En Pizarras y Pizarrones hemos desarrollado un trabajo de campo cuyo objetivo es analizar las preferencias en lecto-escritura de nuestros lectores, así como las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. Les hemos pedido su colaboración para completar una pequeña encuesta anónima que como máximo les insumiría 10 minutos. Agradecemos su participación! La encuesta cerró el 31-08-17 y en unos pocos días publicaremos sus resultados...

martes, 17 de mayo de 2011

La Sociolingüística y la Etnografía del habla

"Una lengua es un dialecto con
ejército y armada"
Max Weinrich


Autoras/es: Stella Maris Torre
La Sociolingüística y la Etnografía del habla. 
La lengua en la sociedad y las variedades lingüísticas. 
Lenguas en contacto y comunidades de habla multilingües. 
Intereses teóricos y metodológicos de la etnografía del habla.
(Fecha original del artículo: Noviembre de 2003)

a.              Hymes concibe la sociolingüística como un área de investigación ubicada entre la lingüística, por un lado y la antropología y sociología por otro, siendo la etnografía del habla sería uno de sus enfoques particulares. Considera además que el interés por la sociolingüística no es sólo teórico, sino también práctico[1]. Para Hymes la actividad de los lingüistas que corresponde a la etnografía es la "DESCRIPCIÓN LINGÜÍSTICA", cuyo ALCANCE, es decir, la porción del lenguaje que describe, depende del punto de vista teórico del lingüista . Hymes propone extender "el alcance de las reglas lingüísticas [no sólo más allá del signo saussuriano, sino también] más allá de las oraciones[,] a los actos de habla", relacionando "significativamente el lenguaje con las situaciones". Este enfoque sería compatible con las metas de Chomsky en cuanto al aspecto creativo del lenguaje, ya que "la meta de la etnografía del habla es completar el descubrimiento de la esfera de la creatividad gobernada por reglas y caracterizar las habilidades de las personas, sin perjuicio de la base biológica específica". Sin embargo, reforma críticamente algunos de sus conceptos, en especial los de competencia y desempeño.
Para Hymes, un enfoque adecuado debe distinguir e investigar cuatro aspectos de la competencia: potencial sistemático, adecuación, ocurrencia, posibilidad. Debe reconocerse no sólo el conocimiento, sino también la habilidad de instrumentarlo, con respecto a cada una de estas dimensiones, como un componente de la competencia en el habla. Hay propiedades de actuación esenciales al rol social del habla, que van más allá del conocimiento y habilidad referidos a personas particulares. Estas propiedades, en parte son funciones de la organización social del habla, en parte, emergen en los hechos reales del habla. Romaine conceptúa la competencia comunicativa establecida por Hymes como saber qué decir en cada momento[2].
En cuanto a las DIRECCIONES que debe tomar la descripción lingüística, Hymes recalca la necesidad de un método descriptivo, un enfoque metodológico, cuyo análisis se extienda en tres direcciones: a las secuencias del discurso, a las elecciones entre las formas de habla y hacia la función estilística.
En la primera dirección, Hymes reconoce, aparte de nuestra habilidad de reconocer una oración como gramatical la habilidad para reconocer, en los textos, una serie de oraciones como discurso. Esta habilidad depende en gran parte de los rasgos propiamente lingüísticos, pero gran parte de la coherencia de los textos depende de reglas abstractas independientes de la forma lingüística específica, en realidad, del habla.
En cuanto a la segunda dirección, Hymes afirma que las mismas nociones de comunidad de habla dependen del estudio etnográfico y comparativo: las fronteras lingüísticas y comunicativas entre comunidades no pueden ser definidas sólo por rasgos lingüísticos, debemos tener en cuenta la historia política del área en cuestión. Frente a lo que interpreta como una confusión de tres dimensiones (proveniencia del contenido, inteligibilidad mutua, rol funcional) en el concepto usual de lengua, propone desarrollar el enfoque según las siguientes líneas:
    Habla de la comunidad, definida en términos de alguna forma primaria de habla y de las reglas para su uso. Romaine se refiere a comunidad de habla como grupo de personas que sin compartir necesariamente la misma lengua sí comparten una serie de normas y reglas sobre el uso del lenguaje,. no necesariamente coextensiva con una comunidad lingüística. Los límites entre las comunidades de habla no son propiamente lingüísticos sino sociales.
  Forma de habla, puede ser adoptado como un término neutral y básico. El número y clases de formas de habla en un comunidad para Hymes sería una cuestión empírica:
  • Donde sea dudosa la conexión entre variedades, relacionada con un origen común de su reserva de materiales léxicos y gramaticales, Hymes realiza la distinción tradicional entre lenguas y dialectos. Por el contrario, Romaine propone utilizar "variedad" como un término neutro, porque considera que "dialecto" se ha usado generalmente para referirse a las variedades de una lengua que se ven como subordinadas, teniendo también connotaciones históricas: las entidades que etiquetamos no son discretas, sino que cualquier variedad lingüística forma parte de un continuum.  Romaine afirma entonces que no se pueden aplicar criterios puramente lingüísticos para decidir si estamos ante una lengua o un dialecto: por un lado, los criterios lingüísticos son arbitrarios y por otro lado, los factores sociales son muy importantes. Asimismo, Romaine señala, frente a otra distinción que realizan algunos lingüistas entre "acento"[3] y "dialecto"[4]( que es imposible hablar de una variedad totalmente desprovista de acento.
  • Donde sea dudosa la mutua inteligibilidad, habría que hablar de códigos, diferenciados en dos dimensiones[5].

