privilegiar los espacios potencialmente educativos que aparezcan en el recorrido, además de algunos de los lugares comentados en clase: las Nereidas, el museo de Calcos, la reserva ecológica, y los sitios que Amanda había señalado como obligatorios: la villa de Costanera Sur y la escuela de adultos de La Boca. El recorrido final lo arreglaríamos con P. cuando nos encontráramos. Llego a Retiro y en cuanto salgo a la calle, aproximadamente a las 09:55, escucho sonar mi celular pero no alcanzo a atender. Veo que tengo una llamada perdida de P. La llamo. Me cuenta que está en Plaza de Mayo con unos policías que la están ayudando a encontrar cómo llegar a Las Nereidas. Le cuento que yo voy a tomar el 20 y le indico donde me bajaré. Le digo que es la única manera que conozco para acercarse a la escultura. Y le sugiero que vaya por detrás de Casa de Gobierno, pase la estatua de Colón, después Paseo Colón y allí encontrará Moreau de Justo, una paralela a aquella avenida. (Los policías de antes sabían las calles, los de ahora no)
Cuelgo y comienzo a caminar hacia mi izquierda, cruzo la calle Padre Carlos Mugica (uno de los accesos a la villa 31), luego cruzo la primera parte de Ramos Mejía, dirigiéndome a la casilla de la línea 33, donde le pregunto a un hombre (bajo, unos 50 años, cabello ondulado entrecano) dónde queda la parada del 20. El hombre señala hacia delante sobre Ramos Mejía y me dice: “Allá, en el ultimo techo enfrente”. Le agradezco y cruzo varios tramos de esta ancha calle. Los sectores de paradas de colectivos tienen allí una extensión de aproximadamente 200 m. Veo un 20 que esta pasando por el extremo izquierdo pero frena al ponerse el semáforo en rojo. Cruzo y por el lado del chofer le pregunto a éste: “¿Dónde tenés la parada?” Me señala diciendo: “Allá atrás” (Qué lastima que ahora los colectivos tienen puertas de un solo lado. Si hubiera tenido de su lado, tal vez el chofer me habría y me llevaba)
Me dirijo hacia donde me había señalado el chofer y encuentro la parada indicada con dos etiquetas verdes con el número de la línea. Miro en dirección oeste y veo que está justo ubicada a la altura del cartel de “Ferrocarril General San Martín”. Son las 10:02 y el colectivo todavía no llega. Se van juntando varias personas en la parada. Luego de unos minutos viene el colectivo, subo y pago $1,20 hasta Moreau de Justo y Estados Unidos. Me siento en la primera fila del lado de la puerta, fijándome la hora del boleto:10:10
El recorrido… (mapa A)
10:10
Saco mi libreta y birome y comienzo a registrar el recorrido que realiza el colectivo. Éste deja Ramos Mejía doblando a la izquierda por la calle Martínez Zuviría. A mi derecha veo la Plaza Salvador María del Carril, la cual está en reparación. Al frente, sobre San Martín, veo una estación de servicio Dapsa. Doblamos a la derecha tomando esta calle, cruzamos Gilardi (calle por la que generalmente las líneas de colectivos acceden a Retiro), y luego tomanos la Avda. Eduardo Madero, coronada por un gran cartel metálico que va de lado a lado y dice “A Autopista Buenos Aires—La Plata”. Por Madero circulan colectivos, taxis, pesados camiones y autos particulares. El ruido a tránsito es intenso.
En cuanto a los edificios que veo, a mi izquierda está la terminal de ómnibus de la empresa Manuel Tienda León, y bastante más lejos, un alto edificio con un letrero de Telecom. Entre ambos veo muchos edificios ya sea terminados o en construcción, éstos últimos acompañados de sendas plumas. Delante de los mismos, grandes estacionamientos alambrados. Por la derecha veo sucesivamente el estacionamiento de la vidiriada torre Catalinas 1, otro edificio en cuya planta baja funciona un Banco Ciudad, varios edificios vidriados más, y el estacionamiento de la torre Catalinas 2. En el edificio identificado como Nº 1020 hay una cabina de Telecom en la puerta. Veo una moto estacionada detrás de un cartel que indica “playa completa”, y más hacia atrás, un edificio que en PB tiene un cartel de OSDE. (Me acuerdo cuando venía por aquí todos los días para trabajar en una empresa del grupo Macri. No son muy buenos recuerdos)
A la izquierda siguen los estacionamientos alambrados, y a la derecha veo una bandera argentina en la parada del colectivo. Luego otra torre Catalinas, una pequeña plaza triangular, y una estación de servicio YPF. Después de cruzar la Avda. Córdoba, sigue el vidriado edificio de Microsoft y detrás de éste, un edificio mucho más antiguo con antenas en la terraza. Sobre Córdoba hacia arriba, la esquina está poblada de publicidades gráficas de todo tipo. A la altura de Viamonte tanto a la izquierda como a la derecha hay espacios verdes. El primero de ellos tiene palmeras.
Al llegar a la esquina de Madero y Lavalle, veo delante de mí al estadio Luna Park. Doblamos a la derecha por esta última calle y hacemos una cuadra hasta Bouchard. El colectivo para por el semáforo rojo y puedo ver a mi derecha y en diagonal, la Plaza Roma. (En esta plaza el padre de mis hijas me propuso casamiento…)
Doblamos a la izquierda tomando Bouchard al 400, pasando por tres puertas de acceso al Luna: 3: Nº 465, 2: Nº437, 1: Nº411. Las cortinas metálicas pintadas en beige están cerradas.
10:15
Me llama P. avisándome que está parada en Moreau de Justo y EE.UU, justo en la esquina de la “Pontificia Universidad Católica Argentina” (UCA). Le digo que me espere unos minutos que ya llego. Quedamos en encontrarnos ahí y caminar juntas hasta Las Nereidas. El colectivo deja Bouchard doblando hacia la izquierda, cruza unas vías y dobla a la derecha tomando la calle Moreau de Justo. Veo los “docks” a mi izquierda, y un edificio de Prefectura Naval a la derecha. Las vías siguen de ese lado, en paralelo a Moreau. Pasamos por una especie de estación ferroviaria identificada con un cartel vertical azul y blanco como “Puerto Madero”. Cruzando la calle Macacha Güemes, veo a mi izquierda los restaurants “Rodizio” y “Mostaza”, sitos en uno de aquellos  docks en PB y tres pisos de ladrillo a la vista. A la derecha comienza un largo estacionamiento. Al divisar delante y a mi izquierda un dock identificado como “UCA”, le pregunto al chofer si la próxima parada es EE.UU. Me dice que ésa es Belgrano y que para EE.UU. faltan 3 paradas. Dejo de anotar y bajo del colectivo. La veo a P. agitándome su mano del otro lado de la avenida. Cruzo.
Me encuentro con P., nos saludamos y damos comienzo al recorrido común, recordando que habíamos quedado en no extendernos más allá de las 15 hs. También acordamos los lugares básicos que visitaríamos. Antes de comenzar a caminar me dice P., al tiempo que señala algunos edificios: “Ya podemos anotar cosas relacionadas con la Educación de Adultos: allá está la CGT, acá la UCA”. Comenzamos a caminar por Vera Peñaloza en dirección este, cruzando el puente entre el Dique 1 y el Dique 2, y pasando por una plazoleta cuyo largo total es equivalente a unas 10 cuadras.
10:25
Llegamos a Rosario Vera Peñaloza y Avenida Calabria. Mirando hacia el lado este de esta última calle diviso la escultura de Las Nereidas. Cruzamos ambas calles y comenzamos a caminar por la Avda. Calabria en dirección sur, atravesando una plaza rodeada de faroles antiguos. Allí se encuentra un anfiteatro circundado, a una distancia de unos 100 metros del escenario, por 6 gradas de 4 escalones cada una (mapa B). (No conocía este anfiteatro ¿Se utilizará para recitales u otras actividades culturales?)
Subimos por unas escalinatas pintadas en verde oscuro y observamos el espacio. Detrás del escenario, en un foso, veo a tres muchachos seleccionando cartones. Retomamos por Calabria yendo ahora unos 200 m. en dirección norte, recorrido donde observo varios puestos de bebidas, choripan y hamburguesa. Detrás de estos, en el interior de otra plaza, hay una calesita cerrada. Mientras P. compra una gaseosa, comienzo a observar a Las Nereidas por detrás (foto 1). La escultura está rodeada por gruesas cadenas negras y varios paneles de vidrio de unos dos metros de alto x 1,50 de ancho cada uno. Hay un vidrio faltante que ha sido reemplazado por un panel de corlock (Ese pedazo de corlock hace perder la estética al conjunto. ¿Hará mucho que está así? Se ve que Macri gasta poco en preservar los bienes culturales)
El conjunto es de mármol blanco. En la parte superior y central veo la figura de una mujer sosteniendo a otra sentada en una ostra. En la parte inferior, hacia cada lado del dúo femenino, hay un caballo cuyas crines sostiene un hombre que emerge de la fuente. Las figuras están desnudas. Cruzamos la Avenida Calabria y damos la vuelta a la fuente observando ahora un tercer caballo, con el correspondiente hombre agarrado de él. Luego de haber dado la vuelta en círculo a Las Nereidas, no se observa el nombre de su autora, Lola Mora. Además, la fuente está sin agua (Es raro el emplazamiento dado a la escultura. Lo primero que ve el que viene desde la ciudad, es la cola de una mujer. La escultura está, diríamos, “dándole la espalda a la civilización”. ¿Esto tendrá algún significado? Asimismo, ver más adelante mi comentario sobre la falta de agua)
A unos metros de la escultura en dirección este, hay 2 hileras de 8 bancos cada una. Éstos están hechos en cemento gris de aproximadamente 1,20 de largo por 0,50 m. de ancho, no tienen respaldo y su asiento no es compacto, sino cuadriculado. (Qué incómodos que parecen ¿Será para que la gente no se quede demasiado?)
