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jueves, 17 de marzo de 2011

Esteban Echeverría, “palabras simbólicas”

Autoras/es: Stella Maris Torre


“El problema fundamental del porvenir de la nación argentina fue puesto por Mayo; la condición para resolverlo en tiempo es el progreso; los medios están en la democracia, hija primogénita de Mayo; fuera de ahí, como lo dijimos antes, no hay sino caos, confusión, quimeras”.
Esteban Echeverría, Dogma Socialista

Echeverría transmite el ideario de la generación del ’37, con el propósito de prefigurar un itinerario que le permita a la patria abandonar los modelos despóticos y establecer nuevos vínculos de legitimidad social. Para ello, confiere un valor inestimable a las “palabras simbólicas”. Nos proponemos revisar el sentido que se le otorga a democracia, Mayo, libertad, sufragio, progreso.


(Fecha original del artículo: Septiembre de 2004)

Democracia: igualdad de clases, que comprende tres libertades: individual, civil y política. Es el fundamento y principio de unidad, de certidumbre social (“unidad generatriz y conservatriz, principio y fin de todo”) del Dogma Socialista, y ha sido “impuesta al pueblo argentino por la revolución de Mayo”. La democracia es “hija primogénita de Mayo y condición sine qua non del progreso normal de nuestro país” . La consideración de que “fuera de ese símbolo santo, no hay salud “ surge de “una deducción lógica” del estudio de lo pasado y una “aplicación oportuna”.
La democracia es entendida como:
1.      Tradición: Mayo, progreso continuo
2.      Principio: fraternidad, igualdad y libertad
3.      Institución conservatriz del principio: sufragio y representación en todos los niveles territoriales
Y se concreta en las “instituciones emergentes”, o sea, en el movimiento intelectual, moral y material de la sociedad argentina, desarrollándose gradualmente “hacia la perfección” por una serie de “progresos normales”, hasta constituirse en el tiempo con la especificidad de “democracia argentina”.

Mayo: Primera manifestación de que la sociedad argentina quería entrar en las vías del progreso. Sus “tradiciones progresivas” son adoptadas como punto de partida a fin de perfeccionarlas o complementarlas.
Mayo instala el problema fundamental del porvenir de la nación argentina, la condición para resolverlo en el tiempo es el progreso y los medios están en la democracia: “La fórmula única, definitiva, fundamental de nuestra existencia como pueblo libre es: Mayo, progreso, democracia. Los tres términos de esta fórmula se engendran recíprocamente; se suponen el uno al otro; ellos contienen todo, explican todo: lo que somos, lo que hemos sido, lo que seremos”.
Mayo significa emancipación, ejercicio de la actividad libre del pueblo argentino, progreso, por medio de la organización de la libertad, la fraternidad y la igualdad, por medio de la democracia. Por eso invoca: “Resolved el problema de organización y resolveré el problema de Mayo”.

Libertad: Transforma la “condición de ser del pueblo”. Permite que el hombre entre en la “ley del progreso, pudiendo ejercer la plenitud del derecho individual y social. En cuanto a la relación entre la libertad y la educación, se destaca este párrafo: “Antes de la revolución todo estaba reconcentrado en el poder público. El pueblo no pensaba ni obraba sin el permiso o beneplácito de sus mandones: de ahí sus hábitos de inercia. Después de la revolución el gobierno se estableció bajo el mismo pie del colonial; el pueblo soberano no supo hacer uso de su libertad, dejó hacer al poder y nada hizo por sí para su bien: esto era natural; los gobiernos debieron educarlo, estimularlo a obrar sacudiendo su pereza”.

Sufragio: Raíz de todo sistema democrático: “Sin sufragio no hay pueblo”. El derecho de sufragio es de origen constitucional y por lo tanto, el legislador puede restringirlo, ampliarlo y darle forma conveniente. El sufragio universal es un vicio, una ficción, si la mayoría del pueblo a quien se otorga ese derecho no sabe lo que es, ni a que fin se encaminaba eso, ni se le dan tampoco medios de adquirir ese conocimiento. Propone la fórmula: “Todo para el pueblo, y por la razón del pueblo”, es decir,  una forma de sufragio que “sin excluir a ninguno, utilizase a todos con arreglo a su capacidad de sufragar. Arriesga dos alternativas: a) voto indirecto: “partiendo del municipio,...y pasando por dos o tres grados diferentes llegar hasta la representación”, b) voto calificado: “concediendo a la propiedad solamente el derecho de sufragio para representantes, el proletario llevará temporariamente su voto a la urna municipal”. Aquí está considerando que la capacidad de votar la da la propiedad o el saber (de ninguno de los cuales goza el proletario hasta que no se lo ilustre. De todas formas, no toma partido por una alternativa u otra.

Progreso: ley de desarrollo y fin necesario de toda sociedad libre. El verdadero progreso consiste en que un pueblo camine al desarrollo y ejercicio de su actividad de acuerdo a sus leyes o condiciones particulares de existencia (costumbres, historia, estado social, necesidades físicas, intelectuales y morales, naturaleza misma del suelo donde se habita “perpetuamente”).

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