  • Cuando esté en duda el rol funcional, habría que hablar de variedades, y más específicamente para situaciones, de registros. En este sentido, Romaine también profundiza otras variedades lingüísticas manejadas por los sociolingüistas, tales como "registro"[6] y "estilo"[7].

La variedad en la selección y el cambio de código tiene para Hymes dos aspectos importantes:

Identificación de factores relevantes a la comunicación y sus relaciones son los factores fundamentales de la etnografía del habla y de la comunicación, para lo cual Hymes propone el modelo SPEAKING[8].
 
Las dimensiones y sentidos que subyacen y explican la selección y cambio de variedades son generales. Evidencia de esto se la dan los deslizamientos, tanto en la proveniencia integral del material lingüístico como en cualquier otro aspecto del habla. Por tanto, ésta es la clase de covariación forma-significado básica a la etnografía del habla y a la sociolingüística. Romaine nos dice que habitualmente los grupos más poderosos de la sociedad están en condiciones de imponer su lengua a los menos poderosos, pero "la elección de una lengua u otra no es arbitraria y no todas las comunidades de habla siguen en esto las mismas reglas. Al hacer la selección los hablantes realizan lo que podríamos llamar actos de identidad" (Romaine, 1996:54). En cuanto a los motivos para la elección en diferentes sociedades, basa su análisis en los siguientes aspectos:  Multilingüismo social:[9], Dominios[10], Diglosia[11]:, Alternancia o mezcla de códigos[12]. Refiere también al desplazamiento y muerte de una lengua como motivadas principalmente por invasiones o emigraciones, aunque pueden intervenir múltiples factores. Las elecciones hechas por los individuos en su vida cotidiana producen su efecto a largo plazo en las lenguas afectadas. Considera que, aunque diglosia y la alternancia o mezcla de códigos se han citado como factores que llevan a la muerte de una lengua, en algunos casos son fuerzas positivas para mantener el bilingüismo.
En cuanto a la tercera dirección, las funciones del habla, Hymes subraya la prioridad de una perspectiva funcional, y que para la etnografía del habla, la función referencial del lenguaje no es la única, sino que una función del habla igualmente primordial es lo que Hymes llama la "dirección": "El habla, incluyendo la estructura lingüística como un recurso importante, hace de intermediaria entra las personas y su situación. Debemos comenzar del habla como modo de acción, no del lenguaje como un mecanismo inmotivado". Esta perspectiva tiene directas consecuencias para el manejo de fenómenos agrupados bajo el nombre de "estilo". La estilística es invalorable para la etnografía del habla. Cada lengua tiene elementos convencionales que son estilísticos así como referenciales en cuanto a su función, y ambos son interdependientes, lo que es estilístico en un contexto dado no puede al mismo tiempo ser referencial.


b.              Para Romaine, las múltiples lenguas del mundo son una rica fuente de datos sobre la estructura de las categorías conceptuales. En relación con el planteo del relativismo cultural, Romaine nos advierte que debemos manejar con cuidado generalizaciones de este tipo porque lo más probable es que de variaciones léxicas de este tipo no resulten diferencias conceptuales importantes. La categorización del mundo a través del lenguaje es una actividad social continua, y tiene también una base cultural. En fin, las múltiples perspectivas que podemos tener sobre la realidad: no sólo son producto de hablar diferentes lenguas con diferentes categorías asociadas a cada una de ellas, sino que son permanentemente accesibles a todos nosotros, de modo que en cierto sentido, "toda comunicación es intercultural" (Romaine, 1996:46).
Fishman, desde la sociología del lenguaje, considera la diferencia entre el punto de vista de la constricción lingüística y el del reflejo lingüístico analizando la diferencia entre la variación intercultural y por la variación interna, y considerando que, si bien la conducta verbal es un índice de la conducta social, no es más que uno de los índices de tal conducta. Mientras que los índices son meramente pasivos, la conducta lingüística es tanto una fuerza activa como reflexiva, se nutre de la realidad social que refleja y ayuda a reforzarla o a cambiarla de acuerdo con los valores y objetivos de los interlocutores concretos. Así, para Fishman ambas vías unidireccionales son desarrollos de una búsqueda poco natural de variables independientes y causas originales, y propone apartar el problema de causa-efecto para entrar en un proceso de diálogo y una interacción entre conducta social y lingüística entrelazados en forma dinámica.


c.               Como aportes de estas disciplinas, en forma genérica diremos que establecen una dialéctica entre la gramática y en entorno sociocultural, enfocada hacia la comunicación, y donde se reconoce que el proceso de transformación se da en ambos sentidos, y ambos aspectos se influyen mutuamente.