Veo otro kiosco detrás de los bancos y comienzo a oler a chorizo (Rico rico, aunque no los comería por la calle)
Cruzamos más hacia el este atravesando una avenida sin cartel identificatorio a la vista. Consultando la Filcar supimos que se trata de la Costanera Dr. T. Achával Rodríguez. Veo que hacia el norte corre una ancha y blanca vereda cercada por una baranda de piedra con hierros en cruz, de alrededor de un metro de alto, sobre la que se apoyan varios hombres que miran hacia abajo. Le pregunto a P. “¿Habrá agua ahí?”. Me acerco y veo que lo que hay es césped. Allí nos encontramos con una larga plazoleta bordeada por 2 hileras de árboles: una al norte y otra al sur. Un cartel con pie identifica el lugar como “Paseo Guardavidas Argentinos”. Diviso una estatua al fondo del paseo. Nos preguntamos con P. si por aquí se entrará a la reserva ecológica. Nos pareció que no, por lo que, sin ingresar al predio, fuimos caminando nuevamente hacia el sur en busca de una entrada a la Reserva Ecológica. (Todo está mal señalizado)
En el recorrido veo que por debajo del paseo, hay una construcción cerrada con puertas y ventanas de vidrio. Alcanzo a ver, desde arriba, muchas mesas y sillas de plástico blanco, apiladas, tanto fuera como dentro de la construcción. (Parece un club o buffet. Puede ser del sindicato de guardavidas)
Veo también pasar un patrullero por la Avda España (continuación de A. Rodríguez) circulando en el sentido contrario al que caminamos, que dobla en U retomando el camino hacia el sur. (No es la primera vez que veo a las fuerzas del orden violando las normas de tránsito)
Hay poca gente circulando por la avenida costanera y hay poco ruido a tránsito. Estamos al 1700 de España y aún no encontramos la entrada a la  reserva. En la vereda de enfrente observo el  Museo de Calcos, por lo que decidimos con P. ir hacia allí.
10:50
Cruzamos en varios tramos la avenida mencionada hasta llegar a la esquina de Rawson de Dellepiane y Avda. España, donde se levanta la entrada al Museo de Calcos. La construcción es antigua (foto 2). El predio está cercado por una reja verde baja sobre la cual hay montado un alambrado romboidal. (Seguramente la reja se habrá oxidado ¿o es que es muy baja para ser segura?)
El portón de reja verde está cerrado. Comienzo a anotar lo que dicen los grandes paneles que hay a ambos lados de aquél. El de la izquierda dice: “Instituto Universitario Nacional del Arte - Dirección de Posgrado en Artes Visuales “Ernesto de la Cárcova” - Museo de Escultura Comparada - Seminario de Posgrado - Carrera de Posgrado - Extensión Cultural Visitas Guiadas - www.iuna.edu.ar”. El de la derecha: “IUNA, Museo de Escultura Comparada ‘Ernesto de la Cárcova’ “. Llegan dos chicas de alrededor de 20 años, abren el portón y pasan al jardín. Nosotras las seguimos. Ya dentro, veo una rampa en el medio del jardín que, con unos 5 m. de largo, se extiende casi desde el portón hasta el busto de un hombre de bigotes que lleva la siguiente leyenda grabada en la piedra: “Ernesto de la Cárcova –  pintor – Fundó esta escuela en el año 1923”. A nuestra izquierda hay un mástil (sin bandera) y varias estatuas de piedra acomodadas ya sea sobre bancos o bien en el césped del jardín que da a la Avda. España. Detrás del busto está la entrada al museo, también cerrada. Se trata de un conjunto de puertas de chapa y vidrios, en los cuales hay pegados varios carteles. Uno de ellos dice “Sábados y Domingos Entrada General $2.- Docentes y estudiantes del IUNA, jubilados, menores de 6 años y personas con capacidades diferentes no abonan entrada”. (Hace años que tengo una reproducción del óleo "Sin pan y sin trabajo" (cuyo original está en el Museo Nacional de Bellas Artes) y todavía no lo enmarqué)
Otro cartel advierte que “El día jueves 21-05-09 se efectuará asueto administrativo y académico por asamblea universitaria, por lo tanto no se realizará ningún tipo de actividad en este establecimiento” (¡Justo hoy tienen asamblea!)
Una de las chicas que había entrado antes que nosotras, luego de leer este cartel le dice a la otra: “¡Jodeme boluda, no lo puedo creer! Le tendría que sacar una foto al cartel para llevárselo a la profesora”. La otra chica se le acerca y las dos se quedan mirando el cartel largo rato. (Parece que sí o sí estas chicas tenían que visitar el museo ¡pobres!)
Cuando me corro hacia otra puerta ventana que está a la derecha de la anterior, un pequeño perro de pelo marrón claro y blanco que está allí recostado me mira, se levanta, camina unos pasos y vuelve a recostarse sobre el césped que está a mi izquierda. Entre estos carteles hay uno que dice “No tocar las esculturas”. Llega al jardín otro grupo de 4 chicas que también se sorprenden al enterarse que el museo está cerrado.
Otro cartel anuncia una licitación pública: “Puesta en valor edificio histórico M. E. de la Cárcova – Monto: $1985067 – Plazo de Ejecución: 12 meses – Valor del pliego: $500 – Visita de obras: 26-05-09”. Con P. nos preguntamos qué significará “puesta en valor”. Le digo que tal vez se tratará de una especie de mantenimiento que preserva el estilo arquitectónico.
Otro aviso señala:”Horarios – Sábados y Domingos de 11 a 17 – Lunes a Viernes de 10 a15”
Otro cartelanuncia: “Taller: ‘El Estudio de la Figura Humana’ – Dirigido a adultos mayores – Día y Hora: Viernes de 14:30 a 17:00 hs. – Cupo: Hasta 20 alumnos –Inicio: 22-05-09 – No se requieren conocimientos previos – Durante el desarrollo del curso de abordará el dibujo de la figura humana, la observación y el análisis, estudio de las proporciones y plasmación plástica – No Arancelado – Dictado por la Prof. Adriana Ortolani – Informes e Inscripción: Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de la Cárcova – Sólo con reservas - Reserva 4-361-4419/3790 Mercedes - carcova.visitasguiadas@iuna.edu.ar - Avenida España 1701- C.A.B.A (Líneas de Colectivo 2 - 4) (Este cartel me recuerda las menciones de la V Conferencia con respecto a los adultos mayores, así como a uno de los tres componentes de la Educación Permanente: EDJA)
Sigue una placa de bronce que dice “Museo”, debajo de la cual hay un timbre redondo de color blanco. A ambos lados de las puertas de vidrio hay frisos color verde-turquesa. El de nuestra derecha tiene cuatro figuras humanas, la de la izquierda está cabeza abajo y las otras tres agachadas. Doblando por el jardín hacia el lado de Rawson de Dellepiane hay un mural multicolor pintado sobre la pared. No se puede seguir avanzando por este lado ya que el acceso está cerrado con una cinta roja y blanca de ”peligro”. Regreso hasta el mástil y veo que en cada uno de los lados de su base están talladas las siguientes inscripciones:”Grabado - Pintura y escultura – Cerámica – Escenografía”. P toma varias fotos. (Me hubiera gustado estar un rato en los años 20 para poder ver una obra de teatro con alguna de estas escenografías. Ahora las obras casi no tienen. Creo que Soldi hacía escenografía para películas)
Cerca del mastil hay un gato de color gris “veteado” en beige. Está recostado mirando al cielo y parpadeando. (Por su postura parece estar tomando sol)
11:05
Salimos a la vereda. El poste y cartel indicador del nombre de la calle están caídos sobre aquélla. (Algún vehículo habrá chocado con él)
P. toma fotos a ambos lados de un panel “turístico” ubicado sobre la Avda. España, señalizado como “Puerto Madero 2”; el mismo contiene un mapa y datos sobre la reserva. Luego fotografía otro panel identificado como “Puerto Madero 3”. (Todo bárbaro en el plano pero las calles reales muchos carteles no tienen)
P. pregunta a un hombre cuál es el acceso a la Reserva Ecológica y éste nos señala aquel paseo que ya describí. Nos dirigimos entonces hacia en noreste, cruzando varias calles. Caminamos por el paseo ya descripto, bajo la sombra de los árboles. Veo un muchacho uniformado que con un aparato de largo tubo blanco está aspirando las hojas. Hacia el final del camino veo un puente de varios metros de largo extendido hacia el norte. P. me dice, señalando hacia nuestra izquierda una loma toda embarrada: “¿Nos animamos a ir por ahí?”.  Le respondo que más allá hay un puente. P. me dice que el puente está cerrado. Bajamos entonces una escalinata y luego subimos la loma., llegando a un camino mejorado (Este no puede ser el acceso oficial a la reserva. Está todo muy pero muy mal señalizado)
Doblamos hacia el este y vemos la entrada a la reserva, señalizada con un cartel que dice “Acceso Brasil”. Entramos. Hay tres hombres uniformados en azul oscuro, parados al lado de una garita metálica color beige, están conversando entre ellos. Los saludamos. P. saca fotos. Nos quedamos un rato observando la entrada. Hay un cartel que dice ”Bicicletas – Velocidad máxima10km/h” (Y nosotras, a pie…)
A la izquierda se ve una placa de cemento erigida sobre el piso que dice ”20º aniversario – 5 de junio de 2006”. En el puente “cerrado” a nuestra derecha hay un hombre y una mujer recostados sobre una loneta verde. Ambos llevan ropa deportiva. Se levantan, recogen sus cosas y salen de la reserva, cruzándose con un hombre de unos 45 años, de barba, que está entrando. El hombre lleva un pantalón beige, remera amarilla y un sweater color verde claro al hombro. Toma por el camino de la derecha. A la izquierda hay una cabina de Informes. Me dirijo hacia allí y le pregunto al empleado si tiene algún plano de la reserva. Me responde que no hay folletos porque están escasos de presupuesto. Y que para elegir un recorrido miremos el cartel de la entrada, y que de todas formas hay carteles indicadores durante el camino. (No me extraña que no tengan folletos pero… ¿si viene una combi con turistas extranjeros tampoco tendrán para ellos? Veremos después que lo de los carteles indicadores fue una mentira que nos dijo.)
Vamos hacia el cartel que nos indicó el empleado, que señala varios circuitos informando los Km. y tiempo estimado. Elegimos el recorrido más corto (3,3 km; 45 minutos), el cual  nos dejaría cerca del punto de inicio. (La elección del recorrido más corto fue porque mi intención era llegar hasta el río para cumplir con la consigna, pero no tenía ningún interés ni curiosidad en particular por conocer a fondo la reserva. Además, aún tenía que llegar “entera” a La Boca)
Le mostramos a uno de los uniformados el trayecto en el cartel y nos indica que comencemos yendo hacia la derecha. Le preguntamos a qué distancia está el río y nos dice que a unas 14 cuadras. Comenzamos el recorrido (mapa C) (Finalmente el uniformado está más dispuesto a informarnos que el empleado supuestamente encargado de informes)
11:15
Empezamos a caminar y vemos 5 construcciones hechas en madera con techo a dos aguas; si bien se accede a ellas subiendo un par de escalones, también tienen rampas para discapacitados motores. Una de aquellas “casitas” está destinada a los baños (mujeres, hombres, discapacitados). Le digo a P. que voy a entrar allí ahora porque supongo que durante el recorrido no tendremos oportunidad de hacerlo. El baño está limpio, tiene papel higiénico, sale agua de la canilla y el botón del depósito funciona bien. El piso está mojado. (Exactamente al revés que en los baños de mujeres de la facultad)
Hace calor y hay mucha humedad. Me lavo la cara y me saco el sweater atándomelo en la cintura. (¡Menos mal que no traje el abrigo de paño!)
Salgo del baño y veo que P. le está haciendo algunas preguntas a un hombre sentado en una silla bajo el porche de una de las casitas (un par de edificaciones antes que el baño). Luego le pregunto a P. qué es lo que le contó este señor. Me comenta que ella le preguntó sobre un salón que vio mientras yo estaba en el baño, el cual tenía apiladas muchas sillas. Él le contó que: ése es el salón de exposiciones, se utiliza para charlas y muestras, y en este momento hay una exposición fotográfica. Seguimos el recorrido, pasando por unos pequeños tractores de color rojo identificados como “equipo de lucha contra el fuego” .
11:20
Llegamos a una zona abierta. El camino es de unos  3 metros de ancho, de tierra. Vemos que detrás de nosotras, a unos 30 metros, camina uno de los uniformados. A nuestra derecha veo un tanque australiano de alrededor de 50-70 m de diámetro.
Más allá hacia el sur, a no menos de 10 cuadras, veo 4 altas chimeneas pintadas a rayas horizontales rojas y blancas. Se las señalo a P., comentándole que si llegan a estar en funcionamiento le harían muy mal tanto a las plantas como a los pájaros de la reserva. Miramos hacia la izquierda, por detrás y más allá de la laguna seca. Vemos edificios, edificios, edificios muy altos. P. comenta que esto tampoco ayuda: “No es tan ecológica la reserva, con tantos edificios”. (¿Qué tendrá de ecológica esta reserva si estas chimeneas largan el humo de las fábricas?)
Le digo a P.: “Esta debe ser la laguna que Amanda comentó que está seca”. El uniformado sigue caminando detrás de nosotras. Decidimos preguntarle a él qué es lo que sabe de la laguna y de las chimeneas. (¿Casualidad, para protegernos, para vigilarnos? Esto lo tendría que comentar en clase)
Lo llamamos. Es un hombre de alrededor de 30 años, delgado, morocho y alto. Una vez que está cerca nuestro miro el brazo derecho de su uniforme azul oscuro y alcanzo a leer parte de la insignia “Policía – Guardia”, además de la figura del gallo que usa la Policía Federal. (¿Serán policías comunes o guardaparques? Tendría que haberle preguntado. Ver además la acusación a la Policía Federal sobre contaminación de la reserva y el asentamiento Rodrigo Bueno en Nota [i])
P. le pregunta y él confirma que: “Sí, es la laguna pero hace un tiempo le cortaron la entrada de agua”. Le pregunta después quién y porqué lo había hecho. Nos dice que no sabe. (Una posibilidad puede ser para abastecer las colapsadas redes sanitarias de la ciudad)
Le pregunto si esas chimeneas que están ahí son de alguna fábrica, si están funcionando, si están en Dock Sud. Nos dice que no son chimeneas, sino transformadores eléctricos. Le agradecemos. Sigue caminando, ahora delante de nosotras, parándose de tanto en tanto en actitud de contemplar el paisaje de la “laguna”, poblada de plumerillos. (Son a todas luces chimeneas, pero luego averigüé que también hay cerca una central termoeléctrica, además de varios establecimientos altamente contaminantes. Ver Situación ambiental de la zona)
Continuamos la pateada, hay mucha vegetación, distintos tipos de arbustos, pero ningún cartel que indique de qué se trata. Le comento a P. que si aquí estuviera mi amiga Elic, que no es botánica pero nació y se crió en el Chaco, podría decirnos una por una cómo se llaman las plantas y cuál es su uso medicinal o culinario. (No le veo mucho de educativo esto de una planta detrás de la otra sin mínimamente poner un pequeño cartelito con el nombre)
11:30
De tanto en tanto vemos altas torres de iluminación. Pasa un helicóptero a baja altura. A nuestra izquierda, cruzando la “laguna”, veo un puente de madera. (Debe haber paseos nocturnos. Pero ¿esto no afectará el medio para animales y plantas?¿Y el ruido del helicóptero?)
Algunos árboles que vemos a nuestra derecha están negros, tienen sus ramas caídas y hojas secas. P. me dice: “Esta palmera está quemada”. Le respondo que la reserva se incendió muchas veces, pero también puede estar casi totalmente seca por la falta de lluvia. (Justo del lado del polo industrial ¿Casualidad?)
P. me comenta acerca de sus proyectos laborales y familiares, sobre todo la inquietud de ella y su esposo para que su hijo crezca en un ambiente más sano que el de Buenos Aires. Me pregunta acerca de mi experiencia, sobre todo con mi hija más chica que hace varios años que está estudiando en Cuba, le cuento algunas cosas sobre esto y también que mi compañero Juan que es de Rosario pero por cuestiones de trabajo se radicó en Buenos Aires, así como una experiencia de vida que tuve hace varios años en Gualeguaychú, y una conversación que tuve el otro día en el subte con una chica salteña que estaba visitando a su hermana aquí con su hijito más pequeño y en un momento me dijo, secándose la cara con un pañuelo: “esta ciudad me asfixia, yo no criaría ni loca a mis hijos en Buenos Aires”
Nos cruzamos con unos 30 adolescentes (chicas y varones) que caminan en grupos de 7u 8. Los acompañan dos hombres adultos. Luego pasa en el mismo sentido otro grupo de adolescentes, también son alrededor de 30. Tanto un grupo como el otro pasan conversando entre ellos, riendo, nadie mira hacia el paisaje, tampoco los adultos. Hacemos algunos comentarios sobre las salidas educativas escolares. “¿Qué aprendés acá?” me dice P. “De esta forma, poco y nada” le respondo.
Llegamos a un punto en que el camino se bifurca. Confirmamos con el policía que andaba ahí cerca cuál era la senda que teníamos que seguir para llegar al río.
Cada tanto vemos apoyados en el suelo, a nuestra izquierda, carteles cubiertos por un material opaco. Mientras P. saca fotos, me acerco a uno de los carteles y le paso la mano. La cubierta es de plástico y mi mano queda limpia, sin tierra. Me agacho y a 5 cm. de la lámina, veo que contiene dibujos y comentarios acerca de las especies animales y vegetales que habitan esa zona de la reserva. Le comento a P. que el plástico ya debe estar degradado por el tiempo. Ella me dice que también puede ser que la humedad haya penetrado en la lámina. Coincidimos ambas en que, por una cosa o la otra, la cuestión es “¿Para qué están los carteles si la gente no los puede leer con facilidad?” (Aquí ya me estoy convenciendo de que la reserva carece de mantenimiento adecuado)
Más adelante, como a 70 metros, está el policía con un aparato apoyado en la cara, siempre mirando hacia la laguna. (Pareciera que está tomando fotos)
Varios agujeros en el suelo denotan la presencia de sendos hormigueros.
11:50
Divisamos el río, llegando a un espacio con mesas y banquetas, así como bancos con respaldo en madera pintada de verde oscuro, similares a los que tradicionalmente se usan en las plazas. Hay un cartel advirtiendo que no se puede ingresar al río. Vemos pasar varios barcos. Atravesamos un espacio de unos 30 metros, cubierto con grandes piedras y pedazos de mampostería. Llegamos al agua -que hace olas muy suaves y de poca espuma- y mojamos nuestras manos. P. dice que está fría. Le digo que para mí no lo está tanto. (Es bastante difícil pasar la barrera de piedras, pero ya que estamos ¡como no vamos a tocar el agua!)
Reandamos el camino volviendo a pasar por las piedras. Nos preguntamos ahora cómo volvemos siguiendo el circuito previsto. Vemos un único cartel que dice “Salida”con una flecha en dirección norte. (Esto no coincide con el plano que vimos al entrar. Además, no existen “los carteles en el camino” que nos dijo el empleado)
Vuelve a pasar el policía descripto. Le preguntamos, señalando el cartel “¿Por allá es la única salida?” Nos responde que sí. Tomamos ese camino y hacemos un recorrido que bordea el río. Vemos césped y árboles bajos. También más banquetas, mesas y bancos. Veo un cartel que dice: “Salida Viamonte 2300 m”. Le digo a P. que estamos yendo por el camino más largo, pero comentamos que igualmente no podremos hacer otra cosa porque es el único que vimos. (Aquí me convenzo que, siguiendo lo que nos dijo el policía tomamos el camino equivocado)
Hay mucho sol y hace calor, más que al principio del recorrido. Mientras caminamos vamos comentando con P. sobre los espacios educativos que podríamos identificar en la reserva. Ella me comenta que le parece que más que nada se trata de una educación experiencial, un poco por lo que estamos viendo, pero sobre todo los relatos acerca de nuestras vidas que nos estamos haciendo en el camino. Llegamos a un espacio donde los arbustos se abren dejando espacio a dos bancos de plaza que miran hacia el río. P. dice “¡Qué paz debe haber acá como para leer un libro, lástima que para llegar tenemos que cruzar toda la ciudad!” Nos reímos. Pasa un barco de la empresa Buquebús en dirección norte. (Supongo que debe estar regresando al puerto)
A nuestra izquierda hay un cartel que dice “Respete a los animales – Tienen prioridad” (Me parece exagerado este cartel. Si un bicho me quiere morder, creo que trataría de defenderme)
Seguimos charlando con P. acerca de la educación. Coincidimos en que “depende también de cada uno, el estímulo sólo no alcanza”.
12:10
A nuestra derecha vemos un cartel que dice “Zona de desmoronamiento”. P. saca fotos. Sigue haciendo calor y hay bruma. P. me comenta que fue a ver la película “Entremuros”, recomendada por varias profesoras de la facultad. Le pregunté si ella me la recomienda. Me responde que, como está relacionada con lo educativo hay que verla, pero tal vez no en compañía de Juan (mi compañero). Volvemos a reírnos. Seguimos riéndonos al comentar que tanto Diego como Juan ya se hubieran cansado de la caminata. Giro la vista hacia atrás y veo un pájaro grande, de color oscuro, posarse y extender sus alas sobre la copa de un árbol alto que está junto a la ribera. Le aviso a P., quien le saca una foto. (Otra vez nos quedamos sin saber de qué pájaro se trata)
Vemos un muelle construido con piedras. Le comento a P. que por ahí probablemente ingresen los barcos de Buquebus. El camino dobla hacia la izquierda. Este sector de la reserva está más arbolada, hay sombra y el camino de tierra está mojado y resbaladizo. No puedo ver si detrás de los árboles a nuestra izquierda está la otra laguna que figura en el mapa de la entrada. Un tractor viene zigzagueando a alta velocidad hacia nosotras. Luego el conductor, un muchacho de unos 25 años, endereza la marcha. Me corro para que pase, embarrándome las zapatillas. Pasamos por un tanque australiano que está a nuestra derecha, similar al anterior ya descripto. Uno de los caños verticales está perdiendo agua. Llegamos a otro puesto informativo. Entro y le pregunto al empleado por algún folleto informativo. Nos da un ejemplar a cada una. Le preguntamos si por aquí se sale a Viamonte y nos responde afirmativamente. (¡A buena hora conseguimos un plano de guía!)
En nuestro recorrido casi no vimos pájaros, sólo algunas mariposas y ningún animal de hábitos terrestres. (Es probable que los animalitos hayan emigrado)
12:35
Finalizamos la visita a la Reserva Ecológica saliendo por Viamonte, y comenzamos nuestra caminata por la Costanera yendo nuevamente hacia el sur, en dirección al asentamiento Rodrigo Bueno. Veo pasar, corriendo en dirección opuesta a la nuestra, a una veintena de hombres de unos 30 años de edad promedio. Están todos vestidos igual: pantalones cortos de color oscuro, remeras gris clara con una leyenda que dice “Ejército Argentino”, zapatillas y medias claras. Varios de ellos son obesos. Dentro del grupo distingo dos mujeres, ambas de tez oscura, cabello negro y baja estatura, con similar uniforme que “los masculinos”. La vereda y su baranda tienen similares características a las ya descriptas, y separan al transeúnte del bajo pastizal que se extiende en dirección este (hacia el río). Le comento a P.: “Antes el río debía llegar hasta acá”. Ella me responde: “¡Sí, cuando yo era chiquita esto tenía agua! Calculá, tenía 5 años, ahora tengo 32”. (Sería interesante averiguar si la reserva es natural o fue construida)
12:45
Veo salir humo de las chimeneas antes descriptas (Confirmado: esta reserva tiene poca vida si siguen funcionando fábricas acá)
Hay muchos carritos vendiendo productos de parrilla, con mesas y sillas sobre la vereda de la costanera. Casi todos ellos están llenos de gente comiendo. Hay hombres en camisa blanca impecable y corbata, pantalón de vestir. En la mesa de al lado, otros hombres de tez más oscura en remera y pantalones gastados. (Qué contraste)
Antes de este edificio, vemos 2 edificios en construcción. Uno de ellos tiene 2 plumas, y el otro una. “Esto parece el Cambalache de Discépolo” le digo a P. (La ciudad va a colapsar cualquier día de estos… Recuerdo la nota que salió hace un par de años en Le Monde. Tendría que buscarla)
P. me pregunta: “¿Sabés dónde está el puente de la mujer, uno que tiene como alas?”. Le respondo que no tengo idea. Luego me advierte acerca de la cantidad de gente que, utilizando la red pública de agua mediante unas mangueras en las respectivas bocas, está lavando sus vehículos, ya sea autos o grandes combis para transporte turístico. (Los lagos de la reserva están secos y Las Nereidas no tienen agua, mientras los dueños de autos y combis lavan su propiedad privada con el agua de todos)
Le señalo a P. el edificio antiguo color crema que está enfrente. Como ya lo conocía de antes, le digo: “Esta es la Dirección de Museos, donde Amanda nos dijo que funcionaba la cervecería Munich. Debemos estar en la Avenida de los Italianos al 800” (foto 3). Pasa un micro de turismo en dirección norte, pintado en varios colores y con varias leyendas. Una de ellas dice: “Buenos Aires City Design”. Es de dos pisos, similar a los “double-deckers” londineneses (aunque estos últimos son en general rojos) (Estos deben ser los micros que me contó Raquel, que por $35 te llevan a recorrer la ciudad)
Aproximadamente a la altura de Azucena Villaflor (continuación de la Avda. Belgrano) llegamos a una pérgola con escaleras a ambos lados, que bajan hacia lo que alguna vez fue un balneario. Allí abajo veo una estatua. Hacia el este observo volar unas pequeñas aves verdes y le pregunto a P. si serán cotorritas, pero tampoco sabe. Luego me comenta que le parece que su padre tiene una foto estando aquí con los abuelos y tíos de ella.
Metros adelante veo un monolito con las imágenes de la “Virgen Stella Maris, patrona del mar y de la Armada”, y de “San Francisco de Paola patrono de Calabria y de los navegantes”; también hace referencia la Parroquia “Nuestra Señora de la Esperanza”. Del otro lado de la Avda. Costanera Tristán Achával Rodríguez, en una pequeña plazoleta delante de un alto edificio, hay una estatua femenina de por lo menos 5 m. de alto. Tiene una espada en el brazo derecho que levanta al cielo y lleva “puesto” un dorado gorro frigio. (Todos estos deben ser homenajes de las FF.AA.)
13:00
Bajo las escaleras para observar la estatua de cerca. Se trata de Luis Viale. Un grabado al pie reza: “La municipalidad de la Capital Federal por iniciativa popular”. En esta figuración Viale está todo vestido, con un salvavidas en su mano derecha y en actitud de correr (hacia el pastizal). No hay indicación ni de año ni de autor. Mientras vuelvo a subir le digo a P. que esa postura me resulta extraña y hasta graciosa.  Poco más adelante hay un panel turístico doble señalizado como “Puerto madero 5”. Ahí leo que Luis Viale se ahogó queriendo salvar a gente de un naufragio. Le muestro a P. Ella saca fotos. (Y yo que me reía…)
Siguen los carritos con gente almorzando en mesas compartidas, y otras personas están haciendo aerobismo, ya sea solas o en grupo. Con P. comentamos que este es un lugar de aprendizajes sociales.
A ambos lados de la calle hay estacionados muchos vehículos de transporte de turismo, ya sea combis o micros. No veo en el recorrido grupos que circulen acompañados por guías. (Los choferes deben estar almorzando allí)
P. me comenta que le llama la atención un edificio cerrado con aspecto de abandono que hay un poco más alla, del otro lado de la avenida. (En esta zona, un local sin hacer dinero es algo raro)
Mientras tanto, observo contra la baranda de la costanera un loro enjaulado sobre un viejo carrito de helados. En la calle hay “estacionado” un remolque cúbico pintado de negro (es similar a los que se utilizan para transportar caballos, pero no tiene ninguna ventana).Seguimos caminando. Veo varias mochilas sobre la baranda, y dos cascos blancos. (Deben ser de encargados o profesionales de las obras de construcción que abundan por aquí)
Le propongo a P. que crucemos de vereda porque sobre la otra mano hay un poco más de sombra. Al dirigirnos hacia el cordón nos cruzamos con un hombre de aspecto descuidado y edad indefinible que camina lentamente llevando una bolsa amarilla. (Creo que se trata de un ‘linyera’)
Lo primero que vemos luego de cruzar es un local-carpa, cuyo toldo azul dice: “Lo de Héctor – desayunos”. Los hombres que están comiendo aquí llevan puestas camisa y corbata. La construcción que antes decía P. está situada a la altura de A. Rodríguez 1431 y tiene un cartel que la identifica como “La Alameda Sur”. Siguen varios bares con aspecto de ser de construcción reciente.
13:15
Llegamos nuevamente a la altura de Las Nereidas, cruzamos al este y continuamos caminando por la vereda par de la Avda. España en dirección sur. El calor continúa. Inmediatamente después de unos galpones de la Prefectura Naval Argentina, se levanta el asentamiento “Rodrigo Bueno” (ver mapa D)
Por la avenida pasan algunos taxis, camionetas y camiones, no veo en este momento colectivos. A ambos lados de aquélla, y también en el centro, hay estacionados grandes camiones de transporte internacional. Alcanzo a ver que uno es de Uruguayana, Brasil.
Metros antes de llegar a la entrada del asentamiento veo una chica de alrededor de 20 años, gesto serio, algo excedida de peso. Lleva atado su cabello castaño. Está vestida con una polera oscura de lana y tapa parcialmente su bombacha con un pañuelo de gasa semitransparente anudado a la cintura a modo de falda o pareo. Calza zapatillas negras y medías ¾ caídas. La muchacha va y viene entre los camiones y la vereda. Algunos camioneros toman mate bajo un árbol. (Podría ser una prostituta. ¡Qué vida ésta! Me da tristeza)
Luego nos cruzamos con dos chicas también de unos 20 años, morochas y de cabello largo, que llevan puestos guardapolvos blancos cortos, con puntillas y sin mangas, con tiras cruzadas y atadas atrás. Llevan carpetas y libros en la mano. Nos miran y continúan caminando en dirección contraria a la nuestra. Le comento a P. que tal vez sean maestras.
En la entrada al asentamiento hay un cartel que anuncia “Libería – Juguetería”. Veo cerca de 20 personas entrando o saliendo. Seguimos caminando en dirección sur, recorriendo todo el frente de la villa. Su ancho total es de alrededor de 100 o 150 m., y se extiende en un corredor hacia el río. La mayoría de las casas son en dos o tres plantas, construidas en ladrillos huecos sin revocar. Varias de las casas tienen antenas parabólicas de “Direct TV”. Hay ropa colgada de las ventanas. Al costado sur del asentamiento, corre una zanja de agua oscura, rodeada de pastizales.
Seguimos caminando más allá del asentamiento, llegando a un lugar que está cercado por un cartel que dice “Santa María del Plata” y del cual sale un puente hacia el este. Detrás del cerco alcanzo a ver una construcción circular en forma de hongo, con el techo triangular pintado de rojo. Vemos más edificaciones hacia el fondo, pintadas en color beige. (Debe ser Tandanor)
Le digo a P. que vayamos regresando porque según la Filcar por aquí no hay salida a La Boca. Nos quedamos un rato paradas viendo el paisaje y pensando por cuál de las dos veredas sería más seguro caminar. Nos decidimos a hacerlo por la calzada, en dirección norte.
Vemos que las chicas de guardapolvo blanco están en la parada de colectivo ubicada cerca de la entrada al galpón de la Prefectura. Hay alrededor de 10 personas allí. (Tendría que fijarme en la guía qué colectivo pasan)
Llegamos a Rawson de Dellepiane, cruzamos España y seguimos por la primera calle en dirección oeste (lado contrario al río). Vamos comentando sobre lo impresionante de la villa, P. me dice que no entiende cómo las personas pueden vivir así. “Tal vez ganen poco, pero aunque ganaran $1500 podrían alquilar un departamento, aunque sea chiquito”. Le digo que es probable que un departamento así no les alcance, podrían llegar a tener 10 hijos. P. me responde: “Hay mucho de educación en eso también”. Le comento que una educación verdaderamente popular también tendría que enseñarles a exigir el cumplimiento de sus derechos: la vivienda, la salud, la escuela, el trabajo.
En la primer esquina nos encontramos con el acceso a un tunel que se abre hacia el sur, del cual cuelgan varios carteles: Escuela nac fluvial. Hidrovía, Talleres (con una flecha hacia el sur). A nuestra derecha, sobre la mano de enfrente, hay una obra en construcción de más de una manzana. Según anuncia un cartel, se trata del centro comercial y de oficinas “Madero Harbour”. Pintado en grandes letras, hay un número de teléfono para consultas “4893-2000”
Seguimos comentando sobre la gente de los asentamientos y sobre nosotras mismas. P. menciona que tuvo que esforzarse mucho para tener lo que hoy tiene. Le digo que se trata de distintos modelos de vida. Que ella y yo tuvimos un modelo desde que nacimos, y que los nenes que hoy viven en las villas tienen papás que a su vez cuando nacieron sus propios papás ya no tenían trabajo [asalariado], y que así su fuente de ingreso es desde hace mucho el subsidio.
Un gran cartel luminoso rodeado de plantas nos anuncia que hemos llegado al “Casino Puerto Madero”. P. dice: jocosa “¡Ahora mismo la llamo a mi mamá y que lo vaya a buscar a Franco al jardín, yo me quedo acá!” Nos reímos y comentamos que a ninguna de las dos nos gustan los juegos de los casinos. Le digo que sin embargo, yo disfruto ir al Casino de Mar del Plata, para ver a la gente e ir a la confitería, que es linda y más barata que en otra parte: “El café está a 3,50 y el whisky a 8, tal vez sea barato porque ahí venden a granel, ¡hasta se lo llevan a la mesa de juego a la gente!” Nos reímos. Pasamos por un gran estacionamiento señalizado con chapas que contienen las diversas cartas francesas, llegando a ver un gran barco blanco con detalles en amarillo. “¡Ah, es un barco!” digo yo. “Sí, es un casino flotante”, me dice P.
P. sigue comentando que no entiende que hay personas que pudiendo salir de las villas se quedan ahí. Le cuento sobre el Barrio Las Flores, que está a unas 30 cuadras de donde vivo: “Allí también hay personas que estudian en la facultad, y la gente con la que hablé quiere vivir en mejores viviendas, pero no quieren mudarse de barrio. La municipalidad recibió dinero de Nación para construir viviendas, pero ¿Qué hizo? Primero, proyectó todas viviendas de 42m2, nadie relevó las necesidades de cada familia. Segundo, los querían llevar a Munro, y ellos son de Martelli. ¿Conclusión? Los vecinos de Munro organizaron marchas porque no quieren cerca a “los negros de la villa”. Y los vecinos de Las Flores organizaron marchas porque quieren ‘viviendas dignas y en su barrio’. La cuestión es que al día de hoy la Municipalidad no ha hecho nada”. P. me pregunta donde estará el dinero. Le respondo que supongo que lo tienen en el banco.
13:50
Llegamos a la autopista Buenos Aires-La Plata. La cruzamos por debajo. Mientras tanto le pregunto a P. qué le pareció el libro de Bélanger. Me responde que en su opinión estaba desactualizado por haber sido escrito hace 10 años. Le digo que a mí me sugirió un discurso continuista, parecido al de la UNESCO. Y que me preocupa el papel de la universidad con respecto a los pobres: “Es una tarea difícil investigar y trabajar para la gente al mismo tiempo”.
Veo un cartel indicador que dice. Huergo – Av. Garay – Puerto Madero – Autopista Buenos Aires-La Plata, acompañado por las flechas correspondientes. Buscamos un sector que tuviera semáforo, volvemos a cruzar y llegamos a la calle Huergo, justo donde hay un edificio señalizado como “Agencia Nacional de Seguridad Vial – Ministerio del Interior – Presidencia de la Nación”. Señalando hacia el lado sur de la autopista, donde hay un cartel que dice “Pedro de Mendoza”, le digo a P.: “Por allá debe estar la usina que nos comentó Amanda. Pero no tengo pensado caminar por la autopista, tiene una veredita muy angosta, ¿y vos?” P. estuvo de acuerdo y doblamos entonces a la derecha tomando desde su inicio la Avenida Brasil, calle por donde pasan varios colectivos, el 130 entre ellos. (Las calles están muy mal señalizadas, Brasil por ejemplo lo ubiqué posteriormente en la Filcar)
En el número 33 hay una cantina llamada Don Corleone. Enfrente, bajo el número 50 está el Darling Tennis Club, fundado el 11-4-1918, y pintado en color crema con detalles en rosa oscuro. El edificio, según reza un grabado sobre la puerta, es de 1897 (foto 4). P. recuerda cuando jugaba al tenis de chiquita. Sobre nuestro lado, pasamos un alto edificio donde hay varios jóvenes entre 25 y 30 años sentados en unos escalones, fumando. También hay un hombre parado en la vereda vestido con uniforme de guardia. Pasamos también por un largo paredón que en su única puerta tiene un cartel que dice “Telmex” (Qué contraste el Darling con el moderno edificio)
14:00
Cruzamos la calle Azopardo. Sobre ésta hay un alto edificio y su lado una construcción en ladrillo visto con un cartel luminoso (ahora apagado) que dice “Crónica”. Comienzo a divisar lugares conocidos y le digo a P. señalando hacia adelante: “Estamos llegando al Parque Lezama. Ves, ahí está el Templo Ortodoxo”.
Teniendo muy presente las palabras de Amanda: “En la pateada nada de auto, sin bicicleta en la caminata”, pero también considerando la hora que es y el calor que está haciendo, le propongo a P. tomarnos un colectivo que nos acerque hasta la Escuela de Adultos de la calle Lamadrid. Cruzamos la Avda. Paseo Colón, miramos hacia ambos lados buscando paradas de colectivos. Cruzamos Brasil hacia el sur, que es donde vemos que hay más cantidad. Estamos en el Parque Lezama. P. me comenta que desde la primaria no viene aquí. (Recuerdo que yo misma no había vuelto desde la primaria de mis hijas, hasta que hace un par de años regresé para participar en una asamblea en defensa de los territorios de los pueblos mapuches del sur argentino y chileno)
Detrás de un cerco de rejas que separa la vereda del parque, veo un conjunto escultórico con motivos marinos y un cartel que dice “Lago en reparación” (foto 5) (Igual que en la reserva, sin agua. Qué problema el del agua. Por otro lado, no veo un lago, sino una fuente)
Vuelvo la vista hacia atrás para observar rápidamente el frente de la Iglesia Ortodoxa Rusa (foto 6). Nos dirigimos hacia la parada que comparten las líneas 64 y 152. Llega el 64 y pagamos $1,10 cada una para que nos lleve hasta la calle Lamadrid. Viajamos unas 15 cuadras en colectivo, por la Avda. Almirante Brown, sentadas  en asientos distantes uno del otro. Al iniciarse esta Avenida, vemos sobre la izquierda una obra pictórica-escultórica de gran colorido. P. me dice “Ahí hay un cartel que dice ‘Bienvenidos a la Boca’ ¿esto es ‘Caminito’? Le digo que no y que después le cuento. Se trata del Mural Escenográfico (foto 7). Más adelante, a nuestra derecha veo el edificio de la Escuela de Recuperación N º4 DE N º4. Miro el cartel de altura, el cual dice:”Avda. Almirante Brown Nº 300-500”. (Qué contraste, en mis paseos por barrio norte no he tenido oportunidad de ver una Escuela de Recuperación)
Detrás de la escuela, luego de un espacio verde de unas 4 cuadras, veo una cancha de futbol pintada en amarillo y azul. ¿Hace falta decir que es la cancha de Boca Juniors? (La gloriosa bombonera)
Nos bajamos en Almirante Brown al 1400, pocos metros después de la calle Lamadrid, hacia donde retrocedemos unos pasos. En una de las esquinas formada por ambas calles se encuentra un edificio antiguo con un cartel que dice “Museo Histórico de La Boca” (foto 8). Miro hacia arriba y leo una leyenda grabada “Nuevo Banco Italiano” (¿Este banco es el que fundieron los Macri? Tendría que buscar…)
El museo se encuentra cerrado. Sobre Lamadrid 401 hay colgada una cartelera de vidrio que dice “Programa Buon Amici”. Detrás del vidrio hay una lámina con el dibujo de un niño vestido de “marinerito” echando una carta en un buzón. (Esos buzones que en mi infancia estaban en las esquinas y que ya no existen. Por otro lado ¿cuál será el significado de la lámina?)
Sobre Almirante Brown 1399 hay una cartelera similar, conteniendo un dibujo similar a una foto antigua con una mujer y niño. La mujer está sosteniendo o señalando una herradura (más alta que ella) colgada de la pared. El niño mira la herradura. (¿Y está lámina qué querrá significar? ¿La mujer será la madre o la maestra que le está enseñando al nene lo que es una herradura?)
Parada en la esquina del museo, mirando por almirante Brown hacia el sur, veo el riachuelo y el antiguo Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, construido en hierro negro (foto 9). También observo que frente al museo, en la vereda par de Almirante Brown, hay un local antiguo con una vivienda en planta alta. El local está cerrado con unas persianas metálicas pintadas en color verde claro. En diagonal al museo hay otro local también cerrado que tiene un cartel desgastado que dice “Fábrica de Pastas Frescas Canale”. Y en la otra esquina hay un edificio de departamentos. P. me dice que por ahí las 15 cuadras recorridas en colectivo las podríamos haber hecho caminando. Le respondo que ya hemos pateado más de 50 cuadras y por lo menos yo necesitaba este transporte para descansar las piernas 5 minutos a la sombra. Y que además nuestra observación termina a las 15 hs. y aún no hemos visto prácticamente nada de La Boca.
14:15
Comenzamos a caminar por la calle Lamadrid en busca el número 676 (dirección a la Escuela de Adultos). Miro el cartel indicador y veo que el nombre completo de la calle es “General Aráoz de Lamadrid”. Pasamos por un edificio escolar ubicado en el número 447, que un cartel identifica como “Colegio San Juan Evangelista (A-189)”. Nos detenemos a tomar algunas notas. Del interior del edificio sale un muchacho delgado, alto y morocho de unos 35 años, vestido con un uniforme de seguridad. Se queda parado en la puerta. (No me inmuto por la presencia del guardia y pienso darle alguna explicación sólo si pregunta. No preguntó)
Sigo tomando notas de los carteles dispuestos sobre el frente del edificio. Uno dice “Nivel Inicial – Escuela Primaria – Escuela de Educación Media” (Es frecuente que la Iglesia tome a su cargo toooodo lo que desde la perspectiva de la Educación Permanente se denomina “Educación Inicial”)
Otro cartel dice: ”Centro de Primera Infancia San Juan Evangelista – Ministerio de Desarrollo Social – Buenos Aires – Gobierno de la Ciudad” (Este debe ser un servicio para “los niños pobres” brindado con fondos públicos. Me da curiosidad de averiguar más)
La puerta doble del colegio está abierta y desde la vereda puedo que hay muchos carteles pegados en el hall de ingreso. Le digo a P.: “Voy a entrar a ver los carteles, por si hay detalles de actividades educativas”. Ingreso, P. también. (En realidad mi intención fue que el guardia escuchara)
Una de las láminas dice: “Obra de Don Bosco – Los salesianos cooperadores te invitan al XIV encuentro pascual de adultos a realizarse el 3º Domingo de Pascua – 26-04-09 - Bajo el lema “No es lo que tengo, sino de quién soy” […] De 9:45 a 18:30 hs. […] C. de Bs. As.” (Me da curiosidad saber qué hay detrás de este lema)
Otros carteles indican que en el lugar funciona una guardería y un servicio catequístico
Salimos a la calle y continuamos nuestro recorrido. Llegamos a la esquina de Lamadrid y Martín Rodríguez. Justo allí, en Lamadrid 499, hay una escuela pública. Enfrente de ésta, sobre Rodríguez, hay un kiosco de chapa con un cartel que dice “Kiosco Rodrigo”. (¿Será por R. Bueno?)
En diagonal a la escuela hay un edificio de departamentos, en PB y 5 pisos. Frente a aquélla, sobre general Lamadrid, hay un taller.
La escuela funciona en un edificio antiguo cuyo frente tiene grabado: “Escuela General Lamadrid”. Su alto portón de doble hoja se encuentra abierto. Entramos a un hall. Vemos un cartel que dice Escuela Nº 10 D.E. 4. En la pared de nuestra izquierda hay pegado un aviso sobre un brote de sarampión. En la pared derecha hay un poster de la Feria del libro. Tres escalones de mármol blanco conducen a un portón de aluminio de varias hojas que se encuentra cerrado. Le digo a P.: “En una época esta escuela habrá sido muy linda. Lástima este portón que le pusieron después”. Casi no se escuchan voces desde el interior. A la derecha del portón hay un papel afiche colgado con un collage de dibujos.
Cruzamos Rodríguez y seguimos subiendo por Lamadrid. Veo una casa construida con listones de madera, cuya planta alta tiene dos balcones con plantas. En la planta baja funciona otro kiosco. Mirando hacia enfrente observo 4 monoblocks en hileras de 2, pintados en color verde. Entramos a un supermercado “chino” y compramos a medias una gaseosa grande que nos cuesta $5,50. P. compra además un paquete de papas fritas y mientras salimos a la calle me convida. Le agradezco pero le digo que no, porque me daría más hambre, por lo cual comeré recién cuando llegue a casa.
En Lamadrid 577 me detengo a describir una casa que me llamó la atención. Es una construcción en dos plantas de madera pintada en amarillo fuerte con detalles en rojo carmín. P. sigue caminando. Tomo nota y alcanzo a P., que me pregunta si voy a anotar todo lo que veo. Le cuento que se trata de una inmobiliaria: “Pero no es una inmobiliaria cualquiera. Esta alquila habitaciones y locales para atelier”. (Nunca había visto estos rubros en las inmobiliarias de mi barrio)
Cruzando Puerto de Palos ya estamos en Lamadrid al 600. Cruzamos hacia la vereda par en busca de la escuela. Veo enfrente una casa de chapa sin pintar, en dos plantas.
14:30
Pasando aquélla, hay un edificio antiguo en una planta, con dos ventanas y una puerta coronadas por sendas pinturas (retratos) de forma circular (foto 10). Un cartel fileteado identifica esto lugar como “Comedor Comunitario Infantil Pequeños Camioneros”. El comedor se encuentra cerrado. P. toma fotos. (Qué nombre más extraño para el comedor. ¿Será de algún gremio de Moyano?)
Luego sigue, siempre del lado de enfrente, una construcción en dos plantas, abajo es de material, arriba es de chapa. (Qué contraste, en la misma casa)
Las veredas comienzan a ser escalonadas y en subida. Por nuestro lado vemos un grupo de unas diez personas, hombres y mujeres de unos 30 años de edad promedio, paradas en la puerta de lo que parece ser una escuela. Antes de que los alcancemos, sale una mujer de guardapolvo celeste y los hace entrar  Le digo a P. que tal vez esta sea la escuela de adultos y estén entrando al turno de 14:30. Nos acercamos y asomamos por la puerta de entrada a un patio, que ha quedado abierta. Puedo observar que luego del patio continúa un acceso vidriado a un gran salón. Se asoma enseguida la señora de celeste y nos pregunta qué necesitamos. P. le pregunta si ésta es la escuela de adultos y la señora le responde que no, que las personas que entraron son padres que vienen a una reunión de jardín (se trata del Jardín de Infantes Integral Nº 01 D.E. 04 "Quinquela Martín"), y que la escuela de adultos está al lado. Le agradecemos y seguimos caminando pasando por varios murales pintados en las paredes exteriores del establecimiento.
Llegamos a Lamadrid 676. Hay allí una construcción con una puerta central y varias hileras de ventanas a cada lado (foto 11). A nuestra derecha están los carteles identificatorios, parcialmente tapados por una planta de unos 2,50 o 3 m de altura. Mientras P. saca fotos, yo tomo nota de lo que dicen los carteles. Uno de ellos dice: “Escuela Nº 29 Adultos – D.E 4 – Sector 5º – GCBA – Manuel Belgrano – Primaria y cursos complementarios”; “CENS Nº 45 – Secundario para adultos (en 3 años) – Perito Comercial Especializado en Administración de Empresas – Títulos Oficiales – Horario 8:15 a 12”. Le comento a P. que me parece que el horario matutino del secundario tal vez no les venga bien a todas las personas que quieren hacerlo. Viene caminando del lado de Almirante Brown una mujer rubia y delgada de 55-60 años, lleva anteojos y un colgante al cuello. Está vestida con sweater y pantalón negro, zapatos negros de tacón. Nos mira e ingresa a la escuela. (Esta señora no parece una alumna, sino docente o personal administrativo)
Otro cartel anuncia: “Cursos especiales con salida Laboral” y contiene un detalle de los mismos. Comienzo a escribir. P. me pregunta si voy a anotar todos. Le digo que sólo algunos. Estos son: accesorios de la moda, carpintería, cosmetología, dactilografía, televisión, tejido, español para extranjeros, computación. La escuela ofrece alrededor de 30 cursos en total. (Menos mal que estoy con P., de otro modo el recorrido me llevaría una semana…)
Le comento a P. que me llama la atención que ofrezcan cursos de dactilografía, ya que es una profesión perdida desde hace más de 20 años. La puerta de acceso al hall está abierta. Entramos. Tomo nota de algunos carteles más. Uno de ellos contiene información sobre el dengue, lleva por título “Cuidémonos del dengue” y remite al sitio web www.educacion.buenosaires.gob.ar (Me parece bueno la campaña, y que también se haya cambiado el “gov” por “gob”)
Otro cartel contiene los horarios de los ciclos de la primaria, que son mañana, tarde y noche. También hay un detalle de los horarios de los cursos especiales ya detallados. Aquí dice “dactilografía con salida a computación”. También hay una invitación a talleristas para participar en las reuniones de la CUJUCA (Cumbre de Juegos Callejeros) y un ofrecimiento de taller literario.
14:45
Regreso a la calle y seguimos caminando en dirección oeste, pasando por una de las entradas del “Club Social, Cultural y Deportivo Zárate“, que según un cartel fue fundado el 1º de agosto de 1929. Llegamos a la esquina y doblamos a nuestra izquierda (en dirección sur).Vemos que estamos a una cuadra del riachuelo. La calle está empedrada y es peatonal. Me pregunta P. si ésta será Caminito. Le respondo que creo que no. Después vemos que es la calle Ibarlucea. Observo varios puestos, en su mayoría de ropa. A cada lado de la calle hay un decorado de cartón con la figura de una pareja de bailarines de tango, quienes tienen orificios en lugar de cabezas. Los fotógrafos no están. “Deben usarlos los fines de semana” le comento a P. Caminamos casi hasta la esquina sur, nos detenemos y sentamos un minuto en el vano de la vidriera de un local que vende artículos regionales. Mientras tomamos un poco de gaseosa, observamos el paisaje. Veo tres restaurantes con mesas en la calle, la mitad de las cuales se encuentran ocupadas. Suena música de reggaeton.
Observo las fachadas de las edificaciones de enfrente, en dos plantas de colores vivos amarillo, turquesa y rojo. La planta alta de la esquina tiene prendas colgadas de una soga en el balcón, también de colores vivos. Le comento a P. que me parece que esta ropa no está colgada para secar, sino que están expuestas como si el balcón fuera una vidriera. A la derecha de esta construcción, vemos un cartel fileteado que anuncia el museo de cera (foto 12). P. me pregunta si éste será como el que hay en Londres. Le respondo que no tengo ni idea. Luego me dice que habría que pagar como 10 pesos para entrar. (Por unos momentos recordé al Madame Toussaud’s)
Cruzamos la calle y vemos, al pie de una escalera, un cartel informando que en aquel edificio de la esquina hay un local de venta de ropa que efectivamente funciona en la planta alta. Al lado de esta construcción, en Enrique del Valle ibarlucea 1261, está, como ya adelanté, el “Museo de Cera Histórico”, cuya puerta de entrada en doble hoja de madera está abierta. Nos asomamos al interior. Según una placa en chapa blanca, este museo fue declarado centro de interés cultural por el “honorable concejo deliberante de la ciudad de Buenos Aires por su aporte al conocimiento de nuestra historia”. Además, una placa en bronce colgada a la izquierda de la puerta descripta señala “Este solar fue sede al 1º Comité Socialista de América Latina integrado por el Dr. Alfredo L Palacios”
Una escalera -de mármol blanco y alrededor de un metro de ancho- conduce a otra puerta de doble hoja, en madera lustrada y vidrio, que se encuentra cerrada. No puede verse el interior porque el vidrio está cubierto por dentro con unas cortinas blancas tejidas. Un cartel en castellano e inglés pegado en esta puerta dice: “Abierto – Toque timbre y espere”. Sobre la puerta hay colgada una vitrina cuadrada de unos 50cm.x50cm., conteniendo la cabeza de una figura masculina con bigotes. Lleva un cartel que dice “Florencio Mendoza”. En el descanso adyacente a esta puerta hay una maceta con una planta de hojas anchas color verde oscuro. (Ver nota [ii])
Voy subiendo la escalera, a cuyos lados hay cuatro fotos antiguas. Dos a la izquierda, una del muelle de La Boca (1890) y una descarga en el riachuelo (1889); y dos a la derecha, una sobre el trabajo en el puerto (1891) y otra sobre el cruce del riachuelo en bote (1900) (Era dura la labor de los trabajadores portuarios. ¿Seguirá siendo así o directamente los habrán reemplazado por guinches electrónicos?)
Toco la planta y compruebo que es natural. Bajo la escalera y veo varios avisos pegados en una cartelera a la izquierda de la puerta de calle. Uno de ellos dice (en castellano e inglés): “Museo de Cera – Programa educativo – De 3 a 12: Nivel Inicial, EGB 1, 2, 3 y Nivel Polimodal – El Museo Histórico de Cera organiza diferentes actividades didácticas, de las cuales participan alumnos y docentes de distintos colegios. De este modo se intenta fomentar el arraigo hacia nuestro patrimonio cultural y promover la gestión del museo como recurso educativo. Las visitas se organizan de acuerdo con la edad de quienes participan. Se desarrollan trabajos prácticos, según corresponda. - Reservas e Informes Dr. Enrique del Valle Ibarlucea 1261 (1160ABM), La Boca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Telefax: (5411) 4301-1497 / (5411) 4303-0563. info@museodecera.com.ar/visitasguiadas@museodecera.com.ar. Horario de invierno: Abierto de lunes a viernes de 11.30 a 18 hs., sábados, domingos y feriados de 11 a 18 hs. Horario de verano: Abierto de lunes a viernes de 11.30 a 19 hs., sábados, domingos y feriados de 11 a 20 hs.”
Salimos del museo de cera caminando en dirección sur (hacia el riachuelo), pasando por la entrada a la casa de ropa ya descripta. Miro hacia adentro y se trata de un edificio similar al del museo. Luego de caminar unos 10 metros llegamos hasta la calle Caminito (foto 13), empedrada y separada de Ibarlucea por unas cadenas. Inmediatamente pasamos por la calle Magallanes, en cuya esquina está el antiguo Bar La Perla. Estamos en la vuelta de Rocha. Vemos a nuestra derecha, sobre Pedro de Mendoza, el Museo PROA, de estructura vidriada en un material similar al del edificio descripto. Le digo a P., sonriendo: “Anotemos, un museo en papel film”. Nos reímos. En razón de la hora, decidimos seguir la marcha sin acercarnos a mirar. En la esquina donde estamos paradas hay un cartel azul con pie que dice: “Comuna 4”. Pasa un micro turístico en dirección este, similar al descripto. Cruzamos la calle Pedro de Mendoza, y veo una plazoleta triangular hay una cruz blanca de alrededor de 3 metros de alto
Nos dirigimos hacia nuestra izquierda pasando por una hilera de puestos, varios de los cuales son de retratistas. P. busca la parada del 64. Al encontrarla, veo que en el mismo lugar para el 20 que me lleva a Retiro. Nos detenemos allí y alcanzo a ver que enfrente está el Museo Benito Quinquela Martín. Le aviso a P. Mientras espero el colectivo sigo tomando nota de los edificios de la vereda impar de Pedro de Mendoza, los cuales, de izquierda a derecha son: la Escuela Pedro de Mendoza –de 3 pisos pintados en rosa y verde-, el Museo de Bellas Artes Benito Quinquela Martín –pintado en verde- (foto 14), el Teatro de la Ribera –del mismo color- y en la esquina con Puerto de Palos, el Lactarium –pintado en celeste y bordó. (Lástima no haber tenido tiempo de acercarse a estas instituciones culturales y educativas. Por el Lactarium, ver nota [iii])
Girando la vista hacia atrás, está el riachuelo y puede volver a apreciar el viejo puente Avellaneda. (No huelo feo, como podría esperarse)
Veo que viene mi colectivo, le hago señas y comienzo a despedirme de P. Ella decide tomar el 20 conmigo y bajarse cerca de la Plaza de Mayo para combinar con el subte A hacia Caballito.
15:01
Abono $1,25 por el viaje hasta Retiro. El colectivo sigue por Pedro de Mendoza en dirección a la Avda. Ing. Huergo, bordeando la autopista Buenos Aires – La Plata ya mencionada. “Mirá”, le digo a P. señalándole un barrio al costado de la autopista, entre las calles Lamadrid y Suárez, el cual presenta características similares al asentamiento “Rodrigo Bueno” ya descripto. También observamos desde el colectivo la vieja Usina de la Ítalo (foto 15) (Creo que Amanda no nos había comentado acerca de la existencia otro asentamiento aparte del R. Bueno. Ver nota [iv])
15:20
Luego de haber pasado por Ingeniero Huergo, EE.UU. y yendo ya por Alicia M. de Justo, a la altura de Macacha Güemes, P. señala a la derecha diciéndome. “Ese es el puente de la mujer”. Veo a lo lejos la estatua de Colón y le digo a P. que me parece que ya pronto se tiene que bajar. Nos saludamos, se para, me dice apuntando a la izquierda: “Ves, ésa es la Aduana” y a las pocas cuadras desciende del colectivo.
El colectivo sigue por Avda. Madero el camino inverso que hicimos a la ida. Ahora el Luna Park está a mi izquierda, y los docks a mi derecha. Cruzamos la calle Mariquita Sánchez. Ambos lados de la avenida están poblados de carteles publicitarios. Me llama la atención por su gran tamaño, un aviso de “The jazz musical” ubicado a mi izquierda inmediatamente antes de la estación YPF que ya había visto a la ida. A mi derecha comienzan los estacionamientos. Ahora a mi izquierda, vuelvo a ver el edificio Catalinas 2. A la derecha, uno de los estacionamientos tiene un cartel colgado de la alambrada que dice ser “a beneficio de la Fundación Favaloro” (Creo que esta fundación sostiene una universidad privada de medicina)
A la izquierda y delante de mí, diviso la Torre de los Ingleses. Volvemos a pasar por la terminal de Manuel Tienda León, que ahora está a la derecha. El colectivo deja Madero tomando una cuadra por San Martin para doblar luego a la izquierda por Martínez de Zuviría hasta llegar a Ramos Mejía. Diviso a mi izquierda la estación Retiro ex Belgrano.
15:30
Me preparo para bajar del colectivo. Fin de la observación
Después del recorrido…
Cruzo Martínez de Zuviría y luego Ramos Mejía. Me dirijo a la estación Retiro del ferrocarril ex Belgrano. Compro por $0,90 un boleto hasta Florida. Pierdo un tren pero ya está el próximo estacionado en uno de los andenes. Me siento en uno de los vagones delanteros. Saco mi libreta y birome comenzando a completar las notas que había tomado. El tren parte a las 15:43 llegando a Florida 23 minutos después. A las 16:10 entro a mi casa y continúo un rato revisando las notas hasta la hora de mi otro compromiso. Mientras tanto, como un sándwich. 

Anexos

       a. Mapas, planos y fotos satelitales

       b. Fotos de archivo y referencias

       c. Situación ambiental de la zona

Notas

[i] La agencia UPI publicó una nota este mes señalando que la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires acusó a la Policía Federal por contaminar la Reserva Ecológica de esta capital. "Para comprobarlo basta con acercarse hasta la Av. España al 1800 y ver cómo en un espacio del Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica de la Costanera Sur, la Policía Federal apila cientos de vehículos que, al degradarse, afectan tanto a la biodiversidad del lugar como a quienes viven en la lindante villa Rodrigo Bueno[…] Este cementerio de automotores atenta contra la Reserva Ecológica y afecta la salud de los vecinos", pues "al degradarse, los automotores liberan combustibles, lubricantes, líquidos para freno o refrigerantes que - al igual que los neumáticos, las baterías, los sistemas de aire acondicionado y otras partes del automotor- contaminan el ambiente". Resaltó además la presencia de sustancias como arsénico, cadmio, cinc, cobre, cromo, mercurio y plomo, y destacó que como "se diseminan por el agua y el aire, terminan acumulándose en la vegetación de la Reserva que inevitablemente se corromperá y que hasta podría extinguirse".

[ii] Florencio Mendoza fue un “cuatreador” de las orillas del Riachuelo.  Este oficio consistía en atracar barcos, transportar cargas, ayudar al paso de las balsas utilizando cuartas de cuero, bueyes y caballos que hicieron que esta actividad fuese considerada de gran importancia, ya que el escaso calado del río no permitía la libre navegación. Estos hombres, también se desempeñaban en la ciudad, en donde las pendientes dificultaban el recorrido de los tranvías de tracción a sangre. Florencio Mendoza, si bien era adepto a la política de Juan Manuel de Rosas, usaba galera al estilo Urquiza.

[iii] Lactarium: término que traducido del francés significa centro de recolección y conservación de leche materna.

[iv] Una nota del año 2006 publicada en Villa Crespo Digital identifica 24 nuevos asentamientos en la Capital Federal.

[v] Creía haber “inventado” el término “constru.-destrucción”, pero luego de haber terminado de escribir este punto, pude ver en un sitio web dedicado a la ecología el dibujo de Quino, como siempre genial, que ilustra este artículo

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