BIBLIOGRAFÍA
Romaine, S., 1996. El lenguaje en la sociedad, Barcelona, Ariel. Cap. 1: "La lengua en la sociedad y la sociedad en la lengua" y Cap. 2: "Elección de la lengua".
Hymes, D., 1976 [1966]. "La sociolingüística y la etnografía del habla", en Ardener, E. (ed.) Antropología social y lenguaje, Buenos Aires, Paidós. pp. 115-152.
Fishman, J., 1988. Sociología del lenguaje. Cap. 8: "La organización sociocultural: constricciones lingüísticas y reflejos lingüísticos".


[1] ."los problemas de lengua de las naciones en proceso de desarrollo...y los problemas de educación y relaciones sociales en sociedades altamente urbanizadas" (Hymes, 1976:116).
[2] , con el cual los sociolingüistas se refieren al conocimiento subyacente que tiene el hablante de las reglas de la gramática (entendida en su más amplio sentido: fonología, morfología, sintaxis, léxico y semántica) pero también de las reglas para su uso en circunstancias socialmente apropiadas. Para esta corriente, entonces, el conocimiento social es imprescindible para pertenecer a una comunidad de habla.
[3] (forma de pronunciar una variedad)
[4] (diferenciado en los niveles: de pronunciación, sintaxis y vocabulario),
[5]algunas requieren el aprendizaje de nuevos contenidos lingüísticos, otras el aprendizaje de operaciones sobre contenidos lingüísticos ya conocidos. Con el concepto de operaciones, Hymes indica ya una apertura hacia la etnografía de la comunicación.
[6] (ligada a los usos y en relación a la situación o contexto, los propósitos, el tema y contenido del mensaje, y las relaciones entre los participantes)
[7] (ligado a la noción de registro, puede ser más o menos formal o informal dependiendo del contexto social, las relaciones entre los participantes, la clase social, el sexo, la edad, el entorno físico y el tema)
[8] S Situation - Situación: ubicación temporal y espacial o escena definida culturalmente P Participants - Participantes: características E Ends - Finalidades u objetivos: fines a la vista A Act sequences - Secuencias de actos: forma y temas del discurso a medida que se despliega K Key - Clave o tonalidad: tono o modo. I Instrumentalities - Instrumentos: a obtener en términos de canal N Norms - Normas: de interacción y de interpretación G Genre - Género:  
[9] lenguas o variedades que se pueden elegir en un contexto social determinado. Al igual que ocurre con lengua y dialecto, lengua madre no es un término técnico, pero la cuestión de determinar cuál es resulta fundamental, puesto que de la respuesta depende en qué lengua tiene cada cual derecho a ser educado y  con frecuencia un grupo étnico es considerado minoría lingüística sobre la base de su lengua madre. En esta determinación, Romaine no confía mucho en los censos, porque las respuestas "pueden estar deformadas por el nacionalismo, la solidaridad con el grupo o el prestigio" y además ."es habitual en los censos la falta de especificación sobre el grado de bilingüismo.
[10] : es una abstracción referida a toda una esfera de actividades en que se combinan tiempos, lugares y papeles sociales específicos.
[11] Romaine refiere a que con frecuencia cada lengua o variedad se especializa en una determinada función, esta situación recibe el nombre de diglosia.. Estas variedades no sólo se diferencian en rasgos gramaticales, fonológicos o léxicos, sino también en muchas características sociales: función, prestigio, tradición literario, adquisición, normalización y estabilidad. Romaine identifica la Variedad A, considerada por los hablantes como superior y la Variedad B.Las sociedades diglósicas están marcadas no sólo por esta compartimentación de variedades sino también por las restricciones de acceso que se imponen. Romaine también indica que por analogía se ha extendido el concepto de diglosia a otras comunidades en que las variedades en distribución diglósica tienen estatuto de lenguas distintas y además, que la relación entre bilingüismo individual y diglosia social no tiene por qué darse necesariamente ni estar en situación de causa efecto.
[12] : se han visto muchas secuencias que se apoyan en diferente grado en elementos tomados de más de una lengua, que se combinan en forma diversa. Muchos lingüistas han resaltado que la mezcla de códigos es una opción disponible para cualquier miembro bilingüe de una comunidad de habla de la misma forma que lo es el cambio de estilo o de dialecto para un hablante monolingüe. En ambos casos, el cambio tiene funciones expresivas y se carga de significado.

No hay comentarios: